Dos días de movilizaciones que incluyeron el bloqueo del acceso a la faena de la industria y la toma por varias horas de la chimenea de la termoeléctrica Bocamina dos de Endesa propició que los pobladores de Capitan Cabrejo y Aroldo Figueroa consiguieran, según ellos, sus demandas: una indemnización justa.
“Decido irme de aquí porque ya no soportamos la contaminación que produce la Bocamina y las pesqueras, nuestros hijos sufren constantemente de enfermedades respiratorias y asma; también porque los ruidos que produce cuando trabaja este monstruo son insoptables, no nos dejan dormir y nos han destruido nuestras viviendas con cada movimiento de la obra; Endesa y las pesqueras nos invadieron y nos han obligado a dejar nuestra población” afirma Maritza Roa, vecina que ha determinado abandonar su territorio en el cual vive desde que nació junto a las vecinas que la acompañan.
Este sector no es el único afectado, las poblaciones que se ubican en los cerros también sufren las consecuencias de este negocio. Recordemos que vecinos del cerro La Colonia, igualmente han exigido la inmediata erradicación del lugar, incluso el terreno de este sector se ha socavado producto de los trabajos de la empresa, como le ocurrió a una familia del sector que sorpresivamente en el patio de su casa se formó un socavón de varios metros de profundidad que atentaba con la sus vidas.
Son 49 familias las que serán erradicadas del sector, según Juan Bizama, dirigente de la Junta de Vecinos n°10 de Aroldo Figueroa el objetivo era finalmente lograr una indemnización que satisfaciera las necesidades de los vecinos, que contemplara el pago por las viviendas e igualmente cubriera el costo social que siginifca esta erradicación. “nosotros pedimos un monto de dinero que nos permitiera decidir dónde vivir y que también cubriera con gastos como por ejemplo un vehículo, porque somos la gran mayoría pescadores artesanales que tenemos nuestra fuente laboral en este sector, si nos cambiamos debemos tener una herramienta que nos traslade fácilmente hacia acá, Endesa también debe hacerse cargo de esto”.
En relación a la negociación, Juan Bizama indica que cada vecino negociará de manera particular su vivienda, pero que se ha establecido un piso de dinero.
Anteriormente varios pobladores de este sector fueron erradicados por esta transnacional española, acción que muchos se negaron a aceptar, ya que no consideraban sus intereses como la cercanía con el mar y también de servicios urbanos como transporte, establecimientos educacionales y centros de saluden ellugar al cual serían destinados. Maritza señala “nosotros no nos fuimos antes porque queríamos una erradicación digna, no estábamos de acuerdo con irnos a sectores aislados y lejos del mar y de la ciudad como fue el caso de los vecinos que se fueron a los Huertos Familiares (Coronel)”
Pero qué sucede con los pescadores artesanales, mariscadores, chinchorreros y algueras, que han visto cómo estas empresas han invadido su sector y lo han destruido.
Los chinchorreros: “la termoeléctrica nos robó nuestro sustento de cada día”
Hector Medina, presidente del sindicato de Chinchorreros nos cuenta que son cerca de 70 los agrupados en torno a la recolección de carbón de la playa. En la actualidad su trabajo se encuentra seriamente dañado por la instalación de esta planta de producción energética.
El lugar donde trabajaba Héctor y sus compañeros, en la actualidad es ocupado por las pesqueras y las termoeléctricas (Bocamina uno y Bocamina dos) cerrándoles la entrada a la playa y negándoles el acceso a su trabajo. Nos explica “Endesa nos cerró el acceso a la playa coartando nuestro trabajo.Enacar en su momento nos cedió dos metros, luego Bocamina uno nos cedió dos metros más, nosotros teníamos cuantro metros para acceder a la playa, hoy la Bocamina dos nos cerró el paso a la playa, nos robó nuestro sustento de cada día”.
En relación a la llegada de varias industrias(pesqueras, cementeras, chipiadoras y tres termoeléctricas) a Coronel y sobre todo a este sector comenta “No entendemos por qué nos mandaron estas inmundicias para acá, de Talcahuano nos trajeron las pesqueras, nos instalaron sin previo aviso y sin consultarnos las termoeléctricas y empresas cementeras y chipiadoras con el pretexto de que nos darían trabajo y absorverían la cesantía, pero eso no fue verdadero, yo vivo al frente de las pesqueras y nunca me han dado trabajo”.
