Por Daniel Mathews / Resumen.cl
Al interior de Syriza se ha desatado la batalla. La gran mayoría de militantes está exigiendo un Congreso partidario. La cúpula partidaria sabe que en ese terreno está perdida. Las tendencias hacia la izquierda: Network y la Tendencia de Izquierda han lanzado sendos comunicados fijando una posición que no es exactamente la del gobierno. Tsipras ha respondido sacando de su gabinete a quienes responden a estas posiciones.
Una pregunta que circula es ¿para que gobierna la izquierda? Tsipras considera que el solo hecho de haber ganado el gobierno ya es positivo y es algo que defender. Piensa que es mejor olvidarse de las promesas electorales si su cumplimiento va a poner en riesgo el gobierno. Sobre todo las promesas que tienen que ver con oponerse a la austeridad. Así ha terminado cediendo ante el chantaje de la troika que ha hecho un golpe de estado sui generis. Un golpe de estado en que el gobierno sigue siendo el mismo pero sin capacidad de gobernar. Ahora el gobierno griego tiene su cede en Bruselas.
Network piensa que un gobierno de izquierda sólo tiene sentido si, en primer lugar, gobierna. Que no se puede ceder al chantaje. “Syriza no puede y no debe ser transformado en un partido del memorándum” dice. Y tiene razón. Todos sabemos que la salida del euro iba a costar. En buena cuenta eso es lo que se le preguntó al pueblo: si estaba dispuesto a pagar el precio de su decisión. Y el pueblo fue, como suele suceder, más valiente que sus dirigentes.
Tsipras tiene una actitud paternalista. Usa al pueblo, en movilización plebiscitaria, para presionar a la troika. Presión sin ningún sentido cuando las instituciones europeas ya han tomado hace rato una decisión. Pero quien toma las decisiones en última instancia es él. Supuestamente la dirección sabe lo que le conviene al pueblo. Y ante la Unión Europea lo único que se le ocurre es combinar gritos con suplicas, como bien dice Perry Anderson.
Network piensa que un gobierno de izquierda sólo es posible desde la movilización popular. Con la movilización popular bien se pudo derrotar el chantaje y el plebiscito fue una demostración de eso. Y por eso juzga el acuerdo desde el ángulo de esa movilización “Este acuerdo crea una nueva situación para los desafíos de la resistencia obrera y social que tarde o temprano se producirá, como sucedió antes en los casos de los memorándums primero y segundo. Y en esta ocasión la lucha del mundo del trabajo será contra un gobierno en el cual la gente depositó sus esperanzas y al que le dieron su voto”.
En resumen, estamos ante dos maneras de entender lo que debe ser un gobierno de izquierda. Es un debate que se da al interior de los camaradas griegos. Pero que bien debería servir para quienes, desde distintas latitudes, queremos también conseguir un gobierno popular.