Los testimonios de tres guerrilleras heridas y las investigaciones del Ministerio de Defensa de Ecuador arrojaron más luz sobre el ataque aéreo y terrestre del Ejército colombiano. El presidente Rafael Correa reiteró que se trató de una «masacre» y que «incluso, se hallaron cadáveres con tiros en la espalda», por lo que consideró una «nueva burla» que Bogotá siga manteniendo la teoría de la «persecución en caliente». La tensión, lejos de amainar, va en aumento.
Correa en un duro discurso, aseguró que, en esta ocasión, no será suficiente una «disculpa diplomática», porque «el territorio ecuatoriano ha sido bombardeado y ultrajado intencionadamente por parte de un gobierno extranjero». Ante «la gravedad de los hechos», ordenó la retirada de su embajador en Bogotá y, como Venezuela,
desplegó al Ejército en la frontera con Colombia. Correa afirmó que Quito no aceptará de ningún modo que bajo el «pretexto del combate a lo que ellos llaman terrorismo se implanten doctrinas y prácticas inaceptables de irrespeto de la soberanía de los estados».
El sábado, su ministro de Defensa, Wellington Sandoval, se trasladó junto a otros altos funcionarios al lugar de los hechos, donde tomaron fotos de los restos del campamento y de los cuerpos. En la comparecencia realizada el domingo a la noche en la sede de la Presidencia, Sandoval informó que los cadáveres presentaban mutilaciones y hasta disparos en la espalda.
En declaraciones a Telesur, que tuvo acceso a la zona, José Núnez, comandante de la Brigada de Operaciones 54, confirmó que el bombardeo se produjo desde territorio ecuatoriano y que, en una segunda fase de la operación, los soldados descendieron «de los helicópteros en soga rápida para continuar la agresión en tierra».
Según confirmaron las sobrevivientes, trasladadas al Hospital Militar Quito, el asalto se produjo sobre las tres de la madrugada, mientras dormían.
Tras recibir las primeras conclusiones de la investigación, Correa reiteró que lo del sábado «fue una masacre». «Los aviones colombianos ingresaron al menos 10 kilómetros en Ecuador para realizar el ataque desde el sur. Luego llegaron tropas transportadas en helicópteros que culminaron la matanza».
«Todo esto demuestra que el Ministerio de Defensa colombiano, la Cancillería de dicho país y el propio presidente Uribe le están mintiendo a Ecuador y al mundo», incidió Correa.
En consecuencia, subrayó que «no pueden confiar en un Gobierno que traiciona la confianza de un pueblo hermano» y que «no hay justificación alguna para una acción militar foránea en nuestro territorio, independientemente del motivo que fuera». Por todo ello, solicitó la «inmediata convocatoria» de la Organización de Estados Americano, de la Comunidad Andina de Naciones y del Mercosur.
Bogotá contra sus vecinos
Desde Colombia, la reacción fue echar mas leña al fuego al acusar a los gobiernos de Ecuador y Venezuela de mantener pactos con la guerrilla colombiana colombiana y suministrar armamentos.
Reacciones
El secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, convocó para hoy una reunión del Consejo Extraordinario. Además, Chile, Perú, Paraguay, Argentina, Brasil expresaron su condena a la violación de la soberanía de Ecuador.
Canciller frances lamenta la muerte de Raúl Reyes
El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, consideró «una mala noticia» la muerte del portavoz internacional de las FARC, Raúl Reyes, con quien, según desveló, mantenían contactos directos para lograr la liberación de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt. «Son malas noticias que el hombre con el que estábamos hablando, con el que tuvimos los contactos, haya sido abatido. ¿Véis lo feo que es el mundo?», subrayó.
Ante lo que llamó «la subida de tensiones» entre Colombia, Ecuador y Venezuela, llamó a la «contención» e incidió en que «esta situación muestra hasta qué punto es urgente encontrar una solución negociada, que pasa necesariamente por el arreglo de la dolorosa situación de los rehenes». Con respecto a Betancourt, enferma de hepatitis, destacó que «lo que necesitamos no es ya un acuerdo humanitario, sino un gesto de las FARC, porque ese una urgencia médica y humanitaria».
El titular de Asuntos Exteriores en funciones de Italia, Massimo D´Alema, expresó su «perpelijdad y preocupación» por esta incursión militar que «parece en contradicción con el esfuerzo de abrir un canal diplomático».