Finalmente señala que lo que exigen a esta empresa es una mesa de trabajo y que los indemnicen por el daño que han provocado quitándoles el acceso a su trabajo; asimismo llaman al municipio coronelino a responder por qué permitió que esta industria se apropiara de todo este sector. Si no hay respuesta a lo anterior no dudan en comenzar un proceso de movilización.
Los pescadores artesanales: “nos atan las manos”
Los pescadores artesanales de Lo Rojas reiteradas veces han denunciado cómo esta planta termoeléctrica ha afectado su trabajo y también cómo ha sido nefasto para la preservación del recurso marino. Lo anterior producto de la expulsión de agua que la planta ocupa para procesos de enfriamiento de las calderas. Esta agua es vertida a termperaturas elevadas que desestabiliza las condiciones normales del mar, matando a los peces y fauna marina en general
Los pescadores que desde su embarcación miran el mar y el golpeteo de las lanchas recuerdan “Antes todo este sector que en la actualidad se ubican las pesqueras era playa.Nosotros salíamos a poca distancia de la orilla a pescar incluso veíamos desde el muelle cómo andaban los peces grandes. Pero luego de la intervención de la termoeléctrica los peces han desaparecido, por lo que debemos salir a pescar para el lado de Tubul”.
La instalación de estas empresas no solo han restringido el acceso al mar como fuente laboral, sino también como lugar de recreación de los coronelinos, recuerdan este grupo de pescadores “nosotros salíamos a pasear a dar vueltas y caminar por la playa, incluso por este sector llegábamos a Coronel centro, hoy esto nos es negado”
Las algueras “los que se tienen que ir de aquí son Endesa y sus termoeléctricas”
Marisol Ortega es alguera del sector junto a 620 mujeres más. Nos relata que ellas siempre han trabajado recolectando luga en el sector en el cual se instaló la termoeléctrica. Esta actividad les permitía vivir satisfaciendo sus necesidades básicas, pero que les permitía “no limosnearle a las empresas, podíamos vivir dignamente” asevera. En la actualidad producto de esta invasión industrial su trabajo fue seriamente afectado “a nosotros nos robaron nuestro trabajo, nos destruyeron nuestro mar y los recursos que este poseía, pero además nos niegan el acceso a él”Las algueras para llegar a su lugar de trabajo deben caminar durante una hora, pero antes esto lo realizaban en 5 minutos.
Las algueras hicieron públicas sus exigencias a Endesa, proponiéndoles el pago de una indemnización por 25 años, por el contrario la solución ofrecida por la empresa, en primera instancia, es el acceso a capacitaciones para las trabajadoras. Marisol enfatiza “de qué nos sirven las capacitaciones o cursos, como de peluquería o taxistas, si no hay fuente laboral, ya que este mercado esta repleto de ex trabajadores que han despedido de otras industrias” agrega “de las algas ya no podemos vivir ni tampoco de la pesca acá contaminaron con hipoclorito, y la Cabo froward igualmente esta en el lugar donde trabajamos y a contribuido a esta contaminación botando tóxicos que producen cáncer. Nosotras debemos soportar esta contaminación directamente”
En relación a la erradicación de la población como solución al problema, la recolectora nos indica que ésta no es el remedio, sino que lo que vendría a solucionar el problema que no solo implica un asunto territorial, sino también de contaminación del medio ambiente y destrucción de nuestro patrimonio cultural, es que las termoeléctricas se retiren de este sector. “la termoeléctrica nos mata el mar: fuente de trabajo, nos destruye nuestros casas y terrenos y nos contamina nuestra alimentación y cuerpo. Si nos vamos de aquí perdemos nuestro trabajo, algunas vecinas que ya fueron erradicadas hoy piden limosnas en las calles de Concepción, pues no tienen trabajo, dijieron que los llevarían a vivir en casas mejores pero viven hacinados y aislados, para qué las hicieron vender sus carretones con los cuales trabajaban en la luga: ¿esta es la mejor vida que les prometieron? Acaso que porque son endesa tienen el derecho sacar a la gente de acá, esto es un abuso”. Finaliza.