Por Ruperto Concha / resumen.cl
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El pasado jueves 7 de diciembre, la televisión de Israel exhibió, casi como un chiste, la foto de un grupo de unos 20 palestinos en calzoncillos, con la cabeza agachada, arrodillados en una calle de Gaza, frente a un grupo de soldados israelíes. En el suelo, frente a los prisioneros, se ven tirados zapatos y ropas. A cierta distancia, se ve otro grupo similar de prisioneros palestinos, también semidesnudos, en la parte trasera de un camión.
Una segunda fotografía muestra a un palestino de unos 55 años, más bien gordo y con poquito pelo, también en calzoncillos, en actitud servil y atemorizada, haciendo ademán de entregar una carabina que sostiene en sus manos… ¡Dos fotos crueles, humillantes, pero también excelentes imágenes publicitarias!... triunfales para Israel y de mísera derrota para los palestinos!...
Pero de inmediato los periodistas internacionales aclararon que esas fotos en realidad sólo mostraban a un grupo de civiles pacíficos y asustados que se habían refugiado en una escuela. Como fuere, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu dijo que estaba bien tomarlos prisioneros pues Israel está en guerra y estos eran hombres de edad militar.
Bueno… alguien más inteligente que Netanyahu, el presidente de Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt, dijo en un discurso de 1941 que, “La guerra destruye todos los derechos humanos y las libertades. Cuando luchamos por recobrarlos, estamos luchando por la paz”.
Y bueno, tres días después de la exhibición de prisioneros palestinos semidesnudos, el domingo 10 de diciembre, el mundo celebró los 75 años de la fundación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas que, en palabras del presidente Roosevelt, “tiene la misión de restablecer una paz verdadera, basada en la libertad de los seres humanos”.
¡Vaya qué paz tan belicosa siguió a la fundación de los DDHH de las Naciones Unidas!... Ya en 1946 estalló la tremenda Guerra Civil de China, encabezada por el legendario líder Mao Tse Tung, que en 3 años instauró la República Popular China que hoy es la primera o la segunda potencia mundial.
Durante los 50 años siguientes hubo 23 otras guerras muy sangrientas, destacando la de Corea, las de Vietnam contra Francia y Estados Unidos, la de Irán-Irak, las tres guerras árabe-israelíes entre 1987 y 1993, la Guerra del Golfo contra Irak en 1991, las dos guerras del Congo, entre 1996 y 2003, y la invasión de Estados Unidos sobre Afganistán en 2001. En fin…
En 1991 se había producido el inesperado cataclismo estratégico de la desintegración de la Unión Soviética, lo que había puesto fin al equilibrio de la Guerra Fría, dejando entonces a Estados Unidos como única y absoluta súper potencia militar y económica sobre todo el planeta.
Al año siguiente, un grupo de personeros del Partido Republicano, incluyendo a los economistas George Friedman y Francis Fukuyama, durante el gobierno de George Bush padre, plantearon la noción de “Un Nuevo Siglo Americano” que comenzaría con el Siglo 21. En tanto, a la desintegración de la Unión Soviética se habían sumado la unificación de Alemania y el inesperado y poderoso proceso de liberalización de la República China, y llegado el Siglo 21 se perfiló que inevitablemente los dos colosos, China y Estados Unidos, tendrían que enfrentarse.
Ese enfrentamiento, ¿sería una asociación amistosa o una rivalidad odiosa?... como fuere, ambas potencias, desde ya tenían muy claro que una guerra entre ambas equivaldría al suicidio.
Bueno, a estas alturas, el resto del mundo también está transformándose muy rápidamente, y la creciente aplicación de la llamada Inteligencia Artificial está dejando en claro que muchos de los viejos parámetros de desarrollo y estrategia están quedando obsoletos, descartados.
Cada vez más se hace sentir que lo indispensable sólo se puede conseguir en forma colectiva, internacional, por entendimientos bien negociados, articulando entre sí a los países y las naciones para producir los resultados necesarios y deseados.
La fuerza bruta y la amenaza cada vez más se están viendo como trucos que se volvieron desagradables e inútiles… pero que todavía pueden resultar peligrosos para todos. Incluso para el que trata de aplicarlos.
Un caso sintomático fue el de la red social X, ex Twitter, de Elon Musk, que desafió todas las imposiciones de formalidad y de moralidad quisquillosa, defendiendo en cambio la más amplia libertad de expresión. Incluso se arriesgó a ser calificado de antisemita por permitir en su red mensajes antiisraelíes y en favor de Palestina.
Cuando en represalia varias grandes empresas retiraron sus inversiones en publicidad en su red social X ex Twitter, el efecto casi instantáneo fue que se le sumaran más de 68 millones de nuevos usuarios en todo el mundo.
¿Quiénes son esos 68 millones de nuevos usuarios que no quieren ninguna censura en lo que ellos mismos y cualquier otro quieran decir, aunque sea desagradable o inmoral?
En el dramático asunto de la guerra de Israel contra el grupo Hamás, de Palestina en Gaza, es impresionante como los defensores de cada lado quieren recibir que los contrarios digan cualquier cosa, lo que quieran, aunque sean insultos. Es decir, nadie, ninguno de ellos quiere que intrusos púdicos y moralistas se entrometan en su entusiasta pelea de opiniones.
Y no sólo en las redes sociales. Según la agencia noticiosa ABC de Estados Unidos, en California, Florida y Michigan los propios colegiales están exigiendo a sus profesores discutir ante ellos en favor y en contra de Palestina e Israel. O sea, los colegiales, entre 12 y 16 años, ya quieren formarse su propia opinión enterándose de lo bueno y de lo malo que ofrece cada uno de los lados.
