[resumen.cl]  Consejeros regionales buscan elaborar políticas públicas para el desarrollo de la acuicultura a gran escala en la costa de la región del Bio-Bio. Equipos del IFOP, la UdeC, y la UCSC estarían trabajando sobre un posible escenario donde este negocio extractivo se instale en la región.

La comisión de Medio Ambiente del Consejo Regional del Bio-Bio aprobó la semana pasada una propuesta para crear una política pública regional ante la inminente llegada de la industria acuícola en la región. Consejeros regionales se proponen viajar a la región de Los Lagos y Los Ríos para evaluar el impacto de la operación de la industria salmonera en aquella zona.

Según indicó La Tercera, esta iniciativa habría sido pedida por los consejeros, buscando respaldo para la aprobación o el rechazo de las más de 70 solicitudes para cultivos de salmones en la costa de las provincias de Ñuble, Concepción y Arauco.

Además, equipos del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), de la Universidad de Concepción (UdeC) y la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), estarían trabajando en estas políticas, que considerarían procesos participativos para la población del borde costero.

Durante 2016, empresas de acuicultura industrial y salmonicultura han buscado posicionarse a gran escala en la costa de la región del Bio-Bio. Un total de 83 solicitudes para cultivo de salmónidos y 21 solicitudes para cultivo de mitílidos (choritos) registra la Subsecretaría de Pesca, mientras que 11 proyectos en la costa de Ñuble ya fueron ingresados al Servicio de Evaluación Ambiental. A poca distancia de la línea de costa y frente a la desembocadura de ríos, esteros, acantilados, roqueríos, extensas playas, e incluso frente a pueblos y caletas de pescadores, se pretenden ubicar los criaderos industriales de salmones o mitílidos de las empresas: Inversiones Pelícano, Productos del Mar Ventisquero, Salmones Caleta Bay, Mainstream Chile, Cultivos Marinos Lago Yelcho, Acuícola Tripanko y Pacfish S.A., entre otras.

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La salmonicultura industrial en Chile, que requiere un enorme volumen de insumos alimentarios desde la agroindustria y la pesca industrial, ya generaba una fuerte presión sobre las poblaciones de peces y sobre los territorios que soportan cultivos agroindustriales en la zona centro-sur, los que terminan alimentando a estos peces cultivados en vez de las personas que habitan los territorios. En la región del Bio-Bio, esta presión ha contribuido una crisis en la economía de la pesca artesanal, cuyas especies que abastecían a miles de familias ahora se encuentran en colapso luego de décadas de depredación pesquera industrial y semi-industrial. Además de esto, la posible expansión de la industria salmonera hacia Arauco, Biobío e Itata podría generar perturbaciones directas en los ecosistemas locales.

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La acuicultura industrial, que busca posicionarse como un negocio alimentario en base proteínas de origen marino, se ha incrementado globalmente en las últimas décadas. Sin embargo, preocupación han generado los impactos adversos en el ambiente. Estudios han documentado el efecto de los centros de cultivo de salmones en ecosistemas marinos, el uso de químicos requeridos para el proceso industrial de cría y engorda, y el escape de salmones desde los centros de cultivos, entre otras problemáticas.

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En Chile, se ha reportado que la acuicultura industrial, especialmente la industria salmonera y su modelo exportador, realizan su producción con estándares ambientales muchísimo más bajos que en Europa. En los últimos años esta industria ha contribuido a la dispersión de distintas especies de parásitos y organismos patógenos en el mar interior de Chiloé y Aysén, afectando su propia producción salmonera.

Asimismo, esta industria ha sido denunciada en reiteradas oportunidades por su alta demanda de recursos alimenticios, por una altísima explotación laboral y por trastornos sociales e impactos ambientales en los territorios donde esta se ha desarrollado.