Por Ruperto Concha / resumen.cl
Opción 1: archive.org
Opción 2: Spotify
https://open.spotify.com/episode/3bE7bFbjS15kfbKygHoRWV?si=qPWC-0i9T4Ca1AD4VKUYtg&dl_branch=1
En los colegios de Estados Unidos se está discutiendo acaloradamente sobre cómo hay que explicarles a los colegiales el sentido de las diferencias entre las “razas” que presenta nuestra especie zoológica, la “Especie Humana”.
Y, naturalmente, el tema implica el asunto de la dominación de una raza sobre otra, que durante miles de años se concretó en “esclavitud” y que, en Estados Unidos, aún después de eliminar la esclavitud, derivó en generar un sistema social racista, donde las razas implican algo muy parecido a clases sociales dominadas, abusivamente, por gente de la llamada “raza blanca”.
A finales del siglo 20, un grupo de académicos de ciencias sociales y jurídicas realizó durante varios años en Estados Unidos una investigación que culminó en la publicación de la llamada “Teoría Crítica de la Raza”, en la que se define el tema del racismo como un fenómeno que dejó de ser expresión individual de prejuicios, y llegó a ser algo así como el “gran arquitecto cultural” de la discriminación racial de Estados Unidos.
En estos momentos, en plena ebullición de las protestas iniciadas por los afroamericanos frente a los persistentes abusos de todo el aparato social y policial del país, las noticias nos muestran una intensificación de violencia racial que ahora se extiende también a brutales agresiones de odio también contra personas que parecen ser de una raza oriental, de alguna raza oriental.
Y, ojo, entre los más brutales agresores de este racismo antiasiático se cuentan ya varios individuos que son “afroamericanos” y que, según las malas lenguas, podrían tener ganas de hacerle a otros lo mismo que les hacían a ellos.
Pero lo realmente significativo es que, en estos momentos, todo el sistema pedagógico estadounidense acepta la necesidad de que los colegiales reciban formación e información sobre lo que son las razas humanas y lo que su diversidad aporta al enriquecimiento de la Humanidad total.
Los americanos tuvimos la extraña suerte de que nuestro continente entero, desde el Ártico hasta la Tierra del Fuego, y desde los albores del Homo sapiens sapiens hasta hoy día mismo, invariablemente haya sido un inmenso crisol genético en que habrían de combinarse todas las razas humanas.
El desarrollo de los idiomas indígenas americanos originarios, miles de años antes de la llegada de los europeos, revelan que al menos cinco grandes grupos de los primeros inmigrantes, llegados desde Asia, eran claramente distintos entre sí, pero se fueron mixigenando, siglo tras siglo, a medida que avanzaban hacia el sur, desde Alaska, hasta llegar a la Tierra del Fuego, en una floración de mestizajes fisiológicos y culturales.
Hay también indicios muy fuertes que señalan la llegada de viajeros de la China, que dejaron aportes genéticos y culturales muy anteriores a la llegada de Colón, y, por cierto, está bien comprobada y documentada la llegada a América de vikingos procedentes de Noruega, que ya habían establecido colonias en Islandia y Groenlandia.
Después llegaron los europeos “blancos”… Pero ¿de qué raza eran ellos?... ¡Todos, sin excepción, eran mestizos también! Los españoles, mestizos de celtas con iberos, con itálicos romanos, con visigodos, con alanos, con vándalos, con árabes asiáticos y moros africanos, en fin…
Y también esos británicos, mestizos todos de razas originales ya perdidas, mezcladas con pictos, con celtas, con sajones, y con escandinavos anglos…
Y, oiga, ¿qué mestizaje tan gallardo fue ese imaginado por Hitler como la “Raza Aria” supuestamente superior a todas las demás?... Migraciones de eslavos, mongoles, vikingos, latinos y semitas hebreos hicieron durante siglos la alquimia sexual que generó esa mescolanza que llaman la “raza europea”.
