El proceso de evaluación del proyecto hidroeléctrico San Carlos, el cual pretendía instalarse en el cauce del río Biobío a la altura de Los Ángeles-Mulchén, sufrió un revés luego que Servicio de Evaluación Ambiental diera término anticipado por ausencia de información referida a aspectos del bosque nativo y el patrimonio arqueológico.Por J. Arroyo Olea
Un revés adelantado tuvo el proyecto hidroeléctrico San Carlos, el cual pretende intervenir el río Biobío -el cual ya cuenta con tres centrales- entre Los Ángeles y Mulchén. El proyecto fue ingresado por segunda vez al Sistema de Evaluación Ambiental mediante un Estudio de Impacto Ambiental el 30 de junio, pretendiendo poseer 154,4 MW de capacidad instalada.
Fue durante este proceso de evaluación que el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) optó por poner término anticipado. El documento de resolución explica que "el EIA del Proyecto carece de información esencial para descartar la generación de todos los efectos, características o circunstancias contemplado en el literal b) y f) del artículo 11 de la Ley N° 19.300 y la falta de la misma, además, no es susceptible de ser subsanada".
Esos dos literales citados por el SEA indican que este tipo de proyectos "requerirán la elaboración de un Estudio de Impacto Ambiental, si generan o presentan a lo menos uno de los siguientes efectos, características o circunstancias: (..) b) Efectos adversos significativos sobre la cantidad y calidad de los recursos naturales renovables, incluidos el suelo, agua y aire; (...) f) Alteración de monumentos, sitios con valor antropológico, arqueológico, histórico y, en general, los pertenecientes al patrimonio cultural.
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En su resolución, el SEA enfatiza en las falencias que el estudio de la empresa de capitales canadienses abordan las afectaciones a bosque nativo y el patrimonio arqueológico del territorio.
El hecho se da tras diversas acciones que organizaciones iniciaron una vez conocidas las fechas de Participación Ciudadana (PAC) del proceso.
¿Quién es Energía Llaima?
En el mercado de los campos fotovoltaicos, Llaima mantiene un vínculo con la empresa Arcon-Sunmark, propiedad de capitales de Dinamarca y que reúne a dos empresas que se ha consolidado como una de las principales empresas transnacionales del rubro vinculada, en el caso chileno, a «la mayor planta solar del mundo para la industria minera».
Respecto a la propiedad de Energía Llaima, en su sitio de presentación indica que es propiedad de capitales chilenos, los cuales se vinculan a los grupos Said, Claro y Garcés, todos estos relacionados a un historial de empresas de diversos rubros. Sin embargo, a mediados de 2021 se anunció que la canadiense Innergexadquirió el control total de la empresa, la misma que se ha mostrado interesada «en varios lugares de América Latina, en particular en Perú, y vemos que todo el continente está interesado en buscar una transición a energía limpia».
Así, Energía Llaima ya se ha encontrado vinculada a proyectos hidroeléctricos, además de los que pretende instalar en la provincia del Biobío. Tal es el caso del proyecto encabezado por la Empresa Eléctrica Licán, la cual adquirió en 2021 e interviene actualmente el río Licán ubicado en la región de Los Ríos con una capacidad instalada de 18 MW.
Asimismo, a inicios de 2021 tras movilizaciones de organizaciones el Servicio de Evaluación Ambiental declaró la caducidad de la Resolución de Calificación Ambiental del proyecto Central de pasada El Canelo que pretendía ubicarse en la ribera sur del río Maipo con una capacidad instalada de 16 MW.
Puedes revisar la resolución del SEA haciendo clic acá.