En la década del 70 el Perú tenía uno de los movimientos proletarios más fuertes del continente. El Paro Nacional de 1977 obligó a la dictadura de Morales Bermudez a llamar Asamblea Constituyente y elecciones. Pero los asesinatos de luchadores sociales, sea en nombre del maoísmo o del neoliberalismo, terminaron con esta tradición. Además, todo hay que decirlo, la izquierda cometió muchos errores (y esto es una autocritica). A mediados de los 80 ya casi nada quedaba.
Esto permitió que sucesivos gobiernos dieran leyes de excepción para distintos sectores laborales: agro exportación, pequeña empresa, textiles y un largo etcétera. El capitalismo crece aquí con el dinero que dejan de recibir los trabajadores. No sólo por el concepto de plusvalía, que es común a todo el mundo, sino por desposesión de derechos. En cada sector suman millones de dólares.
La última ley de excepción fue dada contra los jóvenes. Pero Ollanta no se dio cuenta antes de darla que ya no son los jóvenes del 90. Los que están entrando al mercado laboral hoy no han vivido el terrorismo, ni el maoísta ni el estatal. Y tienen toda la fuerza de la edad. Así que salieron en marcha. A pesar de ser época navideña se realizaron tres marchas potentes. Alrededor de 40,000 jóvenes marcharon más de 7 kilómetros.
El primer efecto ha sido quebrar la unidad de la derecha. Si en un principio todos aprobaron entre aplausos la ley de empleo joven ahora la piensas dos veces. La derecha está dividida entre quienes quieren mejorarla a través del reglamento, los que prefieren modificarla y otros que proponen postergarla. Nadie hoy, ni siquiera el gobierno, quiere mantenerla tal cual. La izquierda en el parlamento y el pueblo en las calles no aceptan ninguna de estas opciones. La única opción valida es derogarla.
Son esos dos frentes de lucha. Aunque el Parlamento esta en el receso de verano puede ser derogada en la Comisión Permanente y ya se pusieron de acuerdo para que el debate no pase por el tramite de comisiones. En la calle los jóvenes han dividido Lima en 14 zonales donde se agrupan los relacionados a dichos espacios ya sea por trabajo, estudio o vivienda. Están organizando un encuentro para el sábado 10 y otra movilización para el jueves 15 que debe ser mucho más fuerte que las anteriores. “Ya nos cansamos de pasear” dicen. En las provincias pasa algo parecido, la movilización del 15 será una Jornada Nacional.
Hace 37 años, desde el Paro Nacional de 1977, no había un movimiento de clase de estas dimensiones. Ha habido movilizaciones, si. Pero ya sea la expulsión de Fujimori, las marchas contra la corrupción o por la unión libre homosexual, no tenían un carácter de clase tan definido. Los pobres poníamos las tropas pero la dirección no era nuestra. Hoy el proletariado ha regresado, esta creando su propia dirección. Y para quedarse.