PODCAST | Crónica de Ruperto Concha: Vergüenza

Por Ruperto Concha / resumen.cl Opción 1: archive.org Opción 2: Spotify https://open.spotify.com/episode/1ddDfePUYXnUKWgFVGQnNP ¿Todavía creemos que el mundo de hoy es nuevo?... En realidad, hoy estamos presenciando una enorme y peligrosa miseria intelectual y moral que es igualita, casi idéntica a la del mundo griego del año 431 antes de la Era actual, cuando la formidable potencia de Atenas trató de adueñarse de todo, aunque para ello tuviera que hacerle la guerra a Esparta, que había sido su mejor aliada en la lucha contra los persas. Es asombroso ver cómo Atenas, la creadora de la Democracia, fue víctima de su propio poderío, se transformó en un imperio dispuesto a asesinar y llevar la guerra contra otros estados griegos más débiles, y, olvidado ya de su propia democracia, pasó a ser una aborrecida metrópoli imperial. Al fin sus antiguos aliados se unieron en contra de ella y estalló la Guerra del Peloponeso, encabezada por Esparta. El año 404 antes de nuestra Era, Atenas fue derrotada y su democracia fue reemplazada por el llamado “Régimen de los 30 tiranos”. Nunca más Atenas recobró su grandeza. De hecho, toda Grecia perdió su grandeza… y finalmente fue reducida a ser una mera provincia del joven Imperio Romano. ¿Cómo fue que esa maravillosa Atenas se desfiguró, se corrompió y se hundió en sus propias ruinas?... El gran poeta trágico Eurípides, que vivió en esa Atenas, de esos años, emitió dos frases que entraron a la historia. Una fue: “Por qué hablamos de destino y de los dioses para explicarnos las tragedias humanas?... ¿No será que es el cambio mismo, inevitable, el que nos hace crear nuestras tragedias?” Y la otra gran frase la puso en boca del Coro, diciendo “¿Qué vergüenza nos causa tanta miseria que nos hace perder hasta la vergüenza misma?” Bueno, hoy miramos la realidad mundial y no podemos sino preguntarnos: ¿Cómo es que no sentimos vergüenza por la dolorosa corrupción y el abuso generalizado en todos los rincones de nuestro pequeño planeta Tierra?       Mañana lunes 7 de septiembre comienza en Londres el proceso judicial sobre la extradición a Estados Unidos de Julian Assange creador del portal noticioso “Wikileaks”. Si se aprueba la extradición, este periodista puede ser condenado a morir en una prisión estadounidense. Su delito, haber entregado a los medios de prensa mundiales cientos de miles de pruebas documentadas sobre las atrocidades perpetradas por las tropas estadounidenses en las invasiones a Irak y Afganistán. Los documentos revelados por Julian Assange fueron obtenidos por el entonces suboficial Bradley Manning, de los servicios de Inteligencia Militar, quien se sintió horrorizado por las horribles evidencias de violaciones a los derechos humanos en las invasiones a Irak y Afganistán. Entre esos documentos se cuenta el video conocido como “Asesinato colateral”, en que se muestra cómo un helicóptero militar estadounidense en Bagdad, Irak, asesina a balazos de ametralladora a un grupo de civiles desarmados, incluyendo a dos niños pequeños y a dos periodistas de la agencia noticiosa noticiosa Reuters, británica. El tratamiento que Gran Bretaña le ha dado  Julian Assange ha sido de flagrante violación de los preceptos básicos del Derecho, incluyendo el Habeas Corpus. En términos reales, los ingleses lo han mantenido en condiciones de virtual tortura, negándole incluso acceso a sus abogados y a la documentación presentada por sus acusadores. Para la organización Reporteros sin Fronteras, y también para el relator especial de las Naciones Unidas sobre tortura, lo que Inglaterra está perpetrando hasta ahora, por complacer a Washington, es socavar irremediablemente el Estado de Derecho, la Justicia en sí misma. Julian Assange creó y estructuró su plataforma noticiosa para difundir hechos reales, sin alterarlos. Verdad neta y concreta. Y por ello ha sido torturado y enfrenta la posibilidad de extradición rumbo al presidio perpetuo en Estados Unidos.       