El 21 de septiembre: Día Mundial contra los Monocultivos Industriales de Árboles
EL 21 de septiembre se conmemoró el Día Mundial contra los Monocultivos Industriales de Árboles. Esta fecha debería tener un amplio reconocimiento en nuestro país, si tenemos en cuenta el sufrimiento de comunidades chilenas y mapuche por las consecuencias del negocio forestal.
Aquí reproducimos parte del un comunicado que publicaron distintas organizaciones que trabajan para detener las plantaciones industriales de árboles:
Las plantaciones de árboles a gran escala provocan graves impactos ambientales, sociales y en las economías locales, como:
* La escasez de agua, dada la alteración de los ciclos hidrológicos y el deterioro de ríos y quebradas;
* La contaminación del aire debido al uso de agroquímicos;
* El desplazamiento de comunidades enteras debido a la ocupación del territorio;
* Violaciones a los Derechos Humanos, laborales y ambientales;
* La contaminación por pesticidas y la grave pérdida de diversidad biológica,
* La violencia generalizada, contra las comunidades y el medio ambiente.
“Las plantaciones de árboles no son bosques. Una plantación es un sistema agrícola que termina con los ricos ecosistemas naturales y su biodiversidad”. Las plantaciones responden a un modelo industrial que produce materia prima abundante y barata que sirve como insumo para el crecimiento económico de las empresas que las comercializan.
“En los territorios que hoy ocupan las plantaciones, ya había o podría haber cultivos agrícolas destinados a asegurar la soberanía alimentaría de los pueblos, manejados por comunidades campesinas”, lo que amortiguaría la crisis alimentaría que estamos viviendo.
La lucha que llevan a cabo las comunidades locales contra los monocultivos de árboles es un asunto cotidiano en el mundo:
* En Asia y el Pacífico, comunidades locales en Malasia, Indonesia y Papúa Nueva Guinea luchan contra las plantaciones de palma aceitera;
* En África hay luchas contra las plantaciones de caucho, de palma aceitera o para celulosa;
* En América Latina, países como Brasil, Argentina, Chile, Ecuador y Uruguay sufren los impactos del “desierto verde” de pinos y eucaliptos,
*En Colombia avanzan las plantaciones de palma para agrocombustibles, al igual que en Venezuela y Centroamérica.
El Parlamento Europeo y otras instituciones impulsan la llamada segunda generación de agrocombustibles basada en madera, que llevará a una rápida y amplia expansión de este monocultivo, incluyendo árboles transgénicos. Esto da un nuevo impulso a las plantaciones industriales de árboles que tienen consecuencias como las que sufren las comunidades de la provincia de BioBio.