Olores nauseabundos constantes: Comunidad en torno a chanchera Coexca sigue desesperada en San Javier
Planteles porcinos en construcción en febrero de 2016[/caption]
Para intentar evitar su puesta en marcha, vecinos y vecinas realizaron caravanas, actividades informativas, una caravana fúnebre y otras manifestaciones.
La comunidad exigió un estudio de impacto ambiental pero a finales de 2017 el proyecto comenzó a operar y tras solo un par de semanas de funcionamiento se realizaron las primeras denuncias por malos olores y falta de permisos.
En los meses posteriores le siguieron protestas con cortes de ruta y exigencias de clausura.
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Protesta en la ruta Los Conquistadores entre San Javier y Cauquenes en febrero de 2019[/caption]
En 2019 autoridades del Maule aprobaron el controvertido proyecto de biodigestores y un mes después, la Superintendencia de Medio Ambiente formuló cargos contra la chanchera.
Los cargos incluían: "operar el plantel porcino, al menos entre julio de 2018 y mayo de 2019, sin realizar el tratamiento de purines conforme a lo establecido» una infracción considerada como grave y además la «construcción y operación de proyecto, sin contar previamente con resolución de calificación ambiental», infracción también considerada como grave.
Ese mes de octubre la Corte de Apelaciones de Talca anuló mediante un fallo el decreto municipal que invalidaba el permiso de edificación del megaplantel de cerdos de Coexca en San Javier.
En febrero de 2020 nuestro medio constató en terreno los nauseabundos olores y la desesperante presencia de moscas en torno a la chanchera, tanto en las viviendas de las y los vecinos, como en el perímetro de plantaciones de pino.
En conversación con Resumen en noviembre de 2020, el gerente de Marketing de Coexca aseguró que no había tenido información de denuncias pese a que indicó tener un sistema para aquello. «La operación del plantel está en todos sus elementos controlados, se ajustan a la normativa vigente tanto en la norma de emisión de olores y hasta este momento no hemos tenido reclamos formales» indicó en esa oportunidad.
En enero de 2021, la Superintendencia de Medio Ambiente confirmó que en ocubre de 2020 un ducto de residuos líquidos se rompió y alcanzó un estero que desemboca en el escuálido río Purapel.
Durante todo este tiempo, vecinos y vecinas han realizado una serie de denuncias constatando que las malas prácticas de la empresa siguen manteniéndose y no hay evidencia de una fiscalización adecuada.