[resumen.cl] El día de hoy el Perú vive la segunda vuelta de sus elecciones presidenciales, donde se enfrentan la representante de la ultraderecha e hija del violador de derechos humanos Alberto Fujimori, Keiko Fujimori y el profesor y dirigente sindical apoyado por diversos sectores de izquierda, Pedro Castillo, en una de las jornadas más polarizadas en años.
La primera vuelta de las elecciones presidenciales de Perú 2021, celebradas el domingo 11 de abril, dejaron un resultado que sorprendió a muchos: Keiko Fujimori, representante de los sectores más ultraderechistas, neoliberales y ligados al régimen del terror de su padre, contra el candidato de sectores rurales, profesor y dirigente sindical Pedro Castillo, quien se define a sí mismo como marxista leninista y que ha recibido el apoyo de distintos sectores de centro-izquierda e izquierda, pero que sin embargo es un conservador en una serie de materias de derechos básicos. Los comicios captan la atención de todo el continente en lo que será un resultado histórico, cualquiera sea quien gane.
Las elecciones generales del pasado 11 de abril, fragmentada en 18 candidaturas presidenciales, dieron inmediatamente una sorpresa, pues fue el Pedro Castillo quien consiguió el primer lugar (aunque sólo con el 19%), candidato que apenas figuraba en las encuestas que le deban con suerte un 1%, demostrando nuevamente el fracaso total de las agencias de sondeos que no son capaces de predecir escenarios prácticamente en ninguna parte del mundo.
Pedro Castillo: «Izquierda», sindicalismo y machismo
El profesor y dirigente sindical, saltó al escenario político durante la gran huelga docente de 2017, en que fue uno de sus protagonistas. Proviene de los históricamente postergados sectores de la sierra peruana, pobre e indígena, mirada en menos por la población limeña, incluso por la progresista.
Autoidentificado como marxista-leninista y maoísta, su principal promesa de campaña es cambiar la Constitución de 1993 del dictador Fujimori, para darle un rol activo al Estado en la economía y nacionalizar una serie de empresas estratégicas en diversas áreas, tales como minería, hidrocarburos y energía.
Su sostén en primera vuelta ha sido principalmente el voto rural e indígena.
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Si bien él mismo se declara como de izquierda, sus posturas están bastante lejos de un proyecto de liberación de los grupos oprimidos, pues es abiertamente contrario al derecho de las mujeres para decidir sobre su cuerpo, al feminismo y a los derechos de la comunidad LGBTQ+, siendo en lo valórico un ultraconservador mucho más cercano a la extrema derecha o al bolsonarismo que a cualquier proyecto de izquierda contemporáneo que aspira a construir una sociedad de derechos.
Keiko Fujimori, la extrema derecha
Keiko, la hija del exmandatario condenado por crímenes de lesa humanidad, representa los sectores más extremistas del fujimorismo. Por tercera vez se presenta como candidata presidencial pese a estar siendo investigada en una serie de casos de corrupción.
Una de sus principales propuestas consiste en una reforma tributaria que, según expertos, apuntaría a disminuir impuestos a algunos sectores económicos para «aumentar el empleo» como sugiera el dogma neoliberal, así como aumentar la cantidad de cotizantes en el sistema de AFP incluyendo el empleo informal.
Unidad contra el otro
El inmenso mosaico de la derecha peruana se ha alineado para apoyar a Fujimori, ante el temor que les produce el eventual triunfo de Castillo.
Buscando el apoyo del liberalismo económico, la líder ultraderechista ha moderado su discurso para crear puentes hacia otras derechas y hacia el centro, utilizando principalmente la campaña del terror de convertir a Perú en Venezuela y a Sendero Luminoso, lo que le brindado algunos frutos, como el apoyo del escritor y político Mario Vargas Llosa, histórico y acérrimo enemigo del fujimorismo.
No obstante, las promesas de campaña de Castillo de cambiar la Constitución de 1993 del dictador Fujimori, para darle un rol activo al Estado en la economía y nacionalizar una serie de empresas estratégicas es el punto de encuentro para las izquierdas peruanas.
El Movimiento Nuevo Perú de Verónika Mendoza (que podría compararse con el Frente Amplio chileno) ratificó su rechazo a Keiko Fujimori en una declaración pública donde plantean la necesidad de coordinar con «las diversas organizaciones políticas, sociales y ciudadanas democráticas para hacerle frente a la amenaza conservadora, autoritaria y corrupta representada por el fujimorismo y sus variantes».
La propia Mendoza, quien obtuvo el 7.9% de los votos, quedando sexto lugar, compartió el documento en su cuenta de Twitter un mensaje señalando que "Desde el Nuevo Perú asumimos el desafío de construir una salida democrática, popular y constituyente a la crisis, dialogando con las fuerzas del cambio, incluyendo la que representa Pedro Castillo, y en torno a las urgencias del país".
"Logramos movilizar energías que rompieron con la pasividad y la desconfianza hacia la política, logramos proyectar un liderazgo colectivo radical y coherente que contribuyó a posicionar temas que hoy son ineludibles en el debate político y que están presentes en esta segunda vuelta, elección en la cual esperamos que Pedro Castillo pueda representar el cambio que nuestro país necesita", agregan.
Por su parte, el Partido Comunista, quien también estuvo junto a Mendoza en la primera vuelta, indicó que «Las aspiraciones de quienes han dado su voto a favor del candidato Pedro Castillo deben ser consolidadas y debemos sumar esfuerzos para su triunfo en la segunda vuelta y garantizar un gobierno exitoso y sostenible».