[FOTOS] Incendio en Punta de Parra y Rafael
Los incendios forestales han sido una nueva muestra del blindaje con que el Estado cubre al empresariado forestal. Todas las falacias que justificaban la expansión de plantaciones de píno y euclipto y la instalación de plantas de celulosa han sido refutadas.
La realidad de la población que vive alrededor, o trabaja en estos monocultivos o industrias, desmiente que produzcan riqueza para la comunidad. Las paupérrimas condiciones de vida, marcadas por los exiguos salarios, la alta accidentabilidad en los trabajadores, la pérdida de suelo para cultivos agrícolas de subsistencia y encarecimiento de la alimentación, la contaminación por sustancias tóxicas contenidas en abonos, pesticidas o herbicidas, son aflicciones que sufre toda nuestra sociedad, poniendo en entredicho los discursos de la CORMA (organización aglutinadora del empresariado forestal) y los anuncios serviles de autoridades de diferentes instituciones.
Desde hace años viene denunciándose la falta de agua en lugares que han sufrido la masificación de plataciones forestales. Hoy, el gasto en camiones aljibe u otros mecanismos para proveer de agua a las comunidades es insostenible para los 41 municipios de la región del Bío Bío que se han declarado en sequía.
Al entrar esta temporada de verano comenzaron a proliferar y expandirse incendios al grado de provocar una conmoción nacional. La mayoría de éstos se han iniciado en predios con plantaciones forestales y es que las condiciones que ahí hay, favorecen la ocurrencia de éstos y su propagación.
Son factores que inciden, la sequedad del suelo y la capa freática, soportando 1600 árboles por hectárea, que extraen agua como si fueran verdaderas bombas, ya que todos están en periodo de crecimiento hasta que son talados. También se cuentan las nulas medidas de resguardo, tales como cortafuegos que en países como Canadá son de 1.6 kilómetros de ancho y aquí las confunden con las vías de saca (caminos para sacar los troncos talados en camiones). Éstos no son reconocidos por las intituciones al momento de explicar la ocurrencia y propagación de los incendios, prefieren crear la figura del pirómano terrorista y evitar dar explicaciones que develen el crimen medioambiental que han producido y/o visado.
Aquí presentamos un registro fotográfico del reciente incendio en Punta de Parra y Rafael en Tomé. Como muchos, dejó casas quemadas y un daño gravísimo en los predios de pequeños propietarios.
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