Flavio Araneda Hidalgo / resumen.cl
Este año, diversos gremios de las y los trabajadores públicos buscaron gestionar un proceso de negociación no afecto a las condiciones desventajosas que han predominado en el transcurso de estos últimos años. Sin embargo, el nulo llamado hacia las bases sindicales a estar alerta y dispuestas a presionar ha generado condiciones favorables para que el Gobierno, como los anteriores, acabe por imponer sus criterios, desoyendo las necesidades postergadas de quienes laboran en las diversas reparticiones del Estado.
En conversación con Resumen, la dirigenta de la Anef, Orietta Fuenzalida, se refirió a la situación política actual en que se encuentran los trabajadores del Estado de Chile.
-¿Cómo se explica que Anef, Asemuch, Ajunji, Fenats Unitaria, Fentess y Fahuech hayan rechazado la posibilidad de paralizar para presionar al Gobierno en la consecución de las exigencias de esta negociación? -Históricamente las negociaciones del reajuste han sido lideradas por la ANEF, CONFUSAM y FENPRUSS. Posterior a la expulsión de la FENPRUSS se debilita esta mesa de negociación, porque los 320.000 trabajadores a honorarios [ya] no están sentados en esa mesa. Entonces, una negociación sin movilización va directamente al fracaso, ya que los representantes [sin respaldo de bases movilizadas] están sujetos a las políticas y presión que realice el gobierno con su ministerio de Hacienda... Este ha sido el rito eterno después de la Dictadura, la negociación del reajuste, y este ha sido un año muy intenso, ya que los dirigentes de la CUT son del Partido Comunista, vale decir velan por los intereses del Gobierno. A nosotros, los trabajadores nos resulta nefasto y no nos da las garantías de que la negociación sea favorable”.
-Hace algunos meses, representantes de algunos gremios habían anunciado la necesidad de presionar al Gobierno para iniciar lo antes posible las negociaciones y tener mejores condiciones para disputar por las demandas de los trabajadores. ¿Qué ha ocurrido en esta negociación? -Existe un sector que siempre ha levantado las banderas de la movilización, pero no todos están en la mesa de negociación. Lamentablemente los que están articulados dentro de la instancia de negociación están estancados. Es una situación dispar para los trabajadores en el proceso de unión.
-Durante bastante tiempo se han sostenido manifestaciones para acabar con los contratos de honorarios y a plazo que se han masificado en el sector público. ¿Cuál es la proporción de las y los trabajadores en estas condiciones y qué implica estar sujeto a este tipo de contrato? Por otra parte, ¿cómo han sido representados por las dirigencias de sus propios gremios? -Los trabajadores a honorarios, por derecho propio, tienen que estar sentados en la mesa de negociación del sector público. Son alrededor de 320.000 en todo el país y es necesario que negocien sus condiciones y no a través de terceros que no tienen el conocimiento ni la vivencia de los trabajadores a honorarios. No es lógico que no estén, es una falencia y quedan a merced de los empleadores vía convenio. No han sido bien representados por sus gremios debido a la militancia de los representantes.
-¿Cuál es la importancia del aumento salarial para las y los trabajadores públicos para la clase trabajadora del país? -El reajuste debería ser escalonado, para que sirva a una real distribución de ingresos y no un mecanismo que siga ensanchando las brechas salariales que existen dentro de los servicios del Estado. Esto [se puede lograr] mediante estudios para determinar los tramos que establezcan la diferenciación de los que reciben más que se les reajuste menos, y los que obtienen menos se les reajuste más, salarialmente.
-El contubernio entre el Gobierno y las dirigencias de los gremios públicos es manifiesto. ¿Cómo opera este vínculo y cuál ha sido el rol de las y los trabajadores hasta ahora? -En el Colegio de Profesores [...] se cansaron de que sus intereses estuvieran siendo postergados por el tutelaje del Partido Comunista, logrando que la disidencia acumulara fuerzas y ganara el Colegio de Profesores para los trabajadores. Para nosotros en la ANEF es muy inspirador, por lo cual queremos ganar la ANEF como disidencia para cambiar la composición del directorio, como también en las asociaciones de funcionarios en que la militancia es la que manda como jefatura más que como asociación de trabajadores, entonces no avanzan porque existe este control de los partidos políticos.
-¿Cómo pretenden quebrar este tutelaje del gobierno sobre las organizaciones gremiales públicas? -Estamos en época electoral, entonces los trabajadores demandamos los problemas graves de las pensiones miserables que existe en Chile. Desde ahí deberían reflexionar por el programa por el cual están votando, para que no se sigan postergando sus derechos. Las elecciones pasan, y el movimiento social aspira a construir organización que materialice las aspiraciones y exigencias colectivas de los trabajadores, ya que a través del voto no se logra conseguir lo que planteamos porque sus promesas se las lleva el viento y cual sea el gobierno nos vemos sentados en el mismo lugar con nuestras demandas. Para nosotros el camino es la organización de los trabajadores, seguir sumando, y liberar a las asociaciones del tutelaje político para lograr la autonomía sindical.