Pero, ¿cómo es que los grandes medios periodísticos mundiales apenas si mencionan lo que mañana enfrentará Julian Assange en Londres, por decir la verdad?... En cambio, fíjese Ud., la gran prensa internacional de Occidente sigue centrándose, atronadoramente, en el supuesto intento de homicidio del abogado y dirigente político Alexei Navalny en Rusia. Los titulares acusando a Rusia del intento de asesinato son extremadamente agresivos, y contienen tergiversaciones claramente intencionadas apuntadas a desprestigiar al gobierno ruso y específicamente al presidente Wladímir Putin. Ayer, el diario británico The Telegraph ponía un gran titular en que afirmaba “La agresión de Rusia contra sus países vecinos y Occidente, crea el peligro de una nueva Guerra Fría”. Y, naturalmente, sólo indica esas supuestas agresiones en los casos de defender a Osetia del Sur de la invasión militar lanzada por Georgia, violando el mandato de las Naciones Unidas, y haber incorporado a Crimea a territorio ruso, respondiendo a lo solicitado en plebiscito por los habitantes de esa península. Otros títulos con falsedades han afirmado que los médicos militares de Alemania, expertos en toxicología, habrían hallado supuestas “pruebas irrefutables” de que Navalny había sido envenenado en Rusia con el compuesto tóxico “Novichok”. En realidad, el informe de los médicos alemanes lo que señala es que se encontraron trazas de que Navalny hubiera ingerido “una sustancia tóxica parecida al Novichok”. De hecho, el gobierno ruso señaló su extrañeza de que el informe alemán, indicando las pruebas realizadas, no lo hayan remitido a Rusia, pese a haberlo solicitado. La canciller alemana Angela Merkel ciertamente pidió directamente al presidente Putin que se realice una investigación acuciosa y confiable sobre el caso, pero no mencionó ninguna amenaza de sanciones contra Rusia mientras no aparezcan pruebas acusadoras concretas. Respecto del vendaval de acusaciones contra Rusia, el diplomático británico Craig Murray, ex embajador de Londres en Asia Central, publicó también ayer un artículo en el sitio noticioso OpEdNews, de Estados Unidos, donde hace un llamamiento a la pregunta lógica “Qui bono?”… ¿Quién sale ganando con el delito?... O como dicen los detectives: “¿Cuál es el móvil del crimen?” Craig Murray menciona que, incluso en el seno de la oposición rusa al gobierno de Putin, se están planteando preguntas inquietantes precisamente a partir de los hechos mismos tal como se dieron. Es ostensiblemente claro que el gobierno de Moscú sabía que no tenía absolutamente nada que ganar asesinando a Alexei Navalny. De hecho, Navalny publicaba permanentemente y sin recibir presiones policiales, artículos y noticias en diversos medios controlados por la oposición rusa, y también en publicaciones muy bien pagadas fuera de Rusia, como la importante revista Forbes, de tendencia neoliberal. Dentro de Rusia, Navalny es una figura conocida, pero dista mucho de ser un líder político de multitudes. En realidad, para la gente común, Navalny es más conocido fuera de Rusia, a través de la prensa anti-rusa exacerbada durante los gobiernos de George W. Bush y Barack Obama. Cuando postuló como candidato a alcalde de Moscú, en 2013, sólo obtuvo un 27,4% de los votos válidos, frente al 72% del candidato oficialista Sergei Sobyanin. Entre los méritos políticos de Navalny se cuenta, por un lado, su persistente indagación y denuncia de los casos de corrupción en el aparato de gobierno de Rusia, y, además, su apasionada defensa de las minorías sexuales, homosexuales y lesbianas.     En ese contexto, han surgido conjeturas entre los mismos partidarios de Navalny, respecto de quién o quiénes podrían esperar obtener ventajas o ganancias por el envenenamiento. Y por supuesto, han surgido versiones conspirativas de todas clases, incluyendo la de que Sergei Navalny sería más útil para las aspiraciones de cambio, si se le convertía en mártir. Pero las miradas acusadoras, en su mayoría, se enfocan hacia los intereses de las petroleras de Estados Unidos que, con apoyo del régimen de Donald Trump, han hecho intentos desesperados para impedir la puesta en marcha del gasoducto “Corriente Norte-2”, que duplicará el abastecimiento de gas natural a Europa, a un precio 20% más bajo que la oferta de gas licuado de Estados Unidos. Durante más de dos años, Estados Unidos ha intentado paralizar la puesta en marcha del gasoducto, recurriendo incluso a amenazas que provocaron una reacción de cólera en la opinión pública europea. De hecho, hubo una reacción muy fuerte en Alemania al conocerse las amenazas emitidas por el Senado de Estados Unidos, en contra de la empresa Farhaven Sassnitz, que opera en una isla del mar Báltico, en el tendido del gasoducto. Los senadores estadounidenses llegaron a amenazar con “aplastantes sanciones políticas y económicas contra esa empresa alemana”. Pero ahora, en el contexto de las acusaciones contra Rusia por intento de asesinato para silenciar a un político disidente, una extraordinaria marea de titulares de prensa y declaraciones de políticos, incluyendo a algunos del Partido Verde, aparece exigiendo que Alemania, Francia, Suecia y otros países europeos que participan en el gasoducto, dispongan ahora mismo la paralización inmediata y definitiva del gasoducto Corriente Norte 2.     