PODCAST | Crónica de Ruperto Concha: Judíos y palestinos

Por Ruperto Concha / resumen.cl Opción 1: YouTube Opción 2: Spotify https://open.spotify.com/episode/1XjxjCErHKQerEdNPj0e8Q?si=q1DzWoNNQN6GeLDNumc7SQ Opción 3: Apple Podcast Israel, en 18 días de ataques combinados de bombardeos aéreos y terrestres de artillería con arremetidas de escuadrones de tanques pesados contra el último reducto de Palestina en la franja de Gaza, en ciudad de Rafah, ha dejado ya un saldo de 35 mil palestinos muertos, incluyendo 2.360 niños y niñas, más 5.364 heridos, a los que se suma un número indeterminado de otras víctimas civiles, posiblemente más de 10 mil, que permanecen bajo las ruinas destrozadas de edificios bombardeados. De hecho, se registra una media de 400 niñas y niños muertos o heridos cada día. Los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña, siendo hasta ahora los principales aliados de Israel, han exigido inútilmente al gobierno israelí detener ese ataque en que, bajo la figura de eliminar a los guerrilleros terroristas del grupo Hamás, está masacrando masivamente a la población civil de Palestina en la ciudad de Rafah, fronteriza con Egipto. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, notificó al gobierno israelí que ha decidido suspender por completo el envío de armamento, incluyendo bombas de alto poder, que Washington envía como aliado de Israel. Por su parte, Gran Bretaña anunció que suspenderá todo envío de armamento en calidad de ayuda, aunque seguirá, claro, despachando el material que Israel está comprando con dinero. Pero el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se mostró indiferente, declarando que Israel ya no necesita más refuerzos pues tiene acumulado todo el armamento necesario para aniquilar la resistencia palestina en la ciudad de Rafah, que Israel atribuye al grupo guerrillero Hamás. En la ciudad palestina de Rafah, la población normal es de 400 mil habitantes, pero ahora ha acogido a más de un millón de refugiados, civiles palestinos que llegan huyendo de las tropas israelíes. El miércoles pasado, sin embargo, el ministro de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, informó al Congreso de su país que ya ha suspendido el envío de armamento para Israel, incluyendo varios miles de bombas explosivas de 200 y 300 kilos cada una. Hasta ahora, desde octubre pasado, Estados Unidos le ha proporcionado a Israel más de cien cargamentos de armas y municiones utilizados contra los palestinos.   En realidad, la brutalidad de la invasión militar israelí sobre Palestina ha provocado una inesperada reacción en la opinión pública de toda Europa y en Estados Unidos. En momentos en que Estados Unidos está preparándose para las decisivas elecciones presidencial y parlamentarias del próximo 5 de noviembre, ya se han producido importantes acciones pro Palestina, y tomas en 60 de las más importantes universidades de todo el país, partiendo con la enorme Universidad de Columbia, de Nueva York. A ello las autoridades en muchos lugares han respondido con presión y represión policial que ha derivado en centenares de arrestos. Notablemente, se ha hecho público un número considerable de estudiantes judíos que apoyan a los palestinos. La prensa reprodujo masivamente declaraciones pro palestinas que afirman: “Estamos aquí para mandarle un mensaje a Biden: Que no seremos cómplices del genocidio y la miseria que están perpetrándose en Israel con nuestras armas, con nuestros recursos financieros y con el apoyo político de nuestro gobierno”. Los grupos estudiantiles de judíos estadounidenses han declarado su apoyo a las gestiones del gobierno de Biden para llevar a un entendimiento justo de judíos y palestinos que pueda poner fin a la violencia que ya ha llevado a la muerte de tantos miles y miles de civiles, y a la huida desesperada de toda la población palestina expulsada de su propia patria. Con ello, instan al gobierno de Joe Biden a suspender el envío anual de 3 mil millones de dólares como ayuda militar y política para Israel. Desde el domingo de la semana pasada, las fuerzas israelíes han estado presionando a la población palestina para forzarlos a abandonar el territorio replegándose hacia Egipto y hacia el desierto de la península de Sinaí. En los hechos, están logrando el despoblamiento de palestinos de los territorios en que habitaron durante siglos, y de hecho, han comentado abiertamente que ahora los palestinos deben buscarse algún país que quiera recibirlos. Los movimientos estudiantiles de protesta, en Estados Unidos, han llegado en estos momentos a exigir que las Universidades ya no reciban financiamiento de aportes de entidades judías o israelíes. Según ellos, esos aportes supuestamente generosos, en realidad se convierten en una herramienta para controlar políticamente el pensamiento del estudiantado universitario. En la gran Universidad “De Paul”, de Chicago, una