PODCAST | Crónica de Ruperto Concha: Retorno del oro

Por Ruperto Concha / resumen.cl Opción 1: YouTube https://www.youtube.com/watch?v=ntmZXr7qK-U Opción 2: Spotify https://open.spotify.com/episode/0gXaKaqRQOHTKjbuJicZ71?si=TY5TyVr1Qh6zFUxdr6tj_w Opción 3: Apple Podcast Es como para preocuparse mucho cuando un exdirector de la Reserva Federal, o sea, la Casa de Moneda y el Banco Central de Estados Unidos, como es el economista don Thomas Hoenig, afirma, con todas sus letras, que el dólar está agonizando. De hecho, dijo: “Nuestra moneda está muriendo”. Entrevistado por analistas de la publicación Zero Hedge, especializada en economía y política, el economista Hoenig admitió que sucesivos gobiernos han ido forzando a la Reserva Federal, que era un organismo contralor, rector y planificador, hasta convertirla finalmente en una entidad prestamista capaz de proporcionarle al gobierno grandes sumas de dinero, como empréstitos de último momento, con fines de “estabilización” de la economía del gobierno. Según el economista Thomas Hoenig, esos cuantiosos préstamos se hacían con el propósito de estabilizar económicamente un proceso de gobierno, pero claramente fueron teniendo un efecto contrario, de desestabilización cada vez mayor. De hecho, el mecanismo de empréstitos realizados por la propia Reserva Federal, que inicialmente apuntaba a estabilizar una circunstancia financiera, pasó a convertirse en una práctica repetida una y otra vez, sometida a presiones tanto del gobierno como del congreso y de los poderes económicos de Wall Street. A juicio del dr. Thomas Hoenig, el poder adquisitivo del dólar continuará disminuyendo mientras el endeudamiento de Estados Unidos ya ha superado lejos los 33 millones de millones de dólares y el país ya este año debe pagar, sólo en intereses por su deuda, 870 mil millones de dólares, o sea 50 mil millones de dólares más que la totalidad del presupuesto de la Defensa Nacional de Estados Unidos. La desvalorización del dólar se hace inocultable al contrastarlo con el oro. Vamos viendo.     En la Cumbre de Bretton Woods, en 1944, el dólar se impuso como la divisa suprema de toda la economía internacional, con un valor de 30 dólares la onza de oro. O sea, prácticamente un gramo de oro por dólar. Pero más tarde, en 1971, por decisión autoritaria de Washington el dólar dejó de ser convertible en oro, y la onza de oro subió entonces de precio a 45 dólares. 9 años después, en 1980, la onza de oro había subido su precio de 45 dólares a 850 dólares. Es decir, ya en 1980 se necesitaban 29 dólares para comprar 1 gramo de oro, que en 1944 sólo costaba 1 dólar. Y, bueno, la onza de oro antes de ayer superó los 2.328 dólares. ¿Qué significa esto? ¿Que el dólar vale cada vez menos o que el oro vale cada vez más…? Ambas cosas son verdad, aunque por razones distintas. El precio del oro se determina por el juego de la oferta y la demanda. Ninguna autoridad puede fijarle precio al oro. El precio del oro lo determina la cantidad de dinero que la gente está dispuesta a pagar para adquirirlo. Y lo mismo ocurre con el valor de las monedas digitales o criptomonedas, que no pueden ser falsificadas pues corresponden a estructuras matemáticas. En cambio, el valor del dólar sí es determinado por la variación de los precios, aunque en algunos países son los gobiernos los que le asignan un valor al dólar en la moneda nacional respectiva. Dentro de Estados Unidos, el valor del dólar se refleja tanto en los precios como en los salarios que gana la gente. De hecho, aproximadamente, en 1980 el salario mínimo de un trabajador era de 5 dólares por hora. En 2022 había sido reajustado a un mínimo de 7 dólares con 25 centavos por hora, pero el promedio oscila entre 10 y 16 dólares por hora. O sea, en términos del valor del dólar por hora de trabajo humano, ha sufrido una desvalorización de al menos un 300 por ciento en 40 años. El sábado pasado, el analista financiero David Goldman, de la revista Asia Times, señalaba que en estos momentos el gobierno de Joseph Biden se siente aliviado de ver que la inflación en Estados Unidos está en un 8% en los últimos meses, luego de haber llegado a un 18% en los meses anteriores, según los precios de los productos más comunes. Pero aún más grave que la inflación reflejada en los precios es la inflación oculta tras la emisión de gigantescas sumas en dólares sin más respaldo que unos bonos de deuda emitidos por el gobierno. El economista Dr. Hoenig, en su revista Zero Hedge, señala que las emisiones de dólares sin respaldo están conduciendo a una catástrofe cada vez más inminente, sobre todo en momentos en que gran parte de esos dólares emitidos sólo se usan en pagar los intereses de la deuda que ya han acumulados los sucesivos gobiernos de Estados Unidos. De hecho, señala que ya la deuda de Estados Unidos ha superado en más de un 20% el valor de la totalidad del producto interno bruto anual de la nación y que se prevé que muy en breve Washington tendrá que contraer nuevas enormes deudas sólo para pagar los intereses del endeudamiento. O sea, Estados Unidos ya no podrá reducir ni un centavo la gigantesca deuda ya contraída. De hecho, en estos momentos, cada habitante de los Estados Unidos tiene una deuda de cien mil dólares, como herencia de los últimos gobiernos.     