El amor, los celos o la locura, han sido argumentos para la titulación de noticias sobre los femicidios de esta última semana en la prensa nacional.
Programas de televisión, radio y prensa escrita, han difundido, particularmente, el asesinato de Yuliana Acevedo con titulares tales como "El amor y los celos la mataron", buscando así un foco de distracción del motivo principal del crimen, el machismo y las estructuras de poder, control y dominación sobre las mujeres, patologizando al agresor y normalizando las conductas de éste.
Siete mujeres han sido asesinadas en los últimos siete días. Como una epidemia que no se detiene, la violencia machista se ha desatado esta semana y los medios de comunicación no han hecho más que normalizar y justificar cada uno de los femicidios, tratándolos como hechos aislados, como arranques de ira, locura, celos o amor. Siete femicidios en una semana y pareciera que ello fuera normal, una nota de prensa más dentro de los contenidos de los medios nacionales, que no mereciera mayor análisis o reflexión.
Hace dos días, la misma prensa machista que banaliza la violencia hacia las mujeres, junto con las autoridades de turno, nos felicitaban y halagaban por el “Día de la mujer”, enalteciendo nuestras virtudes, “propias del género”, y destacando el rol que cumplimos en la sociedad. Ese mismo día por la noche nos enterábamos de dos femicidios más a través de los medios de comunicación, los cuales, nuevamente, fueron justificados y naturalizados. Resulta paradójico que durante el día se refirieran a nosotras con tanto “amor” por ser “nuestro día” y horas más tarde se abordaran los femicidios de Amelia y Magaly con tanto desprecio e indiferencia.
Y la violencia y el desprecio hacia nuestras vidas suma y sigue. Hoy nos enteramos por el diario “La Cuarta” del femicidio frustrado de María Espitia (45), también colombiana, quien fuera apuñalada en varias ocasiones por su pareja Humberto Camargo. El diario nuevamente plantea que esta situación habría sido gatillada por los celos, invisibilizando las verdaderas causas de la violencia machista y la responsabilidad que tienen los medios de comunicación en la perpetuación de ésta y la naturalización de su expresión más brutal: los femicidios. Lamentable y repudiable periodismo, cuya mayor coherencia editorial es intentar convencernos de que las mujeres no somos más que cuerpos para el placer masculino y la ganancia capitalista. Objetos consumibles, cuerpos-objetos a los que se le va la vida a causa de motivos que ellas mismas provocan.
Gran diferencia con el resguardo lingüístico al referirse a políticos, empresarios, y sobre todo a femicidas, a quienes se refieren como “acusado”, “posible” o “eventual”, pero nunca culpable. En cada tratamiento noticioso, los medios obvian las relaciones de poder y lo violento de la construcción social de los géneros que ellos mismos promueven e impulsan, de lo masculino siempre por sobre lo femenino. La impunidad de las palabras se convierte también en la impunidad de las leyes, y a su vez, en la construcción de un imaginario social donde las vidas de las mujeres no importan, no trascienden, no duelen.
Los medios de comunicación son agentes socializadores que banalizan y ejercen violencia contra las mujeres. Los medios de comunicación son cómplices en la naturalización de la violencia contra las mujeres y la violencia nos está matando. No más femicidas tratados como enfermos, arrebatados o celópatas. Femicidio no es crimen pasional.