Daniel Mathews / resumen.cl
Yo no entiendo esto de la democracia. Me lo explicaron muy bien en el colegio. Se trata de que gobierne el que el pueblo elige. Pero resulta que cuando se eligió a Allende lo mataron. También me dijeron que las minorías estaban representadas en el Parlamento (¿o es que eran las minerías?). Pero cuando el partido izquierdista turco y kurdo HDP (Partido Democrático de los Pueblos) obtuvo el 13% le pareció un porcentaje muy alto al gobierno y al terrorismo y comenzaron a matarlos. Parece que algo no me explicaron bien en el colegio.
En las elecciones generales turcas, celebradas el 7 de junio, el gobernante Partido Justicia y Desarrollo (AKP) perdió la mayoría absoluta que ostentaba desde 2002. Ello, sumado a la entrada en la Gran Asamblea Nacional de la formación de izquierdas pro kurda Partido Democrático de los Pueblos (HDP), dejó un parlamento fragmentado en cuatro partidos y altamente polarizado.
El resultado fue que no se pudo armar gobierno y se tuvo que llamar a nuevas elecciones. Que se realizaron el 1 de noviembre. Y se trataba de que esta vez la gente no “se equivoque” al votar. Por eso fueron elecciones marcadas por el terror del Estado “Islámico” que de islámico, o sea religioso, tiene muy poco. Los atentados contra los mítines del HDP fueron ley. El 20 de julio hubo 32 muertos. El 10 de octubre 86. Los heridos se suman por cientos.
Una de las profesiones más riesgosas en Turquía es la de periodista. Como en muchos países del mundo los periodistas se clasifican en dos: los que se quedan callados y los que el poder calla. El AKP se ha apropiado en la práctica de las cadenas de televisión durante la campaña electoral y ha perseguido a diversos periódicos.
Por cierto no sólo se reprime prensa de izquierda. A comienzos de septiembre, la policía había irrumpido en las oficinas del grupo de medios Ipek, considerado cercano al imán Fethullah Gülen. La agencia de prensa gubernamental Dogan afirmaba que la operación “se inscribe en el marco de la investigación por terrorismo contra Fethulla Gülen”. Este último está exiliado en los Estados Unidos desde 1999. Es la principal figura de la oposición, desde 2014. Como Gülen alguna vez fue aliado del presidente Erdogan ayuda a que se filtren muchas noticias a la prensa.
El director y el redactor jefe del semanario Nokta han sido encarcelados, el martes 3 de noviembre, tras haber sido inculpados por un tribunal de Estambul de “tentativa de golpe de Estado”, tras presentar el último número de la revista en portada el triunfo del partido islamo-conservador AKP en las legislativas como “el comienzo de la guerra civil en Turquía”.
Este jueves 26 de noviembre le tocó el turno a Can Dündar, director del periódico de centroizquierda Cumhuriyet, y a su redactor jefe en Ankara, Erdem Gül, por hacer periodismo de investigación. Los acusan de 'espionaje'. “No somos traidores, espías o héroes; somos periodistas. Lo que hacemos es periodismo", dijo Dündar antes de testificar ante la Fiscalía, según el periódico turco Hürriyet.
Otro oficio peligroso es el de abogado, juez o fiscal. Claro que sólo si además de la ley se defiende la justicia. La prisión de Can Dündar fue por denunciar el tráfico de armas en que está comprometido el gobierno. Al fiscal de la investigación lo destituyeron. Unos días antes había ordenado detener e inspeccionar unos camiones sospechosos cerca de la frontera siria. Cuando los gendarmes dieron el alto a los vehículos, sus conductores, alegando ser miembros del servicio secreto turco, les prohibieron inspeccionar la carga, lo que solo permitió un ojeo inicial. En los camiones había mil piezas de artillería, 50.000 piezas de munición de ametralladora, 30.000 balas de metralleta pesada y mil proyectiles de mortero.
Por cierto este fiscal no es el primero que cae en las redes del gobierno. El 3 de noviembre se lanzaron operaciones en 18 provincias del país contra decenas de supuestos sospechosos de un “complot contra el ejército”. A la caída de la tarde del 3 de noviembre, numerosos jueces y procuradores, a menudo ya suspendidos en sus funciones, han sido inculpados de “tentativa de derrocar el gobierno” y “constitución o pertenencia a una organización terrorista armada”. Curiosa forma de tapar el terrorismo es acusar de terrorista al otro.
Pero si a algún abogado le fue realmente mal fue al presidente del Colegio de Abogados de Diyarbakir, Tahir Elçi, importante figura de la causa kurda, que ha muerto con un balazo en la cabeza este sábado 28 de noviembre en la capital de Kurdistán Norte cuando hacía declaraciones ante la prensa. El incidente ha tenido lugar después de que Elçi diera una rueda de prensa para comunicar su evaluación de los enfrentamientos que han tenido lugar a lo largo de esta mañana en la provincia, escenario habitual de luchas entre las fuerzas de seguridad turcas y los milicianos del PKK, Partido de los Trabajadores del Kurdistan.
Según relata el responsable local del HDP se trató de un tiroteo en el que quedaron 11 heridos. “En el momento en que Elçi terminó su declaración, los asistentes fueron acribillados” y “una de las balas impactó en su cabeza” declaró a Reuters. Elçi se encontraba en libertad condicional tras ser arrestado el pasado mes de octubre por haber afirmado que el PKK no podía ser tildado de «organización terrorista», como sostiene el Gobierno turco. Estas declaraciones, realizadas a la cadena CNN en Turquía, le valieron una acusación de la Fiscalía turca, que pidió para él hasta siete años y seis meses de cárcel. Se encontraba con libertad condicional.