impresionante mayoría del personal académico, profesores e investigadores y funcionarios, se unió a los estudiantes en exigir que la Universidad corte sus relaciones con Israel y con empresas controladas por judíos que apoyan la represión contra los palestinos. El sábado pasado, el presidente de esa Corporación Universitaria, Robert Manuel, admitió ante la prensa que las negociaciones con los estudiantes y académicos se han estancado sin llegar a ningún acuerdo. Es decir, la Universidad sigue paralizada tras más de dos semanas de toma. Sin embargo, además, destacó “Debo dejar muy en claro que la Universidad no intentará recurrir a acciones de fuerza o acciones policiales para resolver esta situación”. Por su parte, el presidente de la Federación de Estudiantes, Parveen Mundi, recalcó: “Vamos a seguir aquí, en la toma, hasta que la Universidad corte toda su dependencia con las empresas y los aportes financieros israelíes. Seguiremos en la toma, estudiantes, académicos y funcionarios, de acuerdo a nuestro derecho a protestar sin aceptar presiones ni fuerzas externas”.   El conflicto en las universidades estadounidenses, que generalmente son entidades privadas, está ahora afectando también a las universidades europeas que son prácticamente todas estatales o corporativas, independientes de financistas empresariales. Ello permite que el estudiantado pueda alcanzar una intensidad mucho mayor en sus presiones de política académica y de política… ¡política! Es decir, política con proyección y efecto inmediato en las elecciones. Fuera del ámbito estudiantil, las reacciones de repudio contra el régimen de Israel que encabeza Benjamín Netanyahu, ya se han hecho universales. Por lo pronto, el pasado sábado 11 de mayo, culminó el Festival de la Canción, de Eurovisión, de la Unión Europea de Radiodifusión, en la ciudad de Malmo, Suecia. El primer premio lo obtuvo el cantante homosexual Nemo Mettler, de Suiza, con una sorprendente y audaz canción de carácter bisexual titulada “The Code”, o sea, “El Código”. El segundo premio lo ganó el cantante croata Aby Lasagna, con su canción “Rim Tim Tagi Dim”. El tercer premio lo ganó el cantautor francés Slimane con su canción “Mon Amour”. El cuarto premio lo ganó Ucrania con la canción “Teresa y María”, y el quinto lugar lo ganó la israelí Eden Golán, con la canción de protesta “Huracán” que compuso el estadounidense Bob Dylan en 1985 … Y es una canción de protesta contra los poderosos que abusan del poder. La presentación de la cantante israelí fue patéticamente escabrosa, ante un público hostil que enfocaba en ella la ira por la brutalidad de Israel contra los palestinos, según exhibían las imágenes noticiosas de todos los medios europeos. Una y otra vez, la cantante fue pifiada e insultada por el público, y, según muchos comentaristas, ese quinto lugar fue sólo un premio de consuelo, como una señal política de apoyo del gobierno de Suecia al gobierno de Israel. En ese contexto, resultó patética la euforia de la prensa israelí que llegó a afirmar que Eden Golán había logrado “conquistar” a Europa… ¡Vaya conquista!   No será fácil ni rápido alcanzar el olvido y la reconciliación entre los semitas árabes y los semitas hebreos. Y no será fácil desechar de una vez por todas la calificación de “antisemitas” contra todos los que se atreven a expresar críticas sobre Israel. El poderoso periódico francés “Le Monde” destacó hace dos semanas cómo en Estados Unidos la presencia judía llega sólo al 3% de la población. Sin embargo, ese 3% controla actualmente el 70% de la riqueza, y son dueños de las 200 empresas más importantes de los Estados Unidos. ¿Cómo debe entenderse esa formidable concentración del poder y la riqueza en un grupo social supuestamente vulnerable y tan malherido? En realidad, para comprender el formidable éxito de los judíos en prácticamente todos los países en que se han asentado, hay que partir reconociendo que los judíos fueron los primeros en comprender que aprender a leer durante la infancia es absolutamente indispensable, y que la condición de adulto debe demostrarse leyendo y entendiendo lo que se lee. Recordemos, por ejemplo, que fueron los judíos de Europa los primeros en establecer servicios de traducción y escuelas de traductores absolutamente confiables, al servicio del comercio y de la diplomacia. Esa realidad familiar y social culta y reflexiva tuvo un éxito formidable y se desarrolló ya desde los comienzos de la Edad Media, cuando incluso en las familias de la alta nobleza sólo algunos pocos se tomaban el trabajo de aprender a leer.     Así, pues, bien podríamos imitar el sentido cultural y familiar que tiene esa gente que a la que llamamos “judía”. Hasta la próxima, gente amiga. Hay peligro. Pero ahí están las mujeres y sus varones, juntos y resueltos a encarar lo que haga falta… Para vivir de veras bien y en paz.
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