La hoja conocida como pata de vaca es de un árbol nativo de Asia que supera los cinco metros de altura y cuyo nombre científico es Bauhinia forficata. Actualmente se encuentra también en países sudamericanos como Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Chile. Las hojas parecen la huella de una pezuña de vaca, de ahí su nombre, las hojas son grandes, miden hasta 15 centímetros de longitud. Sus flores también grandes tienen cinco pétalos blancos, se asimila a la orquídea.
Su principal propiedad, avalada por estudios clínicos, es ser hipoglucemiante, es decir, ayuda a controlar y reducir los niveles de azúcar (glicemia) en la sangre, estimula el funcionamiento del páncreas de modo que tiende a producir más insulina, por lo que resulta muy beneficioso en pacientes diabéticos que sufren diabetes tipo II, baja el colesterol total, controla la hipertensión. Se puede consumir el líquido resultante del cocimiento de hoja y flores, o bien se puede beber de la infusión preparada con una o dos hojas por litro de agua.
Tanto las flores como la corteza de este árbol se comportan como un antiséptico y cicatrizante, para ello se pueden usar sus flores secas para hacer un cataplasma o bien hacer gárgaras con agua de cocimiento para aliviar infecciones de la garganta.
Combate enfermedades infecciosas que provocan dolor abdominal, fiebre, diarrea, inflamación y llagas en la boca, para ello se bebe la cocción de cuatro hojas frescas en medio litro de agua, lo mismo para combatir dolores de cabeza, cuello y cara
Es ligero laxante, especialmente la raíz, para ello se toma su decocción.
La pata de vaca es además diurético y beber habitualmente su infusión fortalece el sistema de autoinmune.
Pese a las propiedades de la pata de vaca las personas que padecen diabetes y consumen su infusión no deben prescindir de supervisión médica.
Evite utilizar elementos de utensilios de aluminio en las preparaciones con esta hierba.
+ Hierbas
El Natre Diente de león El Hinojo