Opinión | Soberanía de cartón.

Por Aniceto Zapata Frente al triunfo de la delegación nacional en la corte de la Haya, Piñera habla de soberanía, territorio, mar y del triunfo del derecho internacional. ¿Qué soberanía? Me pregunto yo. Es paradójico que hace unos días el presidente Piñera mostraba la bandera de Chile dentro de la bandera de Estados Unidos, posicionándonos como un Estado más dentro de los otros Estados del País del norte. En esa misma línea la clase política y la oligarquía nacional hablaban las bondades del tpp, cuyo efecto es hacernos perder lo poco de soberanía que nos queda. Es contradictorio, por otra parte, que el mismo Estado chileno en las costas bajo soberanía chilena en Quinteros, reprimía a chilenos que en búsqueda de una vida digna, lejos de la tortura ecológica que los han hecho vivir, se enfrentaba al aparato represivo del Estado, exigiendo que las empresas contaminantes se vayan de la zona, por los casos de intoxicación. No es menor el dato que indica que dichas fuerzas represivas de la armada de Chile se apostaron dentro de las industrias que tanto daño le hacen a los vecinos de Quintero y Puchuncavi, empresas que para el año 2017 reportaron ganancias de US$ 3.865.132.562, ¿Cuánto de esas ganancias quedó para los vecinos del sector? O es que la soberanía nacional se trata de solo elegir a quien vender el país entregándolo al mejor postor internacional, otorgándole la capacidad de elegir que territorio es más adecuado para transformarlo en un basurero. Es que nos dicen que para que tengamos malls, teles bonitas y celulares planitos, tenemos que entregar algo a cambio, ahí es donde la oligarquía nacional entrega el territorio a los empresarios extranjeros que en conjunto, eligen los lugares del país más aptos para ser zonas de sacrificio. El presidente menciona que el Mar de Chile se mantiene bajo la soberanía del Estado de Chile, suena triste que el mar no es ni de todos los chilenos, ni se acerca un poquito a eso. Por una parte la explotación de sus recursos está en manos de 7 familias que pueden destinarlas en primera instancia para devorar todo lo que se encuentra a su paso, botar desechos que la industria extractivista produce o cultivar salmones rellenos con antibióticos. ¿Cuántas de esas acciones son beneficiosas para el país y quienes habitamos en él? ¿Es que los chilenos somos soberanos en “nuestro territorio”? ¿De qué se trata la soberanía? le pregunto al presidente. Por otra parte, en algunos lugares del país, existen playas privadas, que son de acceso solo para unas cuantas personas. ¿Es acaso esa soberanía de la que me habla Sebastian? Por último desde el oficialismo dicen que es un triunfo del derecho internacional más que un triunfo de Chile, siendo que el mismo Estado Chileno ha desconocido sistemáticamente el Convenio 169 de la OIT con respecto al pueblo mapuche o por otra parte ha hecho oídos sordos cuando los organismos internacionales llaman a dejar de aplicar la ley antiterrorirsta frente al pueblo mapuche, que buscando la soberanía con sus propias manos, espaldas y sudor, intentan expulsar a quienes le arrebatan dicha soberanía, en su territorio. Y otra vez el Estado de Chile con su fuerza represiva resguardándole la soberanía a esos poquitos que destruyen y deterioran la vida de las comunidades. Bajo la misma lógica del derecho internacional, el Estado chileno se negó a firmar el acuerdo de Escazú, dejando en libertad de acción a los capitales internacionales de pasar por sobre la soberanía de los pueblos quienes habitan un territorio, disminuyendo la escasa soberanía que pueden aspirar los pueblos en tanto a la toma de decisiones que ocurren en sus patios. No tenemos ni soberanía frente a Estados extranjeros ni frente a la oligarquía nacional, somos extranjeros en nuestras tierras, ya sea si somos chilenos mestizos, mapuche, aymara, blancos o indios. Es que cuando nos encontramos inmersos dentro de la economía internacional, poca es la soberanía que nos queda a los pueblos, frente al capital, que a través del Estado, en su función de clase, protege y protegerá al capital ya sea nacional o internacional. El bienestar del mercado pasa por sobre el bienestar de los habitantes del territorio, así reducen nuestra soberanía en transformarnos en poseedores de pequeñas (los más) o grandes(los menos) porciones de tierra y así convertirnos en negociantes soberanos de vender nuestra tierra, nuestra agua, nuestro mar. A los patriotas que celebran el veredicto, no los vi pataleando frente a la sumisión del presidente frente a Donald Trump dejándonos a merced del imperialismo. No los veo apoyando las verdaderas muestras de soberanía nacional que tiene que ver con las decisiones de los pueblos en su autodeterminación. ¿Cuál es la soberanía de que hablamos? Los únicos soberanos en Chile son los poseedores de capital, los demás, los despojados, no somos dueños ni soberanos de nada.    
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