Por Ruperto Concha / resumen.cl
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El primer ministro británico Winston Churchill era un tipo muy ingenioso. Y para explicar el turbio trabajo de los periodistas en la Segunda Guerra Mundial, dijo sencillamente que “la verdad es algo tan valioso que, en tiempos de guerra, hay que protegerla con una sólida coraza de mentiras.”
Es una buena explicación porque dice la verdad respecto de la mentira. Esa mentira que ahora recibe el nombre de “narrativa”, y que ya no se aplica a determinadas mentiras puntuales, sino a la totalidad de los acontecimientos en este planeta que ya está de veras al borde de la guerra nuclear.
Sin embargo, aún en medio de ese coro de patrióticas mentiras y falsificaciones, la sana inteligencia de algunos periodistas y medios de prensa, más la de algunos técnicos racionales dispuestos a no dejarse engañar, de vez en cuando logran que fragmentos importantes de la realidad verdadera salgan a la luz pública, haciendo que la democracia pueda respirar y sobrevivir un poquito más.
Pero además a veces ocurre que los mentirosos mismos se entusiasman tanto con sus falsedades que, sin proponérselo, obligan a que sus propios aliados tengan que desmentirlos y dejarlos en ridículo.
Eso es lo que le está ocurriendo con mucha frecuencia al gobierno de Ucrania y a su presidente, el actor de telenovelas don Volodimir Zelenski. Vamos viendo.
El pasado 4 de mayo, Rusia realizó varios disparos sobre objetivos militares ucranianos, con sus misiles hipersónicos Kinzhal, logrando destruir depósitos de armas e inutilizar una base de misiles interceptores estadounidenses Patriot.
Estados Unidos admitió el impacto, aunque aclaró que su base de interceptores no había sido destruida sino solamente dañada. Pero, según el gobierno de Ucrania, los seis misiles hipersónicos rusos habían sido interceptados y destruidos. Y, como prueba, publicó una fotografía de un misil averiado con un hoyo en la punta.
Por supuesto la gran prensa de Estados Unidos y Europa festejó estruendosamente la versión entregada por Zelenski, y muchos grandes titulares hicieron burla de que los supuestamente imbatibles misiles hipersónicos rusos habían sido derribados con toda facilidad por los ucranianos.
Sin embargo, los voceros del Pentágono eludieron confirmar la versión ucraniana. Según los altos mandos estratégicos estadounidenses ningún misil ruso ha sido interceptado y los mismos operadores estadounidenses de los interceptores Patriot, que supuestamente habrían derribado los misiles Kinzhal rusos, negaron categóricamente la versión ucraniana. Más aún, según los altos mandos de las fuerzas armadas de Estados Unidos, ninguno de los sistemas defensivos actuales que tiene Estados Unidos puede interceptar y destruir un misil hipersónico que se desplaza a casi siete mil metros por segundo.
Los interceptores Patriot proporcionados por Estados Unidos a Ucrania están diseñados para interceptar drones, misiles de artillería y bombas planeadoras. Son los mismos que estaban instalados en Arabia Saudita y que, con frecuencia, no lograban interceptar ni siquiera todos los misiles comunes y corrientes que disparaban los guerrilleros yemeníes contra las instalaciones petroleras árabes.
Asimismo, las fotografías exhibidas por el gobierno de Ucrania como prueba de haber destruido los misiles hipersónicos rusos, fueron de inmediato desestimadas por los observadores técnicos, pues no mostraban ni el diseño de los misiles rusos ni tampoco el efecto que habría tenido un disparo del interceptor Patriot
Es decir, finalmente quedó en claro que el supuesto derribamiento de los misiles hipersónicos Kinzhal no había sido más que un lamentable intento de hacer que la gente europea no tenga miedo de una eventual guerra nuclear contra Rusia.
En tanto, en Europa, las noticias económicas son desalentadoras. Según informó esta semana la Oficina Federal de Estadísticas de Alemania, la economía del país ya entró en recesión, con una caída del 0,3% de su producto interno bruto en el primer cuarto de este año. El producto per cápita cayó en un 1.2%, y la inversión estatal se redujo en casi un 5 por ciento.
Esto se suma al crecimiento CERO de la economía alemana en el último trimestre del año pasado. De hecho, el director de economía macro del banco ING de Holanda, Carten Brzeski, confirmó que en términos financieros Alemania ya entró de hecho en recesión, y, siendo la principal economía de toda Europa, se teme que sus efectos serán extremadamente graves.
Según informó la agencia noticiosa AFP, la economía conjunta de la Unión Europea sólo alcanzó un crecimiento ínfimo, del 0,1%, y la Eurozona financiera, según analistas bancarios, admite que Estados Unidos está igualmente muy próximo a la recesión.
Pero la perspectiva más alarmante, a juicio de los economistas próximos al gobierno, es el inicio de una desindustrialización de Alemania, que sería luego imitada por otros países de la zona euro.