Y en la mayoría de los casos, los profesores aceptan gustosamente el desafío de sus alumnos, sabiendo que con ello se logrará un avance efectivo en la educación y un mayor interés de los colegiales por comprender la compleja y a veces desagradable realidad del mundo que nos rodea y al que finalmente ellos mismos tendrán que adaptarse.
Pero, al mismo tiempo, organizaciones de padres y apoderados, e incluso asociaciones de vecinos, señalan que las noticias que están entregando los periódicos, las radios y los canales televisión tienen un contenido cada vez más alarmante y a veces más angustioso sobre la realidad social inmediata en que uno está viviendo.
Según un extenso artículo del periódico digital Zero Hedge, la realidad cruda que aparece en las noticias resulta desalentadora. A veces provoca temor y otras veces llega a producir repugnancia, como, por ejemplo, el número cada vez mayor de asaltos a familias en sus propias casas.
En un conjunto de veinte casos de esos asaltos a casas, sólo una de las víctimas pudo defender a su familia y mató de un balazo a uno de los cuatro asaltantes que habían entrado armados y amenazantes.
Se menciona también que las encuestas muestran que un 40% de los estadounidenses en estos momentos sienten miedo de salir a la calle incluso cerca de su casa, en la noche.
Según el sociólogo Michael Sneyder, uno de los factores que más efecto desastroso ha tenido en la vida de la gente común de Estados Unidos, ha sido la combinación de un aumento acelerado del consumo de drogas por gente cada vez más joven, y el aumento también acelerado de inmigrantes de muy bajo nivel social y cultural, que demasiadas veces terminan obteniendo dinero mediante el tráfico de drogas.
Y eso, lamentablemente, implica que cada vez hay más personas, en su mayoría muy jóvenes, que están consumiendo drogas adictivas y necesitan angustiosamente obtener dinero para drogarse.
Por su parte, la periodista Tresa Baldas, de la red social USA TODAY, y red noticiosa también, refirió el jueves pasado el fallo de presidio perpetuo contra el adolescente Ethan Crumbley, de Michigan, por el asesinato, a los 15años, de cuatro compañeros de colegio, y además dejó malheridas a otras 5 niñas y 3 muchachos y a un profesor, utilizando una pistola que su papá recién le había regalado.
Confesó, abiertamente, que lo había hecho porque deseaba matar, causar terror y dolor.
El juez que dictó la sentencia especificó que la condena es a presidio perpetuo efectivo, sin posibilidad de una futura libertad condicional, pues el muchacho no tiene posibilidad de rehabilitarse.
En tanto, el periódico Wall Street Journal, de Nueva York, informaba el viernes pasado que seis estudiantes franceses, todos menores de 16 años, más una niña de 13 años, fueron condenados como cómplices para el asesinato del profesor de francés Samuel Paty que en una clase había mostrado a sus alumnos unas caricaturas grotescas y obscenas del profeta Mahoma.
El grupo de colegiales logró tender una emboscada al profesor, lograron amarrarlo y cubrirle la cabeza. Luego llamaron a otro muchacho musulmán, algo mayor, de 18 años, quien lo degolló hasta cortarle por completo la cabeza.
Apenas perpetrado el asesinato, llegaron al lugar efectivos de la policía que habían sido alertados por vecinos. El asesino fue identificado como Abdulah Anzorov, quien enfrentó a los agentes con su cuchillo todavía ensangrentado, y fue abatido a balazos.
Los otros muchachos fueron condenados a 14 meses de prisión en un recinto para menores de edad.
Y, bueno, hablando de menores de edad. En Little Rock, Arkansas, Estados Unidos, un grupo de policías de choque tuvo que acudir la escuela Magnet High School por las llamadas de auxilio de varios profesores angustiados por una pelea entre los colegiales.
Cuando llegaron a la escuela, los policías se encontraron con que en el salón principal y en varias de las salas de clase había apelotonamientos y remolinos de chiquillos enfurecidos, entre 10 y 12 años, en nada menos que siete peleas simultáneas.
Los policías tuvieron que ir haciéndose cargo sucesivamente de cada uno de esos verdaderos racimos de piernas que pateaban, puños y manos que pegaban o arañaban e incluso de furiosos dientes que a menudo trataban de morder lo que quedara a su alcance.
Finalmente lograron sujetar a los colegiales y pudieron comenzar a investigar cómo había empezado todo y quién lo había provocado.
Se llevaron detenidos a 13 chiquillitos. Uno, acusado de decir cosas malvadas que enfurecieron a los demás, y 12 acusados de mostrar una conducta excesivamente desordenada.
Otro de los muchachos fue enviado al centro médico local porque había quedado bastante lastimado, aunque no de gravedad.
La policía no informó sobre cómo había comenzado todo, pues toda eso sería dado a conocer por el tribunal de menores que juzgaría el caso.
Las autoridades de la escuela se ocuparon de contactar a los padres y apoderados para informarles de los hechos y de los daños que los niños habían ocasionado en sus casi 3 horas de furia desatada.
Así pues, tenemos que aceptarlo, algo está pasando con la especie humana. Quizás para bien, quizás para mal… pero los niños realmente nos están dando sorpresas. Hay que cuidarlos y para ello hay que entenderlos. Ellos solitos se ponen en peligro, y de repente nos ponen en peligro a todos.
Hasta la próxima, gente amiga. ¡Hay que cuidarse!