La propuesta dominante de estos momentos para resolver la catástrofe financiera de Estados Unidos es la creación de un dólar digital, basado en una configuración matemática imposible de falsificar e imposible de emitir y poner en circulación sin un respaldo real. O sea, fundamentar las finanzas del país en un número estricto de dólares digitales que ningún gobierno podría sobrepasar. Pero el dólar digital, como las demás criptomonedas, es rastreable con absoluta precisión cada vez que se le utiliza. O sea, una central informática podrá conocer exactamente en qué gasta su dinero cada una de las personas de Estados Unidos, cada persona que efectúa un pago… y cada vez que se recibe un pago. Por supuesto eso sería desastroso para los funcionarios y políticos corruptos, y también para los que de algún modo reciben ganancias legales o ilegales. Es decir, el gobierno y otros interesados podrán conocer minuciosamente qué compra, qué vende, qué contrata y qué regala cada uno de los usen ese dólar digital. De ahí que haya un fuerte sector de los llamados “políticos libertarios”, entre los que se incluye Donald Trump, Robert Kennedy y Ron De Santis, que se oponen con fuerza al dólar digital. Pero, pese a ellos, parece inevitable que el agonizante y corrupto viejo dólar pasará a ser un mal recuerdo en no mucho tiempo más. Otra posibilidad es que algunas de las monedas digitales que ya existen, especialmente el Bitcoin, puedan simplemente reemplazar al dólar… en Estados Unidos, como ya lo reemplazaron en la república de El Salvador. ¿Y en el resto del mundo?... A nivel mundial, la deficiencia económica de Estados Unidos se ve patéticamente reflejada en Europa, particularmente en Alemania, Francia e Inglaterra, países pesadamente endeudados y que no logran competir con las flamantes economías de China, la India, Taiwan e Indonesia en los mercados internacionales. Y, en forma progresiva, los europeos se ven sobrepasados por las pujantes economías del Sudeste Asiático, a la que se están incorporando Sudamérica con Brasil y África con la República Sudafricana, a través del tratado de libre comercio del grupo BRICS. El efecto para Europa y Estados Unidos ha sido muy doloroso por la pérdida de aquellos mercados y por el creciente reemplazo del dólar y el euro, por sus respectivas monedas que, ahora, inesperadamente, aparecen sólidamente respaldadas por miles de toneladas de oro que los bancos asiáticos, incluyendo a Rusia, han venido comprando discreta y silenciomente en los últimos años.     Al parecer, la casi secreta pero constante compra de oro por parte de los países asiáticos cobró fuerza en el momento en que Estados Unidos se apoderó en 2022 de un fondo de 3 mil millones de dólares pertenecientes a Rusia que estaban depositados en bancos europeos. En los mercados occidentales, la compra-venta de oro se efectúa sólo a nivel de papeles. No hay transporte de oro en metal. En cambio, los países compradores de Asia, incluyendo a China y a Rusia, sí han recibido el oro en barras y fueron transportándolo a sus bancos. Se sabe que el Banco del Pueblo, de China, compró en 2023 735 toneladas de oro puro mientras otras empresas privadas chinas compraban 1.411 toneladas más, en 2023, y otras 228 toneladas en enero de este año. Pero al margen de esas informaciones, se tiene claro que una masa gigantesca de oro ha sido comprada en forma muy discreta o secreta, lo que ha permitido crear un poderoso mercado internacional, que incluye a Brasil y a Sudáfrica, en el cual las transacciones internacionales se efectúan directamente en monedas que ahora están físicamente respaldadas en oro. No se necesitan euros ni dólares. Frente a eso, las empresas europeas y estadounidenses están quedando rápidamente marginadas… y sin poder seguir ocultando el penoso proceso de endeudamiento e inflación que descalifica cada vez más al dólar, al euro y a la libra esterlina. Al parecer, inesperadamente, una estrategia sutil y muy discreta de retorno al respaldo de oro a las monedas nacionales ha resultado brutalmente eficaz para desdolarizar la economía mundial. Y, bueno, básicamente la culpa de este proceso la tiene el propio Estados Unidos, al transformar su moneda en una poderosa arma de sometimiento político y estratégico sobre otras naciones del planeta. Pero, hace apenas un par de años, nadie creía que el poderoso dólar estadounidense pudiera estar siendo derrotado por el oro… ese metal que Washington consideró innecesario para respaldar al dólar y a su predominio financiero y estratégico mundial.     Hasta la próxima, gente amiga. Cuídense. Traten de comprar algo que no se deteriore con el tiempo y que mantenga su valor, aunque sea modesto… porque el dinero de pronto puede perder mucho de su valor. Hay peligro.
Estas leyendo

PODCAST | Crónica de Ruperto Concha: Retorno del oro