Principalmente por la crisis energética provocada por las sanciones anti rusas, grandes empresas alemanas, como la gigante química BASF, ya anunciaron sus planes de trasladar a la China gran parte de sus instalaciones.
En el caso de la química BASF, ello significará la pérdida de 2.600 puestos de trabajo bien remunerado en Alemania.
De acuerdo a una investigación sobre proyectos industriales en Alemania, entre un 9 y un 10% de las pequeñas y medianas empresas del país están planificando trasladar sus capitales e instalaciones industriales a países del sudeste asiático, de África y de América Latina.
Por supuesto, esta perspectiva de Alemania desplazando su capacidad industrial hacia países latinoamericanos ha sido recibida por acá con gran interés. Pero, en Europa, ese proceso de desindustrialización es visto como un fenómeno desastroso que apunta a la ruina de toda Europa.
En tanto, el domingo pasado el Grupo de los 7, integrado por Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Francia, Canadá, Japón y Alemania, concluyó su Cumbre en la ciudad de Hiroshima, Japón, con una declaración imponente y amenazante contra Rusia, en que le exigen parar de inmediato su intervención militar en Ucrania y retirar la totalidad de sus efectivos militares; devolver al gobierno de Kiev la totalidad de los territorios ocupados, incluyendo la península de Crimea, y, además, el pago a Ucrania de todos gastos y perjuicios causados por la intervención.
Es decir, el Grupo de los 7 resolvió exigirle a Rusia que se rinda, que le pida perdón a Volodomir Zelenski, y que acate con humilde obediencia todas las exigencias que le impongan las supuestas potencias occidentales.
Suena potente eso, ¿verdad?...
Pero la gente de Europa no parece estar nada feliz con los dictámenes del Grupo de los 7. Más bien se prevé un fuerte remezón político, sobre todo en Francia y Alemania, donde la base social ha tenido que soportar las mayores penurias por las decisiones de la clase política y de la OTAN.
En realidad, Rusia está ganando la guerra, a pesar de la enorme superioridad de armamento y recursos de la OTAN. Día a día, Rusia muestra un rápido incremento de su capacidad industrial para las exigencias de la guerra, mientras la Unión Europea enflaquece y se debilita.
La gran fortaleza ucraniana que era la ciudad de Bajmut ahora pertenece a los rusos del Donbás. La contraofensiva de Ucrania es inexistente. Y cuando lleguen a Ucrania los aviones F-16 norteamericanos, Rusia los barrerá.
Los grandes depósitos de bombas y granadas de artillería de uranio empobrecido que Inglaterra le envió de regalo a Zelenski ya han sido impactados por los misiles rusos y nubes de polvo radiactivo se desplazan con el viento amenazando a Polonia.
Rusia no va a retroceder y sus aliados de la OPEC y el Asia Central, más la China, simplemente se mantendrán firmes en sus posiciones, haciendo que Estados Unidos y sus aliados sigan creyendo que aún pueden ganar.
Esa es la mejor manera en que Rusia y el Oriente lograrán que Occidente se desgaste y se arruine solo.
¿Y qué está ocurriendo en Estados Unidos?... Según la agencia informativa Reuters, que es estadounidense y británica, el Fondo Monetario Internacional ha detectado que en estos momentos sólo un 58% de las reservas monetarias mundiales siguen siendo en dólares. Las reservas en yuan chino en cambio, ya han aumentado en un 30%.
Según informa la red estadounidense CNN, la última gran encuesta de opinión en Estados Unidos muestra que dos tercios de los norteamericanos, el 66 por ciento, opinan que sería un desastre si Joseph Biden fuese reelegido en las elecciones del próximo año.
Y, como habíamos previsto, el presidente Joseph Biden ya se reunió en la Sala Oval de la Casa Blanca, con el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, del Partido Republicano, y llegaron a un acuerdo para elevar el límite de endeudamiento de Estados Unidos en algo más de otro millón y medio de millones de dólares.
Ahora sólo falta que las directivas de los partidos Republicano y Demócrata, confirmen lo que ellos pactaron.
Así, pues, el peligro de que por pura burocracia mercantil pueda estallar la Tercera Guerra Mundial, parece por ahora diluirse en palabrería.
Y pareciera que, en vez de emigrantes morenos y pobres hacia Europa, se perfila ahora una ola de emigrantes rubios y platudos hacia Latinoamérica, África y el Sudeste Asiático.
Pero el peligro seguirá presente mientras nuestros políticos sigan creyendo que la verdad es relativa. Que, como decía Campoamor, “En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira. Todo es según el color del cristal con que se mira”.
¡Menos mal que los matemáticos y los hombres de ciencia no son aficionados a la poesía barata, y saben que la verdad verdadera que es la única que funciona!
Creer que la verdad nos la pueden entregar pre digerida por otros… es peligroso. Los hechos netos son los que sirven.
*Imagen: Misil hipersónico Kh-47M2 Kinzhal transportado por un MiG-31K de la Fuerza Aeroespacial rusa | Ministerio de Defensa de la Federación Rusa, Wikimedia Commons
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