[resumen.cl] A las 12:00 de hoy jueves se realizó un mitin en “El arco” de la Universidad de Concepción donde trabajadores de distintas áreas de la ciencia se manifestaron contra la alta precariedad laboral en que desarrolla su labor. Para los científicos, es común el financiamiento a través de la adjudicación de fondos previa postulación de proyectos. Esta modalidad de financiamiento es causa, entre otras deficiencias, de que el sector genere pocos puestos de trabajo. En lo que respecta a condiciones laborales esto se traduce en empleos de duración limitada, inestables. La norma es el contrato a honorarios, régimen que no contempla cotizaciones previsionales, ni de salud o pre y post natales. Posterior al mitin, los manifestantes realizaron una marcha que recorrió el centro de la ciudad por la Diagonal Pedro Aguirre Cerda hasta Barros Arana y la Plaza Independencia.
Felipe Vidal, miembro de la agrupación CIPRES (Ciencia Presente en la Sociedad) declaró que esta manifestación se desató como respuesta a las precarias condiciones en las que se desarrolla la ciencia en la región, una coyuntura que se abrió con la renuncia del presidente de Conicyt por no pago de sueldos y que desató una polémica en torno al financiamiento del Estado a investigadores de universidades y centros de investigación. “Repudiamos la inestabilidad laboral que tiene a los científicos trabajando en precarias condiciones, buscamos acercar nuestras demandas a la comunidad, creemos que es la sociedad en su conjunto la que debe abanderarse para el desarrollo de la ciencia y que esta se potencie, ya que así se abre una posibilidad para el desarrollo del país. Nosotros buscamos mejorar las condiciones laborales en la ciencia pero también poner la ciencia al servicio de la sociedad, no de grandes grupos económicos ni cúpulas sectarias dentro de la ciencia”
Los manifestantes protestaron también por el escaso financiamiento público que reciben las áreas de estudio no vinculadas a la extracción de “commodities” como minerales, celulosa, peces o productos de la agroindustria. Para ello proponen la “democratización de la ciencia” es decir, que la población tome las decisiones acerca de las áreas en las que se debe potenciar la investigación.
No obstante, debemos ser críticos. Más allá de lo favorable o desfavorable que puedan ser las agendas pública y privada en relación a la producción científica, lo cierto es que la extracción de recursos, la gestión y degradación de los ecosistemas que la actividad científica respalda tanto en Chile como en la región, no es casual. Un cambio en el modelo de financiamiento de la ciencia, mejoras en las condiciones laborales e incluso la consideración de otras líneas de investigación, no modificarán la razón de dominio que subyace a la ciencia moderna.
Criticar la razón científica, una racionalidad que históricamente ha otorgado un sólido respaldo a la dominación capitalista, es un paso adelante contra la ideología que equipara el bienestar humano con progreso ciego y crecimiento económico ilimitado. Ideología que de la mano con la ciencia aplicada ya ha transformado de forma irreversible amplios territorios del planeta; ya ha colonizado y disciplinado cuerpos y subjetividades, coartando de este modo el presente y el futuro de la vida humana.
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