Pero muchos miles de años antes, ya un mestizaje primordial había dado origen a lo que conocemos como “hombre moderno” que llamamos el Homo sapiens sapiens actual, y que, según mi amigo Federico Aldunate, es un “sapiens que no sapiens casi nada”. ¡El mestizaje el Hombre de Cromañón con el Hombre de Neanderthal!… y posiblemente también con otros ensayos arcaicos de hombre moderno.
Así pues, la especie humana nació mestiza y la evolución de la humanidad ha sido siempre un apasionado y a veces brutal connubio erótico de pueblos en movimiento, de culturas y ambiciones, de arte y de tecnología...
… ¡De causas y efectos en una dialéctica que imperturbablemente sigue cambiándonos a nosotros mismos y al hacerlo cambia toda la realidad en que vivimos!
La palabra “nostalgia” en castellano significa “echar de menos un lugar”. Pero todos entendemos que lo que se echa de menos no es un lugar… es un pasado que amábamos y no queríamos perder. Es lo que dice la palabra portuguesa “saudade”.
Pero vivimos en un mundo en que todo cambia implacablemente. Toda belleza ha de envejecer desfigurándose hasta, finalmente, morir. Y envejece también nuestra facultad de amar como amábamos antaño. Y, claro, ante el río de las transformaciones incesantes de la realidad en que vivimos, una realidad que nosotros mismos cambiamos y alteramos por el sólo hecho de vivir, solemos sentir que no queremos más cambios. O sea, nos volvemos conservadores.
Pero la realidad entera, el universo mismo, es un proceso incesante de transformaciones vertiginosas. Cada acto que realizamos tiene inevitablemente un efecto incluso cuando deseamos no hacer nada. Porque detenerse es también un acto.
Pues bien, las acciones que los humanos hemos realizado en nuestro mundo en los últimos cien años, entre todos, han sumado sus diminutos efectos sobre toda la realidad en que vivimos. Cada vez más rápido, miles de millones de efectos aparentemente pequeñitos, insignificantes, tan livianitos como un átomo de hidrógeno, se han ido sumando entre sí hasta convertirse en un efecto que es un cataclismo.
Fíjese Ud. que hoy la civilización humana ha alcanzado un poderío gigantesco. Nuestra tecnología es capaz de producir casi cualquier cosa. En pocos años más Rusia y China podrán tener instalada una colonia permanente en la Luna produciendo riquezas sin contaminar nuestro planeta.
Ya la tecnología 5G, aplicada en inteligencia artificial, está aplicándose en la actividad industrial con máquinas que prácticamente no necesitan trabajadores humanos. Robots inteligentes que son capaces de utilizar herramientas complejas, analizar problemas y hallar soluciones, aumentando cada vez más la capacidad de producción industrial de bienes y servicios.
Los hombres de ciencia ya han logrado avances decisivos, por ejemplo, para la generación de energía mediante fusión nuclear. Ya los investigadores biológicos parecen a punto de poner en producción nuevas sustancias orgánicas capaces de curar el cáncer en forma natural.
Y sin embargo, en estos momentos, el panorama general de la vida, al menos en todas las naciones del mundo occidental, es de empobrecimiento, rabia y desconcierto.
En Estados Unidos, que supuestamente es la capital imperial del mundo, hace un mes se reveló una encuesta sobre estudiantes universitarios jóvenes, en que casi la mitad de los entrevistados dijo que no se sentían orgullosos de ser estadounidenses.
Un 47% de los universitarios se declaró simpatizante del socialismo, y un 65% de ellos declara que el socialismo es el que puede resolver algunas de las más graves amenazas que hay sobre el mundo actual, como es el cambio climático y el empobrecimiento de un creciente sector de la población.
¿Cómo se produce la coincidencia del enorme avance de las ciencias, con la trágica realidad mundial, de una humanidad dirigida por gobernantes dispuestos a ir a la guerra, a utilizar armas mortíferas sin más justificación que el deseo de imponer su nación sobre las demás naciones?
En realidad, el llamado “mundo occidental”, que se autodefine como “democrático” y “defensor de los derechos humanos” parece haber quedado cautivo en manos de gobernantes incapaces de encabezar políticas de integración y colaboración real de las naciones.
