PODCAST | Crónica de Ruperto Concha: Temor de guerra

Por Ruperto Concha / resumen.cl Opción 1: YouTube https://www.youtube.com/watch?v=LfYr8MzOMl0 Opción 2; Spotify https://open.spotify.com/episode/3ZuChoEKRb1iOTNpLOrDwO?si=d8K7A5ThQnWzPnGV3-QLaw Opción 3: Apple Podcast Poco antes del amanecer del viernes pasado, un enjambre de bombas y misiles estadounidenses y británicos se precipitó sobre 60 localidades en el Yemen, en el extremo sur de la península Arábiga. Según declaraciones de Washington y Londres, se trataba de un bombardeo “en defensa propia”, aunque en realidad era un ataque en defensa de los intereses de las grandes empresas de transporte marítimo pertenecientes a Israel o contratadas por Israel y que circulan por el Mar Rojo y el Canal de Suez. Tras largos años de guerra, los árabes yemenitas estaban bien preparados para minimizar los efectos de ese ataque que, en términos reales, no han sido significativos en la capacidad militar de aquella nación, y hasta ahora, la navegación por el Mar Rojo continúa paralizada en un 70%, aunque los buques de carga de Rusia, China y la India siguen navegando libremente por aquella ruta. Ahora Alemania anunció que en febrero enviará uno de sus buques de guerra para unirse a las naves estadounidenses y británicas que participan en los ataques contra Yemen y la protección del tráfico marítimo de Israel. En cambio, otros países europeos, incluyendo a España, Francia e Italia, han rehusado participar en acciones de guerra contra esa nación árabe que, ahora, aparece como la primera en apoyar militarmente a Palestina en la defensa de la Franja de Gaza invadida por Israel. El gobierno de Yemen reafirmó su voluntad de continuar apoyando a la nación palestina y continuará sus ataques contra buques de carga israelíes o al servicio de Israel. ¿Cómo podrán responder las potencias occidentales a ese desafío?   La intervención de Estados Unidos con apoyo de Inglaterra y Alemania, en acciones de guerra contra Yemen y en defensa de Israel, ya está siendo denunciada por importantes organismos de estudios estratégicos de Washington, de Londres y Berlín, que destacan el peligro de que con eso aumentará dramáticamente el peligro de una gran movilización de todo el Cercano Oriente en contra de las potencias occidentales. La analista estratégica Trita Parsi, del muy prestigioso Instituto Quincy, de Washington, declaró en conferencia de prensa que la decisión del presidente Joe Biden de enviar un ataque con bombardeo contra Yemén ha sido un error peligrosísimo y que, en vez de parar las acciones yemeníes, provocará un aumento de ellas y movilizará a otras naciones árabes en contra de Occidente. El analista Benjamin Friedman, del Centro Israelí Estudios de Prioridades de Defensa, señaló que los bombardeos contra Yemen no tendrán ningún efecto positivo para la navegación comercial. En Washington, el analista Daniel DePetris, del Centro de Estudio de Prioridades, advirtió que Estados Unidos con su intervención se colocó en una situación de tener que afrontar contrataques defensivos de Yemen y nuevos ataques de Estados Unidos. Con ello Estados Unidos se habrá metido solito en una despreciable situación militar de golpes y contragolpes sin ningún resultado positivo para los intereses occidentales, en momentos en que los recursos financieros de Washington están penosamente agotados. Y el analista pregunta: “Por qué el presidente Joe Biden piensa que esa es una manera eficaz de apoyar a Israel?” Por su parte, el presidente de Turquía, Tadyip Erdogan, acusó a Estados Unidos e Inglaterra de poner al Mar Rojo en peligro de convertirse en un mar de sangre… Rusia, por su parte, denunció los bombardeos de Estados Unidos e Inglaterra contra Yemen, calificándolos de “acción ilegítima y sanguinaria contra una nación, lanzada sin aprobación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, o sea, una acción ilegal de guerra.     En las Naciones Unidas, en tanto, comienzan los debates por la acusación contra Israel de genocidio contra Palestina emitida por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia, en La Haya. En sus primeros alegatos, la defensa israelí está afirmando que lo que hay detrás de la denuncia sudafricana es una intención de genocidio contra Israel. El alegato de la defensa israelí señaló que toda la acción israelí en Gaza ha sido de legítima defensa ante el intento de genocidio perpetrado por el grupo terrorista inserto en el partido político Hamas, de Palestina. El belicoso primer ministro israelí Benjamín Netanyahu denunció una supuesta conspiración de los enemigos de Israel que se han juntado para manipular un fallo judicial a su gusto. De hecho, el sábado antepasado Netanyahu declaró que Israel no permitirá que la Corte Internacional