Existe un universo de distancia entre el dueño de un medio de comunicación y un trabajador de este. Sin duda los contenidos y la línea editorial de un medio no son responsabilidad de un reportero gráfico o un camarógrafo en particular, en ultimo termino podríamos culpar de complicidad a los profesionales, los periodistas, pero como sea, resulta triste saber que un trabajador como Jaime Bastías, camarógrafo de Canal 13, haya sido agredido injustificadamente en la Plaza Independencia durante la manifestación de profesores y estudiantes que alegremente recorrió la ciudad de Concepción el día de ayer.
Paradójicamente, no es la primera agresión que sufre Jaime. El jueves 8 mayo de 1997 en medio de una semana de manifestaciones en la Universidad de Concepción, con enfrentamientos entre estudiantes y fuerzas especiales, en el contexto del cierre de las minas de Lota, el entonces camarógrafo de TVU (Canal de la Universidad de Concepción) filmó al carabinero que cobardemente le disparó con su escopeta, a escasos metros de distancia, una lacrimógena directamente al cuerpo, a pesar de que el camarógrafo se identificó como prensa y le gritó reiteradamente que no le disparara. Esas imágenes dieron vuelta al mundo y fueron parte de las pruebas condenatorias de la recién instalada democracia chilena ante organismos internacionales de derechos humanos y que marcó a Chile como un país con una policía militarizada violenta y represiva.
La violencia política realizada por el pueblo, ya sea directamente contra los intereses de la clase dominante o contra los poderes del Estado, es un hecho frecuente e inevitable en la historia debido a la confrontación permanente que estos poderes ejercen sobre la propia población oprimida. En los años noventa, las fuerzas especiales de Carabineros muchas veces se retiraron derrotadas, sin poder ingresar al campus de la Udec, al enfrentarse a grupos organizados de estudiantes que utilizaban la violencia política como forma de defensa del movimiento social. Durante los estallidos estudiantiles de 2005, 2006 y 2011 se reunió nuevamente suficiente fuerza para poder enfrentarse de forma medianamente efectiva a la represión policial, lo que llevo muchas veces a oficiales de carabineros a cometer recurrentes y cobardes agresiones como la que sufrió Jaime Bastias en 1997.
Por otra parte, entendemos que debido a las recurrentes acciones que utilizan habitualmente las policías en Chile, de utilizar a la prensa para encubrir su trabajo de inteligencia, se ayuda a generar este clima de desconfianza contra los trabajadores gráficos, especialmente de los medios masivos de comunicación. Sin embargo, en Concepción han sido los mismos trabajadores gráficos quienes han reaccionado frente a las cobardes acciones de las policías, ya que además, no ha sido Jaime el único trabajador agredido por FF.EE. estos últimos años.
Por eso entendemos que resulta doloroso para los trabajadores gráficos y camarógrafos de Concepción la agresión de ayer, y no es por sustentar una posición desde los medios, como periódico Resumen encabezamos la investigación y denuncias contra Carabineros por casos de infiltración en la prensa y la participación de un fotógrafo en la detención de un reportero de Metiendo Ruido en las masivas y radicales manifestaciones de 2011.
Los trabajadores gráficos merecen respeto como cualquier trabajador, detrás de un camarógrafo hay una persona con ideas y principios, no necesariamente los del medio de comunicación en el que trabaja. De hecho, aquel mismo medio (Canal 13) estuvo a punto de cerrar a fines de 2014 y fueron los trabajadores de la prensa y medios de comunicación los que se manifestaron e impidieron su cierre, como lo habían planificado los ejecutivos de Luksic, no porque defendieran una linea editorial, sino por que defendían una fuente de empleo estable como muchas de las que cierran en nuestra región año tras año.
Pero eso no era de sorprender ver a algunos manifestantes hoy preocupados preguntando por saber de que medio era el camarógrafo agredido, ya que muchos de los hijos de estos trabajadores estaban en la marcha reclamando por los derechos sociales arrebatados por la dictadura.
Finalmente, cabe destacar que atacar a un trabajador, en este caso un camarógrafo, jamás será lo mismo que atacar el poder mediático y empresarial (y anteriormente religioso) que representa el canal del Grupo Luksic, responsable, junto con el resto de las grandes cadenas televisivas, de la cortina de desinformación que día a día contribuye a la mantención de este sistema económico, ya sea ocultando la mayor parte de las injusticias inherentes a este, o silenciando la opinión de millones, bombardeándoles con contenidos basura para convertirles en meros consumidores sin sentido.