[resumen.cl] Durante esta mañana, en Concepción, en dependencias del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de la región del Biobío, integrantes del movimiento social opositor a los terminales de gas en la Bahía de Concepción, ingresaron una solicitud en la cual exigen que se suspenda la tramitación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto GNL Talcahuano y se abra un período de participación ciudadana extraordinario por 30 días.
La solicitud se debe a que el titular, cuyo representante legal es el militante DC Juan Ignacio Ugarte, no ha sometido a evaluación parte importante de su proyecto, como es el caso del empalme que une el Terminal con el Gasoducto del Pacífico. Según antecedentes recopilados por la Coordinadora Intercomunal, a través de una carta de intención emitida por Gasoducto del Pacifico, la empresa solo indica que la conexión era factible y que se podría tramitar su parte, pero hasta la fecha no existiría ningún acuerdo de construcción al respecto. Para ello sería necesario instalar infraestructura de alto costo, y cuya carencia ya habría sido constatada por el SEREMI de Energía en la Adenda N° 1 del proyecto.
La empresa titular del proyecto energético arriesga que este pueda anularse y volver atrás en la tramitación, de constatarse que estaría fraccionado, es decir, que fue presentado por partes. Una situación que la legislación ambiental prohíbe.
Debido a que esta situación se trata de una modificación sustancial al proyecto, las organizaciones sociales que se oponen a los megaproyectos en la bahía esperan que el SEIA ordene la apertura de una participación ciudadana por 30 días. Además, buscan la suspensión la tramitación del actual proyecto ante el SEA hasta que se evalúe la variable que se denuncia. Entre las irregularidades denunciadas anteriormente por los opositores al proyecto, se incluye una solicitud a Contraloría de investigar sus aportes a políticos por supuestamente haber financiado la campaña electoral del concejal del PS por Talcahuano, Eduardo Saavedra. Los pagos al edil del PS coincidieron justamente con el cambio de opinión de su padre Gastón Saavedra -ex Alcalde de Talcahuano y hoy carta al parlamento de la tienda socialista- cuya postura en un comienzo era de “cautela” ante estos proyectos energéticos, para luego darles su respaldo abogando por “consensos”.Las consecuencias del incremento en la producción energética
El proyecto GNL Talcahuano tendrá una inversión superior a 160 millones de dólares. Su principal accionista es el fondo estadounidense Stonepeak. Además, el proyecto busca materializarse en base a sociedades con otras empresas locales, como la Universidad de Concepción, Cementos Bío Bío y CAP, empresa que facilitará el muelle.
Al menos tres nuevas centrales termoeléctricas podrían entrar en operaciones con la puesta en marcha de estos terminales marítimos. El terminal GNL Penco-Lirquén implica la operación de la central termoeléctrica El Campesino en Bulnes, más otra central bajo el nombre de Inversiones El Carmen. Mientras tanto, al terminal GNL Talcahuano se encuentra asociada la central termoeléctrica Tierra Noble en la comuna de Cabrero. Junto a estas centrales, también se proyecta la termoeléctrica “Las Arcillas” de la firma E-CL (filial de la franco-belga Engie-GDF Suez) en la comuna de Pemuco.
GNL Talcahuano es el segundo terminal de gas que se somete a evaluación de impacto ambiental en la Bahía de Concepción. Mientras el “Proyecto Octopus” (GNL Penco Lirquén) se encuentra actualmente en el proceso de Consulta Indígena, GNL Talcahuano estaría buscado materializarse rápidamente.
Con una mano de obra promedio de solamente 80 trabajadores durante la construcción y una inversión de 160 millones de dólares, “GNL Talcahuano” se posiciona como como el segundo proyecto de terminal marítimo para importar gas a la región, después del Proyecto GNL Penco Lirquén (Octopus)
Los grandes volúmenes de distribución que posibilitaría la sobreoferta de gas con la construcción de dos terminales marítimos para GNL, entregarían mayores posibilidades para incrementar los impactos ambientales y sociales que ya producen las industrias pesquera, forestal, petroquímica y energética en la región. Este aumento en la oferta energética traería aparejado además un aumento en las emisiones de gases invernadero por combustión de gas natural, las cuales se incrementarían a nivel local de manera similar a las desalentadoras proyecciones climáticas globales para combustibles fósiles en las próximas décadas.
El uso de gas natural no mitiga el cambio climático sino al contrario. En Estados Unidos, estudios han reportado que el cambio de carbón a gas natural como fuente de energía no reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero. Incluso, podría hacer que estas aumenten debido a que desalentaría el uso de energías renovables. Estudios indican que entre 2013 y 2055 el uso de gas natural reducirá las emisiones del sector eléctrico tan solo en un 9%, una cifra insignificante en cuanto al impacto en el ambiente. El uso del gas natural, junto con el resto de los combustibles fósiles, se incrementa en todo el mundo. De acuerdo a cifras oficiales del Cuarto Reporte del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) en 2001, el gas natural produjo alrededor de 5,3 billones de toneladas anuales de CO2, mientras que el carbón y el petróleo produjeron 10,6 y 10,2 billones de toneladas respectivamente. De acuerdo a la versión actualizada del reporte especial para el escenario de emisiones para 2030, el gas natural será fuente de 11 billones de toneladas anuales, mientras que el carbón y el petróleo producirán 8,4 y 17,2 billones de toneladas respectivamente debido al incremento en la demanda de 1,9% al año y se espera que estas aumenten.