Por Ruperto Concha / resumen.cl
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En esta fecha “Once de septiembre”, siglo tras siglo, han pasado realmente muchísimas cosas malas, muy malas y terribles. Pero también han ocurrido unas pocas cosas buenas.
De partida, ya el año 9 de nuestra era, el día 11 de septiembre, el caudillo germánico llamado Hermann, o Arminio, mediante hábiles maniobras y aprovechando la estupidez del funcionario político o “legado” romano, Publio Quintilio Varo, logró aniquilar tres legiones romanas completas, de 5 mil hombres cada una. Además, 6 regimientos auxiliares y 6 batallones de caballería, en la formidable batalla de los Bosques de Teutoburgo.
Abrumado por la derrota, el romano Varo se suicidó, y muy poco después el propio caudillo Hermann o Arminio fue asesinado con veneno por otros jefes tribales que lo acusaban de querer convertirse en líder supremo de los germanos.
También un 11 de septiembre, el año 813, fue coronado el rey de Francia Luis el Piadoso, hijo del emperador Carlomagno, que resultó ser un debilucho manejado atrozmente por su sanguinaria esposa Ermengarda, que era asesina y torturadora.
El 11 de septiembre de 1541, en Chile, el cacique Michimalonco atacó Santiago y logró destruir las precarias construcciones de la ciudad. Sin embargo, no logró expulsar a los españoles. Y ese mismo día 11, en Centroamérica, un terremoto derribó la mayor parte de la recién fundada Ciudad de Guatemala. Y, al año siguiente, el 11 de septiembre se produjo el primer terremoto que sacudió Santiago de Chile.
El 11 de septiembre de 1853, allí al fin pasó algo bueno. Fue la primera transmisión de mensaje por telégrafo eléctrico iniciando la era de las comunicaciones vertiginosas.
En 1919, el 11 de septiembre Estados Unidos invadió Honduras, iniciando su sistema de cambiar gobiernos latinoamericanos a su gusto. En 1924, el 11 de septiembre los militares chilenos dieron un golpe de Estado que puso fin a la República Parlamentaria. En 1944 el 11 de septiembre la aviación británica lanzó un bestial e innecesario bombardeo sobre la ciudad industrial alemana de Darmstad, matando a 11.500 civiles, incluyendo a más de 3 mil niños.
En fin, el 11 de septiembre de 1965 Estados Unidos mandó su primer regimiento a Vietnam, iniciando la Guerra de Vietnam. El 11 de septiembre de 1973, militares y carabineros chilenos protagonizaron el golpe militar contra el presidente Salvador Allende, quien murió en su puesto sin renunciar a nada. En la misma fecha, en 1980, en Chile se promulgó la Constitución Política del General Pinochet. El 11 de septiembre de 2001, se producen los ataques terroristas contra las Torres Gemelas en Nueva York, y el Pentágono en Virginia, Washington DC.
Y, oiga… el 11 de septiembre de 2019, en la ciudad china de Wuhan, se produjo el primer caso de la epidemia de COVID 19.
¡Vaya qué fecha endiablada ha sido esta del 11 de septiembre durante ya más de dos mil años!
Y ahora, ¿En qué estamos?
En términos reales, estamos en uno de los momentos más peligrosos y amenazantes de toda la historia de la humanidad. Bajo la conducción de Estados Unidos, el llamado “Mundo Occidental” parece inexorablemente próximo al colapso, en un laberinto de rumbos estratégicos contradictorios, políticamente insostenibles, y económicamente desastrosos.
Y hay dos poderosísimas mujeres europeas las que están marcando las claves de un rumbo aparentemente irracional en un contexto de desastre para Occidente. Una de ellas es nada menos que Ursula von der Leyden, la presidente de la Comisión Europea, que abiertamente anunció que la Unión Europea ha resuelto fijar los precios del mercado energético.
Es decir, fijar por decreto, repito, fijar por decreto los precios máximos para el petróleo, el carbón, el gas y la electricidad.
Con ello, la Unión Europea abandonaría de raíz la doctrina de la economía de mercado donde los precios se generan sólo por la oferta y la demanda, y que repudia como intervención estatal inadmisible cualquiera aplicación de la autoridad política sobre la economía.
Con ello, la Unión Europea está admitiendo que el desastre económico y social que está golpeando a toda la base social, o sea, toda la gente de Europa, constituye una emergencia que sólo puede resolverse con intervención directa del Estado… ¡Y eso por muy demasiado socialista que suene en los oídos de Wall Street y la Reserva Federal de Estados Unidos!
