Me he esforzado por esforzarme,
He conversado algo cabizbajo
con el espejo de mi conciencia
y me he visto en duros aprietos
para salir del paso con dignidad
Patricio Sobarzo Núñez
El 2 de julio de 1984, día de lluvia en Santiago, al caer la noche, la brigada verde de la CNI comandada por Juan Rubilar Ottone, quien recibía órdenes directas de Álvaro Corvalán Castilla, se aprestaba a hacer de las suyas acometiendo una nueva carnicería brutal...Pocos días antes, un comando del FPMR ejecutaba una acción de propaganda armada en el frontis de la brigada de inteligencia del ejército, en pleno centro de Santiago. Uno de los militantes rodriguistas cae gravemente herido y sus compañeros acuden desesperados en busca de atención médica.
Tras cerrarse varias puertas, acuden al Comité de defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU), y es el secretario regional de dicha organización, el penquista Patricio Sobarzo, quien realiza las gestiones para brindarles auxilio. Junto a la doctora Paz Rojas acuden a una suerte de clínica clandestina que se había improvisado en una casa del sector Macul en la capital. El estado de salud del herido es delicadísimo, y ya no hay más tiempo.
La suerte de aquel hombre y la de sus camaradas está a punto de sellarse en un destino funesto y los agentes del Estado están asomando sus narices y estrechando cada vez más el cerco...Un camarada del combatiente herido y el miembro de CODEPU suben a un vehiculo saliendo rápidamente de la casa en busca de un refugio más seguro para esta persona. Como las horas apremian, resuelven llevarlo a una embajada si los contactos no surten efecto.
Atraviesan avenida Macul, y, casi al llegar a avenida Américo Vespucio el copiloto (Pato Sobarzo) se baja a realizar llamadas a un teléfono público mientras el conductor lo espera en la vereda poniente con el motor encendido....Es entonces cuando aparece una caravana de vehículos de los miembros de la CNI. En una rápida acción ejecutan a Enzo Muñoz que no alcanza a reaccionar y fallece instantáneamente en la parte delantera del automóvil, mientras tanto, otro contingente de la brigada criminal golpea salvajemente a la persona del teléfono y, tras inmovilizarlo lo sube a otro vehiculo ...Lo bajan nuevamente y lo introducen en un furgón que dobla por una calle lateral hacia calle La Aguada, a orillas del zanjón. Al llegar a calle Missouri lo sacan del vehiculo, y un teniente de ejercito y miembro de la brigada verde de la CNI, de nombre Reimer Kohlitz Fell, le dispara innumerables ráfagas de metralleta y deja el cuerpo botado en el lugar.
Después viene la ejecución del montaje, la modificación del sitio del suceso, una ambulancia, la prensa del régimen (Pablo Honorato, Canal 13), el servicio médico legal, la madrugada y el amanecer de otro día de invierno...
Después viene Inés Castillo, una joven profesora de 26 años y compañera de éste último hombre asesinado que lo esperó toda la noche y se levantó la mañana del 3 de julio a averiguar porqué Patricio no había llegado al departamento esa noche. Se dirige entonces a la sede de CODEPU en calle Londres, pero se baja en la Biblioteca Nacional. Cruza la Alameda y tiene la estupefacción más grande de su vida al ver el cuerpo de su marido baleado en la portada del diario La Tercera: "ACRIBILLADOS MUEREN DOS TERRORISTAS".
Es que en un falso enfrentamiento montado por la dictadura se había llevado a Patricio Sobarzo, el hijo del obrero ferroviario nacido en Lebu y criado en San Rosendo, el ex alumno y militante del FER del Liceo Enrique Molina en Concepción, el estudiante de primer año de sociología en la Universidad de Concepción, al que la dictadura le cerro su carrera. Detenido primero en el Estadio Municipal de Avenida Collao y la cárcel de Concepción, retoma los estudios universitarios años más tarde (1977) en la sede de la Universidad de Chile en Chillan, allí destaca como dirigente de la Unión Nacional de Estudiantes Democráticos (UNED) que trabajo en reconstrucción del movimiento estudiantil en los años más oscuros de la dictadura, además del trabajo de resistencia cultural, titulado como profesor se dirige a Santiago donde asume la tarea de la defensa de los Derechos Humanos en el recién creado Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU), es cumpliendo estas precisamente estas tareas cuando es ejecutado por esbirros de la dictadura.