¿Qué se juega en el tablero mundial de la dominación?

Por Angel Sanhueza  En el artículo "Europa y la obscena obsesión de la guerra", expuse algunos elementos, para mi, esenciales a la hora de visualizar el complejo contexto de las disputas que sacuden al planeta.  El atentado en la sala de espectáculo Crocus City Hall, a las afueras de Moscú, del 22 de marzo recién pasado,  que ha dejado 137 muertos, (cifra provisoria) y una cantidad similar de heridos, no cambia en absoluto la estrategia global del enfrentamiento. Podrán producirse readecuaciones tácticas, en función del hecho y del origen de quienes dieron las órdenes, pero el contexto general y los objetivos trazados en la operación militar, no tendrán variación.    ¿Cuál es esta nueva realidad geopolítica? Después de 200 años que no surgían condiciones como las que hoy vive la humanidad y donde el epicentro y motor de éstas, no se encuentra en el occidente capitalista, blanco, católico y dominante.  En las confrontaciones que hoy observamos en diversos lugares del planeta, se prefigura una transformación profunda de las dependencias y de las relaciones económicas que se desprenden de ellas. Al mismo tiempo que surgen nuevas condiciones,  se va desarrollando, en este avanzado siglo XXI, una profunda mutación civilizatoria en esta etapa histórica del capitalismo y su fase neoliberal. La actual crisis requiere de readecuaciones profundas para seguir manteniendo al sistema y al modo de producción capitalista.  El término de los capitalismos de Estado, erigidos en las democracias populares del este de Europa, el fin de los socialismos reales y la desaparición de la Unión Soviética, el siglo pasado, prefiguraron una nueva realidad material en las relaciones internacionales. Cada quién proyectó deseos, frustraciones y perspectivas, en absoluta incomprensión de los objetivos que unos y otros se fijaban. Se “creyó” en una victoria estratégica histórica e irreversible. Francis Fukuyama teorizó este período como “el fin de la historia”, con la victoria definitiva del capitalismo y la fuerzas del mercado. Y mientras ese mundo, erigido luego de la segunda guerra mundial cambiaba a pasos agigantados, nuevas fuerzas se fueron configurando, reestructurando sus economías, surgiendo contradictoriamente con el apoyo económico, financiero y político del capitalismo “occidental”. Puedes leer| Europa y la obscena obsesión por la guerra Años más tarde, al desatar la guerra económica contra China, Donald Trump, acusaría al ahora gigante asiático, ya convertido en un nuevo imperialismo, de haber beneficiado, con largueza, de intercambios comerciales favorables durante más de 20 años, lo cual había ayudado a su crecimiento económico y dañado la capacidad económica e industrial de los Estados Unidos.  Durante todo este tiempo, China desarrolló su modelo capitalista, (de “socialismo de mercado”) con un incremento colosal de sus fuerzas productivas, con lo cual se izó al segundo lugar de la economía mundial. La potenciación de su economía la llevó a buscar y desarrollar nuevas alianzas y nuevos aliados estratégicos, mediante el desarrollo de dos ejes fundamentales : La “Iniciativa de la Franja y la Ruta” como una estrategia global de cooperación internacional y la creación, fuera del ámbito de la instituciones existentes, de los BRICS, como una nueva instancias de relaciones entre países. Con estas medidas se pone la primera piedra para una nueva construcción multipolar, “a los ojos y la barba” de quienes veían a China y a otros países como meras fábricas a bajo costo, productores de la plusvalía que el capital europeo y estadounidense precisaban. Lee| Lucía Sepúlveda, vocera de Chile Mejor sin TLC: "El tratado con China, junto al TPP y el tratado ad portas con la UE son candados para sostener el modelo que nos empobrece" Con la capacidad profesional instalada durante años, mediante el impulso de la educación a todos los niveles,  el desarrollo de sus fuerzas productivas y los progresos científico técnicos, China logró desarrollar las bases de un modelo capitalista de desarrollo propio, que no tardaría en verse confrontado con las economías del llamado “mundo occidental”.  Hoy un nuevo orden mundial existe, enfrentado al orden de reglas, dictado por los Estados Unidos, los europeos y sus distintas instancias funcionando como un ministerio de colonias, cuando ya los tiempos dictan otras realidades. El multi imperialismo es una realidad y las disputas por nuevos mercados, nuevos proveedores de materias primas y nuevos consumidores es abierta, en África, en Asia y en el traspatio colonial del imperio norteamericano. El conflicto que se esconde detrás de la guerra en la frontera Rusa, es la confrontación entre el viejo mundo capitalista que ha dominado por 200 años y dirigido la vida política, económica y social del planeta y la nueva realidad multipolar que se levanta con nuevos y poderosos actores, independientes y en ruptura con el orden conocido y practicado en los dos últimos siglos.  El capitalismo está en crisis... Viva el capitalismo.  Son la contradicciones que arrastran después de años y los déficit comerciales sin control de los Estados de esta parte del hemisferio,  que marcan la crisis terminal en la que están sumidas las economías del llamado “mundo occidental” y de la cual, por la descomunal deuda acumulada, ya no pueden salir. Los Estados Unidos con la pérdida creciente del dólar como moneda para los intercambios comerciales a nivel mundial, impulsada por los Brics, encuentran cada vez más dificultades para enfrentar los problemas de su economía. Cuando una parte importante de las transacciones en el mundo ya no se realizan en dólares, este cambio tiene efectos  desastrosos para la primera economía mundial. Contradictoriamente, estas medidas no buscan remplazar el dólar por otra moneda, como podría imaginarse. Se trata de multiplicar las monedas de intercambio para romper con la dependencia y la hegemonía del dólar, utilizando monedas nacionales de acuerdo a las capacidades de cada país. Es así como entre los BRICS y el  Banco de Desarrollo, dirigido por Dilma Rousseff, los préstamos y transacciones se realizan en la moneda de cada país, al igual que con otros con quienes tienen relaciones comerciales, utilizando la moneda de cada cual u otras, no necesariamente vinculadas a los BRICS, pero no en dólares.  Este es uno de los elementos mayores que ha repercutido en la agudización de  la crisis actual. Los Estados Unidos, como señalara Gunder Franck a principios de los años 70, están parados sobre dos pilares, el dólar y su fuerza militar, si uno de los pilares falla, se cae el imperio. En la medida que es el uso mundializado del dólar lo que ha asegurado hasta ahora, el control de la economía mundial, si este deja de ser utilizado, la economía norteamericana y la influencia del imperio cede.  Rusia, como parte de los BRICS, aparece como el aliado más sólido de China, buscar entorpecer esta alianza o quebrarla es un objetivo, independientemente que pueda estar destinada al fracaso.  Va quedando claro entonces cuales son, hoy, los principales puntos de conflicto y quién es el enemigo principal a neutralizar. Desde antes de la “operación militar especial” en Ucrania,  Rusia ya estaba confrontada a la OTAN manteniendo a raya a los “occidentales” en Siria protegiendo el régimen de Bashar al-Ásad, de la agresión en una guerra que dura ya 13 años, es China y su creciente influencia en la economía mundial con la Franja y la Ruta, la Banca de Desarrollo y los BRICScon sus nuevos asociados, quién no solo perturba, sino es la pesadilla de los dirigentes de EE.UU. y de sus socios “occidentales”. 
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