Y también la semana pasada, según informa con mucho entusiasmo la prensa oficial del gobierno ucraniano de Volodomir Zelenski, la propia ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, declaró que al gobierno alemán no le importa lo que piensen y opinen los ciudadanos de su país respecto de seguir aplicando sanciones contra Rusia para apoyar al gobierno de Ucrania, que es lo que se proponen hacer.
Con ello, la máxima diplomática alemana declaró que para defender la supuesta democracia ucraniana del régimen de Volodomir Zelenski es necesario privar a la ciudadanía alemana incluso del derecho a oponerse a prolongar una que es guerra ruinosa.
¿Implica eso que en Alemania el actual gobierno renunció a ser democrático? ¿Es ahora una especie de “dictadura para defender la democracia”? Ridículo, ¿verdad?
En tanto, en el seno mismo de la OTAN, el Secretario General de la alianza, Jens Stoltenberg, el martes pasado admitió que en estos momentos los gobiernos y sus altos mandos militares ya están trabajando en equipo, codo a codo, con los ejecutivos de las grandes empresas del rubro armamento y tecnología de guerra , a fin de agilizar y perfeccionar la calidad de los arsenales que Estados Unidos y Europa proporcionarán a Ucrania para continuar la guerra contra Rusia durante todo el tiempo que sea necesario.
Fuera de los más de 80 mil millones de dólares ya aportados para la guerra, se ha considerado proporcionar al gobierno de Kiev (ahora hay que decir Kyiv) un amplio crédito para futuras compras de armas de gran poder.
Claramente, la Guerra de Ucrania ha sido un negocio fabuloso para el conjunto de las megaempresas de Estados Unidos y algunos de los países europeos en el rubro de la destrucción y la muerte.
El pasado 24 de agosto, día de la independencia de Ucrania, el gobierno de Estados Unidos le hizo un regalo de 3 mil millones de dólares más en armamento avanzado, de alto poder, fuera de los 80 mil millones de dólares que Ucrania ya ha recibido por aportes de Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea.
Las presiones económicas y políticas de Estados Unidos sobre los países miembros de las Naciones Unidas, llevaron a que, en la Asamblea General convocada en marzo, una mayoría absoluta de los países miembros apoyara las sanciones anti rusas y condenaran la intervención militar rusa en defensa de las repúblicas orientales que conforman el Donbass. 120 países miembros apoyaron las sanciones anti rusas. Sólo ocho países miembros votaron en contra de las sanciones, y otros 35 países miembros se abstuvieron.
Pero, oiga, esos 35 países miembros de las Naciones Unidas que se negaron a condenar a Rusia, representan más del 50% del total de la población del planeta.
Y en la sesión siguiente de las Naciones Unidas, en que Estados Unido pedía la exclusión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos, el apoyo a la propuesta de Washington disminuyó de 120 a 93; en contra de Washington los votos aumentaron de 4 a 24, y las abstenciones aumentaron de 35 a 58.
Es decir, la evolución mundial en apoyo a Rusia pasó a representar a casi dos tercios del total de habitantes de nuestro planeta.
Por supuesto, la alianza de China con Rusia ya es una realidad reforzada por la mala estrategia de Estados Unidos impuesta duramente sobre todos los países europeos.
Luego de la visita de Nancy Pelosi a Taiwán, que fue seguida por una retahíla de otros parlamentarios estadounidenses tanto demócratas como republicanos, China realizó unos “juegos de guerra”, unas maniobras navales y de aviación en torno de la isla, que de hecho mostraron que, de iniciarse la confrontación armada, Estados Unidos no tendrá ni la más mínima posibilidad de entregarle a Taiwán armamento y apoyo en energía y dólares.
De igual manera, quedó en claro que la conexión entre Estados Unidos y Corea del Sur se volverá extremadamente vulnerable y peligrosa.
De ahí que, inmediatamente, el gobierno de Joseph Biden obtuviera del congreso la aprobación de otro gigantesco fondo, de miles de millones de dólares, para la instalación en territorio estadounidense de un gran centro industrial de alta tecnología que debiera reemplazar a Taiwán y a Corea del Sur como proveedores de microchips ultra avanzados.
Por supuesto, tanto Corea del Sur como Taiwán ya se han dado cuenta de eso y han establecido contactos efectivos tanto con China como con Rusia. De hecho, durante la visita de Nancy Pelosi a Corea del Sur, el ministro de Relaciones Exteriores surcoreano estaba en China realizando una visita diplomática.
En tanto, los directorios de las más importantes y grandes empresas europeas ya han comenzado a ignorar abiertamente las sanciones antichinas impuestas por Estados Unidos y respaldadas por la Unión Europea.
