Se conocieron los resultados de la prueba INICIA 2011. Egresados de las carreras de pedagogía en educación básica y educación parvularia de algunas instituciones de educación superior se sometieron de manera voluntaria a ésta, que según el Ministerio de educación evalúa los conocimientos disciplinarios y pedagógicos de los egresados.
Los resultados se conocieron este lunes, estos develaron que el 69% de los profesores egresados fueron evaluados como insuficientes. (En este artículo, no entraremos a discutir sus resultados efectivos, pues no necesariamente esta prueba estandarizada refleja la realidad, ya que al igual que el SIMCE se evaden una serie de factores tanto sociales como económicos)
Con estos resultados en mano, el gobierno individualiza a los culpables de que el sistema educacional no cumpla con las expectativas de la comunidad: los profesores, y da una nueva razón, la falta de preparación de los docentes, para determinar que el problema que existe en la educación chilena son estos. Pero ¿qué pasa con las instituciones educacionales formadoras de estos? ¿Cómo éstas se responsabilizan de estos resultados?
El Observatorio de políticas educativas agrega que no solo favorece a la culpabilización de los docentes, sino que profundiza los mecanismos de evaluación estandarizada que reducen al concepto “calidad” a criterios economicistas. De este modo, se preguntan ¿Dónde se evalúa la calidad pedagógica de los estudiantes de, valga la redundancia, pedagogía? ¿Y la formación cívica, cultural, valórica, etc.?
Estos resultados nos trasladan a otra área de este sistema educativo empresarial: al sistema de acreditación universitario. Efectivamente, como han denunciado reiteradamente estudiantes universitarios de pedagogía en nuestra región, las universidades no los preparan como se necesita para ejercer como docentes, ante esto han exigido cambios en la malla curricular y renovación de académicos, que las universidades sean efectivamente eso y no un conjunto de salas en las cuales se practica la docencia sin tener un área investigativa fuerte y mejoras en la infraestructura.
La acreditación: asegura ¿excelencia académica o un gran negocio?
La Comisión Nacional de Acreditación surge a partir de la ley de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior, proclamada en octubre de 2006. En la actualidad es un proceso voluntario al cual se someten estas instituciones.
La acreditación de las universidades es un proceso que certifica la “calidad” de procesos internos de las universidades. Lo que mide supuestamente, en el caso de la acreditación institucional, el cumplimiento del proyecto y la existencia de mecanismos que resguarden la calidad de cada institución, el objetivo velar por la “excelencia académica”.
Los encargados de acreditar las instituciones de educación superior es la Comisión Nacional de Acreditación (CNA). La componen 16 miembros de los cuales 15 votan y 7 son elegidos por las universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales. Lo paradójico es que la mitad de sus miembros provienen de las instituciones a las que esta comisión debe evaluar. Esto nos muestra un negocio totalmente desregularizado entregado al arbitrio de las mismas empresas vende cartones.
CIPER agrega otros datos de esta comisión y es que rara vez las acreditaciones se aprueban con más de 8 consejeros presentes. Ejemplifican con el caso de la universidad Las Américas, que en su votación que definía su acreditación habían 8 consejeros presentes de los cuales 2 se inhabilitaron Eugenio Díaz Corvalán y Luis Horacio Rojas, que trabajaban en la Universidad Andrés Bello, la que al igual que Las Américas pertenece al grupo internacional Laureate.
El año 2010 la Comisión Nacional de Acreditación, sorprendentemente acreditó a todas las instituciones educacionales que se sometieron a su análisis, CIPER señala que fueron 16 universidades, 5 Centros de Formación Técnica y 10 Institutos Profesionales. Una que destaca en relación a los resultados de la prueba INICIA 2011 es la Universidad del Mar, ésta fue acreditada este año y actualmente aparece como una de las universidades peores evaluadas.
Las investigaciones de CIPER señalan la situación de la Universidad del Mar. Los años 2005, 2007 y 2008 se le habían negado la acreditación, entre otros motivos, porque había aumentado su número de sedes pero carecía de mecanismos que permitieran atestiguar que la formación de todas éstas era equivalente.
Otro aspecto de este proceso que no deja de llamar la atención es que las actas solo expresan el resultado final de la votación, pero no la opción que tomó cada miembro.
Pero ¿a qué se debe este excesivo interés por lograr la acreditación por parte de las instituciones de educación superior? El interés se traduce a que al ser acreditada los estudiantes que ingresen a esta institución pueden acceder al Crédito con Aval de Estado, crédito bancario que vino a ampliar el gran negocio con la educación, financiando a un grupo de empresas masificando su negocio. Como señala OPECH “Hoy tras seis años de aplicación del crédito con aval del Estado, la matrícula ha aumentado a más de un millón de estudiantes”. En este sentido la matrícula de universidades privadas no tradicionales aumentó en un 68%.
Para las universidades este crédito es fundamental en sus ingresos, prueba de esto es nuevamente la Universidad de Las Américas que tiene más de 25 mil estudiantes. De acuerdo a lo argumentado por CIPER, en el 2010 ésta recibió $48 mil millones por mensualidad de sus alumnos de los cuales $19 mil millones estaban relacionados con el Crédito con Aval del Estado.
Pero el negocio no solo se queda en esto, igualmente hay otro agente que se beneficia de este sistema, las agencias privadas cuyo trabajo es acreditar carreras universitarias. Hay dos carreras que obligatoriamente deben estar acreditadas: médico cirujano y las pedagogías. Cabe destacar que por la acreditación de cada carrera cobran 8 millones de pesos y para conformar estas agencias la ley exige casi nada.
CIPER continúa revelando datos escandalosos, en la actualidad más de 60 universidades e institutos imparten la pedagogía con plena libertad, 10 mil nuevos docente son puestos en el mercado laboral, debido a lo anterior entre 1996 y2008 la matrícula de estudiantes de pedagogía se triplicó.
Un ejemplo de este lucrativo negocio, según información de la Comisión Nacional de Acreditación, expuesto en CIPER, es la agencia AcreditAcción ha aprobado 181 carreras y desaprobado 8 desde que comenzó a trabajar en junio del 2008. 156 han sido carreras del área de la educación y sus ingresos han sido de 1.800 millones de pesos.
Ante esta realidad nos podemos preguntar ¿cuáles son los indicadores de calidad? ¿Qué nos asegura que las carreras que se imparten en las instituciones educacionales responden a las necesidades de la disciplina? En definitiva ¿qué nos garantiza la acreditación? o ¿a quién garantiza algo la acreditación?, al parecer a los únicos que les avala algo son a los empresarios de la educación, facilitando su negociado poniendo a disposición cuantiosas cifras de dinero; mientras la prueba INICIA sigue demostrando que la supuesta calidad no es tal y de ninguna forma son instituciones de excelencia, ya que Universidades con cinco años de acreditación tenían en promedio alumnos de más bajo desempeño en la prueba INICIA que aquellas que no habían logrado, acreditarse, información develada por CEPPE.
Los malos resultados son reflejo de la política mercantil que rige al sistema educacional, en el cual como buen negocio estas empresas educacionales buscan ganar dinero a cualquier costo, si es necesario reducir gastos en infraestructura, programas de investigación y docencia lo harán.
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