Ayer durante la tarde, las comunidades mapuche en resistencia de Malleco informaron mediante un comunicado la drástica medida de presión adoptada por los ocho comuneros, atribuyéndola única y exclusivamente a la falta de voluntad política que ha mantenido este gobierno con sus demandas.Por Juan Contreras Jara / resumen.cl
Durante estos tres meses de huelga de hambre, tanto Celestino Córdova como los comuneros presos en Angol han exigido el cumplimiento del Convenio 169 de la OIT a sus situaciones judiciales, las que según dictamina el tratado internacional debiesen adecuarse a las condiciones culturales, económicas y sociales del pueblo Mapuche. El documento además explicita la responsabilidad que tiene el Estado suscriptor en fomentar y asegurar la consulta y participación de los pueblos originarios en las decisiones que los afecten. Ambas situaciones, afirman dese sus vocerías, han sido absolutamente ignoradas por este y los anteriores gobiernos desde la puesta en vigencia de dicho convenio en 2009.
Ayer Jan Jarab, representante para América del Sur del Alto Comisionado de ONU para los DDHH (Acnudh), se refirió algunas reformas carcelarias alcanzadas con el gobierno, relativas a los presos políticos mapuche, llamando un diálogo para que se solucione la drástica situación.
Rodrigo Curipán, vocero de los ocho comuneros en huelga de hambre seca, comentó que “nos intentan imponer un cambio que hicieron de la normativa de Gendarmería y piensan que eso va a permitir más beneficios penitenciarios, en el sentido de acceso a determinadas cosas, pero en ningún caso se aplica a través del Convenio 169. Esto no se ajusta ni a los protocolos propios de la cultura Mapuche, ni al instrumento internacional ratificado por Chile que te dice justamente que hay que tener primero una consulta a quienes ostentan ese derecho. Aquí no hubo una consulta, solo saludos a la bandera que tampoco son vinculantes. El gobierno está tomando las decisiones unilateralmente”.
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Consultado por la huelga seca de los comuneros, Curipan relató que “explicarle a las familias esta decisión fue muy difícil. Esta decisión es extrema y muy pocos huelguistas han tomado esta medida en Chile y en lo que respecta a la situación mapuche […] Hoy el gobierno no ofrece algo de manera seria, sin considerar la crítica situación de salud de los presos”.
Con respecto a Celestino Córdova, hospitalizado en Nueva Imperial, la situación sigue siendo de máximo cuidado. A las secuelas físicas de las cuatro huelgas de hambre anteriores, llevadas adelante desde su condena en 2013, actualmente hay que sumarle importantes bajas inmunológicas, pérdida de visión en uno de sus ojos, convulsiones y episodios de sangrado interno abdominal.
Leonor Olate, profesional de la salud, parte de la red de apoyo del Machi, detalló a través de un informe médico que, “la situación de salud del Machi Celestino presenta al pasar de los días un riesgo vital cada vez más importante, destacando en este momento su síndrome convulsivo, que pudiera significar deterioro neurológico permanente (aún sin claridad de la causa), además pudiendo producirse falla renal (riñón hipo perfundido, bradicardia e hipotensión permanente), cardíaca (bradiarritmia), hepática (alteraciones de la coagulación secundarias a desnutrición severa) y un evidente riesgo de secuelas severas permanentes, sumado al estado de labilidad extremo que le confiere su prolongado ayuno e inmunosupresión, que lo expone al contagio y desarrollo de un cuadro grave covid-19 y la muerte”.
Hay que recordar que el 28 de julio pasado, la Corte de Apelaciones de Temuco, falló a favor del Servicio de Salud Araucanía Sur otorgándole autorización al hospital intercultural de Nueva Imperial para alimentar y administrar tratamientos médicos al machi aún contra su voluntad. Si bien la defensa de Córdova presentó una apelación esta semana, la resolución aún sigue vigente. Por este motivo, 173 profesionales de la salud emplazaron desde el punto de vista ético a los médicos de dicho hospital a no olvidar sus compromisos y juramentos.
“Comprendemos que el ayuno voluntario mantenido por Celestino Córdova y los demás comuneros mapuche en huelga de hambre, es una medida consciente y extrema de protesta pacífica, motivada por sus demandas de derechos colectivos, consagrados en tratados internacionales que Chile ha suscrito”. Y agregaron que, “una acción como esta violaría flagrantemente el principio bioético de autonomía del paciente, contraviniendo el código de ética del Colegio Médico de Chile y constituyendo un trato inhumano y degradante (una forma de tortura) según la Declaración de Malta de la Asociación Médica Mundial sobre Personas en Huelga de Hambre”.
Desde su vocería, Cristina Romo enfatizó en que “el gobierno en general no tiene la disposición de diálogo, porque se para desde una posición de supremacía, de poco dialogo y desigual. No reconoce la existencia de las distintas naciones que estamos vivas dentro de este territorio llamado Chile, hace comprender que hay una ideología colonialista de fondo que minimiza, subyuga e invisibiliza la existencia de los pueblos originarios. Esto se demuestra en que a 95 de iniciada la huelga no se haya establecido un diálogo directo, en igualdad de condiciones, resolutivo y sin discriminación”.
Consultadas por la escalada de violencia racista en la Araucanía, ambas vocerías concluyeron en que “es el Estado mediante sus distintos gobiernos quienes han instalado la violencia contra los pueblos originarios”. Fustigaron además que “la violencia es de carácter estructural y se manifiesta de distintas formas, no solo mediante hechos de violencia como estos. Las agresiones de personas no mapuche contra personas mapuche es una situación recurrente dentro de las comunidades pero siempre quedaban en el anonimato, ahora quedó registrada”.