Más aún, hay un conjunto impresionante de megaempresas que están trasladado capitales y haciendo enormes inversiones en plantas industriales de producción en territorio chino.
La gigante alemana BASF y la ABB de Suiza ya han inaugurado sus flamantes y enormes instalaciones industriales, mientras que la Airbus, de Francia, ya logró apropiarse de la participación del mercado aeroespacial que antes había logrado la Boeing, de Estados Unidos.
La planta industrial de la alemana BASF, especializada en producción de plásticos con características especiales de resistencia y electromagnetismo, para uso en vehículos y sistemas robóticos, cubre una superficie de 9 kilómetros cuadrados, y tendrá una inversión del orden de los 10 mil millones de dólares.
Por su parte la empresa suiza ABB reportó el pasado 2 de septiembre que su nueva planta industrial de producción de sistemas robóticos ya está en su etapa final para iniciar sus operaciones definidas como “robots que fabrican robots”.
Según declaración de la cúpula propietaria de la ABB suiza, la planta industrial de China será la más confiable, automática y avanzada en todos sus procesos, a nivel mundial.
Y, por su parte, la megacorporación francesa Air-Bus confirmó haber cerrado un contrato de venta de 292 aviones de pasajeros con capacidad para 320 pasajeros cada uno.
Frente a los buenos negocios con Francia, la Boeing estadounidense se lamentó ante la prensa especializada diciendo: “Durante 50 años hicimos buenos negocios con China en todos los campos de la industria de aviación. Es una lástima que ahora las diferencias geopolíticas tengan un efecto tan ruinoso para la industria de Estados Unidos”.
En contraste, cuando el gobierno de Suecia, por presión de Estados Unidos, prohibió la instalación y venta de teléfonos 5G Huawei, fabricados en China, en réplica las ventas de Suecia en la China, en el mismo rubro, cayeron en un 74% y el total de ganancias de la Ericsson por sus operaciones en China se redujo a un insignificante 4%.
En estos momentos la guerra de Ucrania parece estar llegando a la coyuntura decisiva. El gobierno ucraniano ha lanzado un esfuerzo supremo en contraatacar a las fuerzas rusas en las regiones prorrusas del Donbás.
A un costo realmente muy alto las fuerzas ucranianas parecen haber hecho retroceder las posiciones rusas algunos kilómetros. De hecho, según declaraciones del Pentágono, “la contraofensiva ucraniana parece haber obtenido algunos éxitos”. Oiga, es la opinión del Pentágono.
Por su parte, el comando militar ruso admite haber retrocedido en algunos puntos, aunque con muy pocas bajas y, en cambio, para el ejército ucraniano, con muchas pérdidas de vidas y armamento.
Según imágenes de las agencias noticiosas, tanto rusas como occidentales, Rusia en estos momentos está preparando la incorporación de una potente fuerza de ataque que podría anular en muy breve tiempo la capacidad de combate del ejército de Kiev.
De ello se infiere que hay grandes posibilidades de que el destino de la guerra de Ucrania pueda quedar ya definido en pocas semanas más.
Pero lo que sí quedará definido en Ucrania será el efecto para Europa de haber destruido la posibilidad de restablecer, de salvar una relación sana y equilibrada con Rusia y con toda el Asia continental.
Como lo admitió con amargura el presidente de Francia, Emmanuel Macron, “para los europeos, los buenos tiempos de holgura económica ya se terminaron. Lo que viene es pobreza y aflicción.”
En cuanto a la OTAN y los feroces líderes partidarios de la guerra, ¿querrán, quizás, pujar todavía más hacia el abismo de una Tercera Guerra Mundial en la que, lo sabemos, sólo habrá perdedores?
Hasta la próxima, gente amiga. Nos ha tocado presenciar el lento derrumbe del más inmenso imperio en la historia de la humanidad, el Imperio de los Estados Unidos.
Y, tal como en el derrumbe de todos los imperios anteriores, vemos cómo, antes de morir, el imperio entra en descomposición. Como si se pudriera en vida.
Fíjese Ud., por ejemplo, que la capital del Imperio Español, Madrid, llegó a ser la ciudad más hedionda de toda Europa, justo cuando acá en Chile ganábamos nuestra Independencia, el 18 de septiembre, pues.
Hay que cuidarse. Hay peligro.
Pero de pronto puede que los que piensan lleguen a ser la sensata mayoría bonachona, que no cree en utopías pero sí que en que de a pocos todo se puede mejorar.
*Imagen: Entrega de armas de EEUU a Ucrania | Obtenida de antena3.com
https://www.youtube.com/watch?v=X__1wDLicCw&ab_channel=ResumenTV