La semana pasada, el presidente Joseph Biden pidió que las Naciones Unidas prohíban absolutamente la venta de armas al gobierno golpista de Myanmar. Y, sin embargo, a la vez, le regala a Israel más de tres mil millones de dólares anuales para que compre armamento, en momentos en que Israel, desafiando a las Naciones Unidas y al derecho internacional, se apodera brutalmente de los territorios y los bienes de los palestinos.
En Europa, Alemania y Francia intentan reestablecer contacto y diálogo entre la Unión Europea y Rusia. Sin embargo, Inglaterra, Polonia, Holanda y los pequeños países bálticos, Letonia, Estonia y Lituania, además de la OTAN, se oponen fieramente a cualquier diálogo con Rusia. Ellos prefieren la opción de la amenaza militar.
¿Qué cálculos políticos o estratégicos pueden tener los gobernantes de esos países militarmente insignificantes ante la posibilidad de una guerra que nuevamente devastaría y haría pedazos a Europa?...
La semana pasada, el conservador primer ministro británico, Boris Johnson, en contra de la opinión del alto mando militar de su país, ordenó que el barco de guerra “Defender” penetrara desafiantemente en aguas territoriales de Rusia, en Crimea, en el Mar Negro.
La reacción de Rusia fue muy moderada. Uno de sus guardacostas interceptó al buque de guerra británico, ordenándole salir de inmediato. Y como advertencia el destroyer ruso hizo varios disparos de artillería sobre la estela del intruso, a la vez que aviones rusos volaron a baja altura sobre el barco británico y lanzaron un par de bombas que hicieron explosión a distancia mínima, justo para no hacerle daño.
Al día siguiente, el primer ministro británico declaró ante la prensa que no, que no había pasado nada y que los rusos no se habían atrevido a amenazar su nave. Sin embargo, el general británico Sir Nick Carter, jefe máximo del alto mando de la defensa británica, confirmó que Johnson había ordenado personalmente la maniobra provocativa en aguas territoriales de Crimea, y, además, el periodista Jonathan Beale, de la BBC de Londres, que se encontraba a bordo del destroyer británico, confirmó que ante la respuesta rusa la nave había virado rápidamente para salir escapando de la zona.
Rusia, por su parte, entregó a la prensa el video de toda la operación, y el jefe militar de Crimea señaló que, si hubiera una nueva incursión como esa, la nave intrusa sería destruida. ¿Se fija Ud?...
El jefe de gobierno británico se puso a sí mismo en ridículo, como mentiroso e irresponsable. ¿Por qué? y ¿para qué?
Oiga, y se supone que Gran Bretaña es una de las principales potencias europeas.
En tanto, en Estados Unidos, el analista político John Whitehead, de OpEdNews, reveló también la semana pasada que el gobierno de Joseph Biden confirmó que su gobierno está desarrollando un vasto plan policial de prevención del delito, en términos de “pre-crimen”. O sea, actuando contra los posibles delincuentes antes de que hayan cometido un delito.
Para eso se dispondrá en vasto sistema de cámaras de vigilancia dotadas de sistemas de reconocimiento facial incluso a más de 100 metros de distancia. Se agregará a ello sistemas de interceptar llamadas de celulares y además rastrear los lugares donde se encuentra el está usando el celular, el que llama y el que recibe la llamada. De hecho, sólo en Nueva York en estos momentos hay ya instaladas 15 mil cámaras de vigilancia equipadas con sistemas de reconocimiento facial. La doctrina apunta a observar de antemano la conducta de la gente para detectar alguna señal sospechosa y así echarle mano al posible delincuente antes de que haya delinquido. ¿Se da cuenta?... Con ello, se da el absurdo de que una persona pueda ser detenida por un delito que no ha cometido pero que, según la policía, habría cometido si seguía en libertad.
Oiga, eso es privar de libertad a una persona sólo por sospecha, aun sabiendo que al momento de su captura no ha cometido delito alguno. ¿Está dispuesto el pueblo de los Estados Unidos a someterse al espionaje policial permanente sobre todo lo que haga, todas sus conversaciones, todos sus movimientos y todas sus opiniones?...
¿No es precisamente eso lo que supuestamente hacía José Stalin en la Unión Soviética, en los tiempos de la dictadura del proletariado?
