[resumen.cl] Un estudio que analizó el periodo 1997-2015 concluye que la industria forestal incrementa la pobreza y la desigualdad social para las comunidades rurales que viven en los territorios donde ésta se ha instalado. Los hallazgos muestran que la expansión de la industria forestal en las últimas décadas no ha reducido el desempleo ni aumentado los ingresos en las comunidades, sino todo lo contrario.
En 2014 nuestro documental "Plantar Pobreza, el negocio forestal en Chile" apuntó a la gran industria de monocultivos forestales y pulpa de celulosa y papel como responsable de una amplia gama de impactos socioambientales. Uno de los más determinante era la pobreza que afecta las comunidades rurales y periurbanas rodeadas por estas plantaciones.
Ahora, un nuevo estudio confirma los impactossocioeconómicos de la expansión de las plantaciones forestales, principalmente de pino y eucalipto en respuesta a la demanda comercial de productos de la madera.
El estudio fue publicado en la revista Human Ecology y evaluó los impactos socioeconómicos de la gran industria forestal en seis regiones entre Chile y Wallmapu, durante el periodo entre 1997 y 2015.
La investigación evaluó las externalidades positivas (empleo e ingresos) y negativas (pobreza y desigualdad de ingresos) de esta expansión forestal tanto en comunidades indígenas como campesinas.
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Los resultados mostraron que la expansión de las plantaciones forestales está asociada significativamente con la pobreza. Establecieron que "un incremento de un 1% en el área cubierta por plantaciones forestales está relacionada con un aumento de 0,16% en la población que vive por debajo del umbral de la pobreza".
Los resultados muestran que "la expansión de la industria forestal no ha tenido impacto en la reducción del desempleo o el aumento de oportunidades de empleo o de los ingresos de las personas" sino todo lo contrario, "en las comunas que han experimentado un incremento en la superficie plantada con monocultivos, la pobreza y la desigualdad de ingresos se han incrementado". Esto fue observado tanto en comunidades indígenas como campesinas chilenas.
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Uno de los autores, Pablo Millalen explicó a INTERFERENCIA que “El artículo contrarresta empíricamente la narrativa sobre la reducción del desempleo de una industria que, además, juega un rol importante en lo que se conoce como el mal llamado ‘conflicto mapuche’. Asimismo, pone en cuestionamiento una vez más los procesos de certificación vía Forest Stewardship Council (FSC) que esta industria requiere para operar en el mercado global”.
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Mientras que Álvaro Hofflinger, otro de los autores, explicó al citado medio que “la reducción del desempleo vinculado al crecimiento de la industria forestal es un mito, es una narrativa que favorece al sector forestal, y me parece que hay dos razones que lo explican. Primero, le permite a la industria forestal no hacerse responsable de las externalidades negativas que genera en su accionar (aumento de la pobreza y desigualdad), pudiendo de esta forma, obtener certificaciones internacionales para la comercialización de sus productos. Segundo, le permite externalizar el problema, pues es el Estado chileno, a través sus políticas, planes y programas, quien debe hacerse cargo de reducir el desempleo, la pobreza y la desigualdad. Así, la industria forestal capitaliza sus ganancias y socializa sus pérdidas, el negocio es muy conveniente”.
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