de Justicia se entrometa para impedirle continuar su guerra contra Hamás que, en el hecho, es una guerra contra Palestina y su pueblo. “Nadie podrá detenernos… ni La Haya ni el Eje del Mal ni lo que sea. Podemos y necesitamos continuar la invasión hasta alcanzar la victoria, y eso es lo que haremos”. La intención “genocida” del ataque terrorista de Hamás, del 7 de octubre, según Netanyahu queda demostrada por los 1.200 israelíes que perecieron durante el ataque terrorista. Sin embargo, las propias Fuerzas Armadas de Israel ya han admitido que recibieron orden de disparar contra la multitud durante el ataque, sin distinguir a los terroristas de sus víctimas, de lo que se admite que muchísimas de las 1.200 víctimas israelíes de ese día no perecieron a manos de los terroristas sino por los disparos del propio ejército israelí. Será de enorme importancia conocer y analizar los alegatos jurídicos sobre los temas del terrorismo y el genocidio, pues de ese juicio internacional contra Israel por genocidio, presentado por Sud África, resultará una valiosa definición sobre los Derechos Humanos y los Derechos del Estado. La postura defendida por Israel, en palabras del jurista Gilad Noam, Procurador General del Estado de Israel, apunta a que el fallo del Tribunal marcará los límites entre la convención de lo que es genocidio y lo que es el derecho del Estado a auto defenderse. Pero ¿qué ocurre cuando un Estado trata de destruir a otro Estado?...  Una poderosa corriente de intereses y opiniones se centra en el derecho del pueblo palestino a tener su propio estado. Para un bloque encabezado por China, la nación Palestina, históricamente, culturalmente y racialmente, tiene pleno derecho a un estado propio en los territorios que ha ocupado durante siglos antes de la creación del actual Estado de Israel. ¿Acaso no es tiranía afirmar que la autodefensa del Estado, vale más que la defensa de las personas?   La incertidumbre se vuelve cada vez más internacional. En las principales bolsas de valores, incluyendo las de Europa, Estados Unidos, China, Japón y la India, es tanta la duda sobre el valor futuro del dólar y las demás monedas poderosas, que ya se está transando dinero en efectivo en las bolsas de comercio, de valores… tal como si los billetes fueran acciones de países convertidos en algo así como empresas. Al mismo tiempo, la prensa especializada ha destacado un enorme flujo de capital desde China, la India, Japón y varios países europeos, a inversiones industriales en Rusia. Y, por supuesto, un veloz proceso de reindustrialización de Rusia, que en el pasado había competido con Estados Unidos en la vanguardia tecnológica e industrial mundial. Asimismo, en Asia, se ha detectado también un flujo de inversiones de capital en empresas y proyectos en Irán. Todavía no se ha difundido suficiente información y análisis de ese fenómeno que puede impactar tremendamente en el futuro económico a nivel planetario. Y ¿qué efecto social podrá tener ese futuro sobre el mundo occidental que hasta ahora parecía el modelo del éxito social y político del mundo moderno?     En tanto, ha seguido haciéndose sentir una economía debilitada, tembleque y tambaleante, a nivel mundial. De hecho, Estados Unidos ya llegó al límite de su capacidad de endeudamiento para financiar su gobierno año tras año… es decir, Estados Unidos ya no puede pagarse el derecho a tener el gobierno que tiene. Con un endeudamiento que ya superó lejos el total del producto interno anual de su economía y teniendo que pagar cada año más de un millón de millones de dólares sólo en intereses de su deuda actual, ahora está enfrentando la realidad de no poder pagar la amistad de sus aliados. Por lo pronto, ya no hay más plata para Ucrania. Es decir, habría que aceptar ya que Rusia ganó esa guerra. Los más feroces aliados anti rusos de Washington, encabezados por Inglaterra, a falta de dinero han llegado a amenazar con envío de sus tropas a combatir en Ucrania contra Rusia. Y, claro, la respuesta de Rusia ha sido clara y simple: Si tropas inglesas llegan a Ucrania con la misión de matar rusos, eso significará que Gran Bretaña y Rusia están en guerra… y que la guerra no se quedará en Ucrania. No. Llegará a las islas británicas en misiles hipersónicos cargados con bombas nucleares. En palabras del ex presidente de Rusia, Dmitri Medvedev, la necia arrogancia británica habría desatado la Tercera Guerra Mundial. Como dicen los rotos chilenos en su coa ultramoderno… “Si llega la guerra… ¡Se nos acaban todos los problemas!” Ud. entiende por qué, ¿verdad? Cuando no queda nada, tampoco quedan los problemas.   Hasta la próxima, gente amiga. Cuídense. Hay peligro. Ojalá se quede siempre siendo sólo Peligro.
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