OPINIÓN | No eran manada, estaban organizados

Ante la violación ocurrida por un grupo de seis hombres a una mujer de 22 años en Palermo, Argentina, muchos mencionaron en las redes que se trataba de enfermos, personas dañadas o incluso adjetivos como “Manada”. Pero no, estaban conscientes, fue premeditado, estaban organizados y se trata de un problema profundo. El horror no necesita metáforas. Valentina Luza Carrión / resumen.cl  La situación ocurrida a plena luz del día en Argentina, viene a confirmar que no se trata de un problema específico que encuentra razones en temas de horario/región/forma de vestir- cómo muchos han sostenido durante años- sino que es mundial, global y estructural. En ningún lado del mundo puedes hacerlo desaparecer, ni a una hora específica, ni a una edad: las mujeres aprendemos a vivir con el patriarcado toda la vida. Y es agotador. Ante ello, las posibilidades de riesgo son latentes; en la calle, en la casa, en la oficina, y lo hemos evidenciado con fuerza durante los últimos años las feministas, empezamos diciendo que a “A mi también me había pasado”, a juntarnos, a comentar y luego a apuntar “El violador eres tú”, hablar sobre ello costó décadas. Sin embargo, los esfuerzos no han sido suficientes. ¿Por qué? porque hablamos de un problema que está encarnado en la célula de la sociedad, que va desde los pequeños detalles sobre cómo nos comunicamos, hasta lo que no decimos. Ante el caso ocurrido en Palermo, se ha intentado homologar al ocurrido en España hace unos años, un grupo de chicos que violan en grupo; “Una Manada”. Pero no son una manada, estaban organizados y sabían lo que hacían.  El término es popular y se entiende, pero el problema es que se entiende mal. No decimos manada porque no son animales, porque violar no es un instinto ni un desahogo. Tratarlos de bestias les quita culpa. En redes sociales las personas se escandalizaron con la noticia, mostraron sus rostros por todos lados, en un ejercicio de funa pública que quede en el consciente colectivo. ¿Pero cuántos abusadores/violadores no hemos visto ya? teniendo que muchas veces tragar con sabor amargo posteriormente la impunidad de las sentencias.  Cómo personas que se encuentran detrás de una pantalla, nuestro mínimo deber es enfocarnos en el lenguaje como una fuente importante de protesta. El decir que son manadas, los pone como si se tratara de asuntos de instintos naturales, lo que está muy lejos de ser verdad. Decir que son enfermos, queda corto. Son hijos sanos del patriarcado, que actúan bajo esas lógicas. El horror no necesita metáforas. Los violadores son personas comunes, sin nada en particular. [caption id="attachment_118636" align="alignleft" width="1080"] Créditos: @pankiwarmi[/caption] Cuando las mujeres hablamos de querer espacios seguros en convocatorias, nos referimos a la desconfianza latente que se siente al estar cerca de hombres hetero-cis en todos los aspectos. Aprendemos a desconfiar desde que nacemos; desde tus familiares hasta desconocidos en la calle. Sabemos que lo siniestro del abuso sexual es que puede ocurrir en cualquier lado, el agresor incluso puede ser un conocido. Los imputados en este brutal caso eran descritos por sus novias/amigas como aquellos que siempre prestaban ayuda a las mujeres de su entorno, como seres cariñosos, conscientes, enterados de todas las violencias. Uno incluso, participó en un taller de nuevas masculinidades. Hasta un aliado feminista puede ser violador.  ¿De qué hablamos cuando decimos que el patriarcado va a caer? en que todas sus estructuras se desintegren como parte del pasado, de todas aquellas perspectivas infundadas en la mente de los hombres hetero-cis también sean parte de la solución.  Es responsabilidad de los hombres hacerse parte de la solución. Han pasado años donde las feministas han levantado luchas, buscando soluciones colectivas, marcando en la cara un problema que se encuentra en todos lados. Es ahora su responsabilidad tomar cartas desde las veredas de la mente; de la coherencia y la acción. Dejar de encubrir abusadores, dejar de reír en aquellas “banalidades” de chistes que esconden mucho detrás. Dejar de ser la piedra de tope. Te puede interesar | Burger King baja su video tras críticas por usar la causa feminista como estrategia de marketing La feminista francesa, Virginie Despentes, autora de Teoría King Kong y de otros textos donde habla de su propia violación, suele ponerlo en términos muy sencillos: “Si estoy rodeada de amigas violadas, lógicamente tengo que estarlo también de amigos violadores. El hecho de que ellos mismos no se reconozcan como violadores me intriga. No podemos ser tantas víctimas y tan pocos agresores”. Una imagen de internet dice: “Todas tenemos una amiga abusada, pero nadie tiene un amigo abusador. No dan las cuentas”. No es nuestra obligación educarlos, ni menos decirles de qué manera se hace eso. Para nosotras ha sido un viaje lento y desgarrador durante años, que ha significado volver a revivir momentos de dolor y tristeza. Momentos que se rememoran cada vez que aparecen estos casos, cada vez que una mujer desaparece y cada vez que una amiga no contesta el teléfono.  Pero también se trata de un problema colectivo, una educación sexual integral puede ser el camino a una convivencia más consciente y reparadora, a esta conversación han apuntado también los feminismos. Una  que logre desintegrar la misoginia de las mentes, sin distinción.   
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