Resumen conversó con el Director de Programación de Radio Etchegoyen, Alejandro Martínez, quién habló de la situación actual de la radiofonía local, sus dificultades y de la necesidad de que éste sea un espacio que contribuya al desarrollo identitario de nuestra comunidad.
La Radio Etchegoyen nace de la Liga Protectora de Estudiantes de Talcahuano, conformada por diversas logias de la masonería de Talcahuano, que han levantado este proyecto radial al interior del Colegio Etchegoyen, surgiendo en mayo del 2000, con una programación de música orquestada, otro de tangos y otro de música chilena. Hoy hay una parrilla programática amplia y que es conocida por la comunidad.
Sin embargo, la Radio se desarrolla en medio de un contexto totalmente desfavorable para la pluralidad radiofónica. Alejandro plantea que así como Chile es un mal ejemplo, a nivel internacional, en educación y en salud, también lo es en la política radial, pues el Estado permite que haya un par de grupos económicos que monopolicen el dial, sin dejar que las iniciativas radiales de la comunidad puedan desarrollarse. La nueva ley de radios confirma el compromiso que el Estado mantiene con las grandes cadenas, en perjuicio de la mayoría.
“Las radios comunitarias surgieron en dictadura... eran las radios de protesta y piratas que transmitían mensajes y música que estaban prohibidas. Cuando llegó la "democracia", la agrupación de radios comunitarias le pide a Patricio Aylwin que los legalice, pero la Ley que se hizo fue tan mala que era mejor mantenerse de forma ilegal.
Esta ley permitó transmitir con un Watt de potencia con el que no llegas a más de 300 metros a la redonda, con una antena de 6 metros de altura (disminuyendo la potencia radial) y sin poder pasar publicidad. Esta ley duró prácticamente 20 años”, dice Alejandro.
Ahora se aprobó una ley de radios que aumenta la potencia de 1 watt a 25 watts, se permiten antenas de 18 metros de altura, la concesión durará 10 años renovables, se permitirán hacer "menciones comerciales" y sólo podrán acceder a estas concesiones entidades sin fines de lucro.
Sin embargo, estas medidas se hacen inútiles con el restringido espacio que se les da en el dial, además de que éste será otorgado por comuna. En este sentido, Gabriel Rojas de la radio Lorenzo Arenas había explicado que "no vale de nada aumentar la potencia de la radio si es que no se abre el espacio radial... Por ejemplo: Si la radio Lorenzo Arenas, ubicada en el límite de Concepción con Hualpén, transmitiera con 25 watt en el 104.5 FM y, como el Estado designa tan poco espacio radial, en Hualpén (supongamos) va a transmitir otra radio también en el 104.5 FM. Esto va a provocar que las señales se molesten y no se podrá escuchar nada.
Alejandro agrega que "cuando se postula a la concesión del espectro radial, tú puedes tener todos los requisitos que la Ley exige y que cuesta mucho obtener y en la última fase, tu proyecto ingresa a una tómbola de donde se sacará el proyecto radial seleccionado. Entonces, si no tienes suerte y pierdes el juego de la tómbola, te quedas con un gasto de más un millón de pesos y sin poder transmitir"
Años
Llevo trabajando en radio unos 23 años y he visto desaparecer las radios locales de una forma dramática -plantea-. Cuando empecé, a finales de los años '80, habían cerca de 25 radios FM en la provincia de Concepción y 8 radios AM. En FM estaba la Radio Dimensión, Sinfonía, Infinita, Finísima, Radio Concepción de Penco, Única, Gabriela, Máxima. Una radio que continúa es la radio Femenina, pero cada vez en un contexto más adverso.
En los '90 llegaban los consorcios radiales de Santiago y compraban las radios locales. Sus dueños las vendieron, las causas podían haber sido muchas, pero el resultado fue que nos quedamos con una programación santiaguina ajena a nuestra realidad local,” afirma Alejandro.
“Un ejemplo, fue la venta, por parte de Radio Universidad de Concepción, de su estación 68 AM. Ésta tiene el mérito histórico de haber sido la única que transmitió durante los días posteriores a los terremotos del 21 y 22 de mayo de 1960. La población se informó gracias a ella. Antes de venderla entre el año 94-95, se le cambia el nombre, llamándola Radio Octava y fue comprada por radio Cooperativa, que hoy transmite en el mismo transmisor y antena de la antigua Radio.
Aparte de lo discutible del valor al que se vendió la radio y sus potentes equipos de transmisión, hoy la UdeC paga la electricidad que se usa en las transmisiones de Cooperativa, pues el contrato de compra-venta lo establece así.
El producto más preocupante de este traspaso de propiedad de las radios es que nos hemos quedado sin identidad local”, concluye Alejandro.
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