Poemario “Miel”: Hacer habitar el horror y la ternura en la poesía

Miel es un poemario que cruza el desierto costero de Atacama con la cumbia y la realidad de personas que han sido vulneradas por Estado y la Sociedad. Es la expresión de esta dualidad, de este ritmo que puede ser alegre y melancólico a la vez, pero desde la literatura. En esta entrevista conocemos al poeta Pablo Orellana Medina y su libro “Miel , que se sumerge en los sentires de la comuna de Caldera y la profundidad del desierto costero.

Por David Ortiz Zepeda / Tierra Culta

Pablo Orellana Medina hace años reside en Caldera. En esa ciudad costera hace su vida como docente y poeta. El 2022 publicó el libro “Miel”, un poemario vinculado a los ritmos cumbiancheros y a sensibilidades adolescentes. Ya decía en una entrevista que dio en julio, la música villera también tiene dentro a Bach. Y es que su publicación cruza el territorio atacameño de la costa, una adolescencia compleja en los márgenes y el sonido de la cumbia.

“La escritura del poema en este caso cruza la experiencia personal con la creación. Por ello, esos adolescentes que hablan en los poemas son personas muy queridas por mí y que vivieron una desprotección del que quise reflejar en el poema”, nos comenta el autor.

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El viaje que emprende la pareja protagonista va mutando entre pasajes que se acercan a lo onírico y descripciones realistas -e incluso cruentas- de sus experiencias y las de sus amistades en recintos del SENAME. El libro invita a entender el dolor y la imaginación conectan con el viaje, en este caso en rincones del desierto costero. Colores, texturas y vivencias propias de esta zona del país. Recoger piedras, echárselas al bolsillo. “Andar almacenando territorios para sentir la textura y olerlos”, citando un verso del libro.

El viento, el silbido y la música. La presencia cumbiera, hace de esta publicación un libro particular que viene con una banda sonora que conecta con la biografía del autor desde sus orígenes. “La cumbia también tiene que ver con lo que siempre sonó en los lugares donde viví mi infancia y adolescencia (Pedro Aguirre Cerda y Puente Alto) y que, generalmente, es renegada por una parte de esta sociedad”, señala además resaltando su tránsito a la ciudad de Caldera.

De la gran urbe a un rincón costero del desierto que vibra cada año entre flores, cactáceas, vida playera y fósiles. Pero donde la comunidad vive también situaciones extremas de desamparo, como una posta que obliga ante cualquier urgencia de mayor complejidad a trasladarse a Copiapó y la falta de oportunidades propia de esta ciudad.

El compromiso con la música y la literatura para Orellana es total. "Existe esa intención de trazar un mapa, marcar el territorio a través de bandas que han trascendido en el género y han formado parte de movimientos o formas de hacer esa música”.

Agrega sobre evaluaciones a su trabajo: “Es probable que genere algún ruido, especialmente en aquellos que dicen que la poesía debe estar enmarcada en una forma, aunque no ha sido mi intención ni tampoco mi preocupación, debido a que la música y la poesía son una sola”. Esta unión inseparable se notó en el lanzamiento del libro, donde entre bandas musicales en la sede Caldera de la Universidad de Atacama, la comunidad se acercó a ser parte del evento.

-Tu libro tiene muchas inclusiones de territorio, la mayor parte en Caldera. ¿Qué ha significado esta comuna para tu creatividad?

Todo autor que se propone un viaje tiene sitios en los cuales situar sus escrituras y suele coincidir con aquellos en los que ha vivido o permanecido. El visitar, conocer el nombre de rincones, el día y la noche, los paisajes, sirve como insumo para intervenirlos y hacerlos parte de la literatura. En el caso de Caldera mi arraigo es mucho más potente, ya que, es una ciudad que tiene mucha magia en su paisaje y en los acontecimientos que ahí ocurren. Y creo que eso se incrementa al llegar como forastero desde una urbe como es la capital de un país centralizado como en el que vivimos. En el caso de la creatividad, más allá de que se diga que los paisajes bellos proporcionan impulsos o inspiraciones, el incluirlos en el libro tiene que ver con hacerlos visibles, dejar la etiqueta del nombre como curiosidad para la investigación”.

Orellana parece buscar conectar con un hablante que transmite ciertas ideas y experiencias propias de una generación que ha recibido intervención del Estado en su crianza, sin que ello signifique aportaciones en las oportunidades y formación, siendo excluidos plenamente de un consumo más “refinado”.

Una problemática que está presente en todo Chile y que Miel conecta a través de un libro musical, donde el ruido de la violencia se hace presente. Violencia que está en distintas vulneraciones. Por ejemplo en el siguiente pasaje: “Te inflamas/tal cual las nubes de gas/que expelen en Paipote” o uno de los poemas más cruentos: “Mis Amigos, Mis Amigas” donde se describe una enumeración horrorosa de violencias denunciadas en los centros del SENAME. “La literatura se debe hacer cargo sin duda de temáticas relacionadas con injusticias o sacrificios, pero, desde el punto de vista creativo y no del texto redundante o panfletario, al menos esa fue la intención en el poema, situar ese desastre en otra historia”, nos comenta Orellana.

La cumbia como articulador de sentido y sentimientos latinoamericanos. “Siempre pensé que ese sonido debía tener esta oportunidad en la poesía y el incluirla como carnaval en los hablantes ha tenido siempre la intención de homenaje a ese género musical”, nos comenta Orellana, quien hizo entrega de ejemplares del libro a Frente Cumbiero de Colombia, al vocalista de la Sonora Malecón, a Natalia Álvarez ex vocalista de Chorizo Salvaje, el Grupo Alegría, La Banda Luchito y Los Mirlos de Perú, esta última es una de sus favoritas.

Existe una cierta relación entre lo tierno, lo alegre y lo entretenido; versus la desesperanza, el dolor y el horror. Estas dimensiones aparentemente contradictorias, dialogan en este poemario. En cierta forma, los juegos de palabras y referencias que se hacen en la publicación convierten a “Miel” en una buena representación de la vida en las ciudades costeras del norte.

Mucha cumbia se baila en jornadas alegres, siendo que habla de temas terribles o profundamente melancólicos. Agrupación Marilyn y "Su Florcita” donde relatan una violación y asesinato de una niña de 12 años. La banda ovallina Hechizo y “La Temporera”, con el drama de trabajar en condiciones extremas. Miel tal vez sigue esa línea, esa alquimia de la música y la poesía, que el autor define como una unidad, en que como todo en la vida están contenidos el claro y el oscuro, permitiéndonos sobrevivir desde el arte.

Sumergirse en Miel, un libro publicado este 2022 por Tierra Culta Ediciones con las ilustraciones de Manuel Méndez Martínez (Manu Manos con Tinta) en la portada y 110 páginas de una realidad bella y terrible. Todo a son de la cumbia, y un país que extrema sus desigualdades.

https://www.youtube.com/watch?v=X__1wDLicCw

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