Pero la respuesta fue clara y dura. De hecho, Angela Merkel enfatizó que para Alemania el tema del gasoducto Corriente Norte 2 no tiene absolutamente nada que ver con el caso del envenenamiento de Sergei Navalny, y que las obras continuarán sin interrupción. Asimismo el gobierno de Suecia emitió una severa comunicación instando a que los políticos respeten los acuerdos y las decisiones legítimas tomadas por los gobiernos que han aprobado participar en la construcción del gasoducto. O sea, una vez más se hace evidente el juego de intereses comerciales y financieros que intentan, con diferentes grados de éxito, imponer estrategias a nivel mundial, incluso arriesgando el estallido de una nueva guerra mundial. En estos momentos, Turquía aparece como ganadora de facto en su intento de explotar los yacimientos submarinos de gas natural en el fondo del mar Mediterráneo oriental, en aguas reclamadas como propias tanto por la misma Turquía como por las repúblicas de Chipre y Grecia. La desafiante actitud de Turquía le ha permitido que, en el hecho, ya no haya oposición a sus perforaciones submarinas, aunque se intenta que comparta los yacimientos con Grecia y Chipre, lo que indirectamente implica incluir también a Israel. En el caso del conflicto fronterizo entre China y la India, ya los representantes de ambos países lograron iniciar conversaciones durante su encuentro en Moscú, teniendo a Rusia como mediadora. Pero también el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, envió una nota a los gobiernos de China y de la India, ofreciendo su desinteresado y generoso apoyo para una negociación pacífica. Ambos gobiernos declinaron el ofrecimiento.     Podemos ver, en estos momentos, que ha crecido peligrosamente la posibilidad de que estalle de pronto un enfrentamiento armado en las fronteras de China o de Rusia. Incluso en Siria, ya ha habido enfrentamientos duros entre efectivos militares rusos y estadounidenses. La semana pasada, un puesto de control estadounidense intentó detener el paso de vehículos militares rusos en una carretera del noroeste sirio. Los rusos no obedecieron, siguieron adelante y embistieron a los americanos, dejando saldo de 6 u 8 heridos. ¿La culpa la tienen esos soldaditos?... Un enfrentamiento como el ocurrido en los Himalayas entre soldados chinos e indios, ya dejó un saldo de más de 20 víctimas fatales. ¿Qué ocurriría si hubiera muertos en un enfrentamiento estúpido de tropas rusas y estadounidenses? Ya los más respetados analistas de la realidad mundial durante la epidemia del COVID19, coinciden en que resulta asombrosamente estúpida la incapacidad de los gobiernos de nuestro planeta, en cuanto a unificar inteligencias, recursos y atribuciones para una generar una eficaz acción mundial. .*   En cambio, la carrera por obtener vacunas se convirtió en una competencia en busca de lucro financiero y prestigio publicitario. Cuando Rusia fue el primer estado en aprobar una vacuna, también estalló un coro de competidores occidentales que trataron de desacreditarla. Luego, cuando la muy  prestigiosa revista médica The Lancet informó que la vacuna rusa es eficaz y no presenta peligro, la prensa occidental se limitó a decir que “Una revista de divulgación” le había dado el visto bueno a la vacuna rusa.. Y de hecho, ya en diciembre próximo se iniciará la vacunación masiva de los 160 y tantos millones de habitantes de la Federación Rusa.     Es en este contexto, de peligros multiplicados, de cambio climático que ya se está volviendo explosivo, y de una crisis económica mundial que puede ser irreparable por mucho tiempo... ¿Cuánto de nuestra civilización está cayendo en la ruina? ¿Cuánto estamos perdiendo sin saber cómo ni por qué? ¿A quién le echaremos la culpa de este desastre?... Hasta la próxima, gente amiga. Cuídense, hay peligro. Y quizás sean los poetas, los arquitectos, los músicos, los que de alguna manera volverán  enseñarnos un camino bueno. Así, como lo hizo Eurípides hace 2.500 años.  
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