Con esas informaciones resulta claro por qué, en los últimos dos meses, el apoyo popular al presidente, de un 54 % en abril cayó a un 48% de aprobación en junio, según una encuesta realizada por la Universidad de Monmouth.
Y, para asombro de la cúpula del Partido Demócrata, el martes pasado, inesperadamente, la candidata India Walton, una afroamericana, bastante negrita ella, y declarándose abiertamente como socialista, ganó en las elecciones municipales de la ciudad de Buffalo, en Nueva York, derrotando al oficialista Byron Brown que pretendía ser reelegido como alcalde.
Claramente las cosas están cambiando también en Estados Unidos, y el cambio político aparece unido al desastroso cambio climático que está afectando a prácticamente todo el territorio del país. La sequía es desastrosa en la mayor parte del medio oeste norteamericano, donde ya muchos agricultores han tenido que talar sus árboles frutales para mantenerlos en vida latente en sus tocones.
Y en Florida, en la comuna de Surfside, junto al mar, el inesperado desplome de un edificio de doce pisos a la una de la mañana, destruyendo en pocos segundos más de 130 departamentos, dejó en evidencia que, en último término, la tragedia se produjo por el reblandecimiento del suelo, bajo los cimientos, debido al aumento de varios centímetros del nivel del mar por el cambio climático.
La tragedia, al parecer, provocó la muerte de más de 130 habitantes que por ahora se dan como desaparecidos, pero que están aplastados por los escombros.
Esta semana que pasó, se dio a conocer el informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático. Según informa la agencia noticiosa France Press, se perfila un futuro desastroso para cientos de millones de personas, por hambruna, sequía y surgimiento de epidemias nuevas incluyendo variantes letales del COVID19.
El reporte, publicado también por el diario británico The Guardian, señala que en la naturaleza los cambios desastrosos son enfrentados mediante una evolución rápida de la vida, lo que implica la muerte de muchas especies y el surgimiento de especies nuevas que se adaptan a la nueva realidad. Pero el ser humano no tiene esa posibilidad. Eso hace temer episodios de extremo sufrimiento y muerte de mucha gente en muchos lugares. Y lo peor que se aproxima tendrán que afrontarlo los que en este momento son todavía niños.
Habrá extinción de especies, morirán formas completas de vida silvestre vegetal y animal, habrá olas de calor insoportable, más y más ciudades costeras serán invadidas por el aumento del nivel del mar.
Y, de hecho, los efectos del cambio climático están siendo cada vez más rápidos, se están volviendo cada vez más inminentes.
Pero son demasiados los que parecen incapaces de percibir la amenaza que se está volviendo inminente.
Y algunos de esos que no entienden nada siguen ocupando puestos de poder y tomas de decisiones y gobiernos de países enteros.
Al menos algunos de ellos toman decisiones inesperadas, hasta asombrosas a veces, como es el caso del Alto Mando de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en Nevada, que, según informa el diario local The Washington Examiner, la base aérea Nellis se muestra muy satisfecha de haber realizado en sus instalaciones un brillante festival con un show de travestis.
El portavoz de la base aérea, teniente coronel Bryon McGarry, enfatizó que ofrecer el show de homosexuales era esencial para mantener alto el espíritu militar, a la vez que fue una excelente oportunidad para disfrutar el arte de los travestis y la excelencia artística de la comunidad LBGT.
Y enfatizó el comandante McGarry que la Base Aérea Nellis tiene el claro compromiso de generar y defender un entorno amigable que garantice igualdad de oportunidades, diversidad e inclusión para todas las minorías. ¿Qué tal?
Inesperado, ¿verdad que sí? Un gesto de libertad sexual que desafía las recatadas costumbres evangélicas de las fuerzas armadas tradicionales, no sólo de Estados Uhemos dejadonidos sino de todas partes.
Como decíamos antes, todo está cambiando rápido. Muy rápido. ¿Qué pensarán de nosotros nuestros nietos cuando vean el mundo que les hemos dejado en herencia?
Hasta la próxima, gente amiga. Cuídense, hay peligro.