En un día lluvioso de elecciones en una ciudad, la mayoría de los electores decide, independientemente, votar en blanco. El gobierno decreta repetir las elecciones una semana después y el voto en blanco aumenta, resultando un ochenta y tres por ciento. Ante este hecho inesperado el gobierno emprende una serie de investigaciones y decisiones autoritarias, represivas e incluso ilegales. Sin voto ciudadano la “democracia” no puede funcionar. Esa ciudad no es Santiago de Chile, es una ciudad que se la debemos al genio creador de Saramago. En Santiago de Chile las cosas funcionan de otra manera.
Como el voto es voluntario no importa cuántos electores vayan. Si ocurre algo parecido a lo que cuenta el Ensayo sobre la lucidez simplemente gana el que más primos tiene. Para que el boicot a las elecciones sea posible deberían cambiar las cosas. Propongo que el voto sea obligatorio y el pago de impuestos voluntario, como es para los empresarios. Ahí no se necesitara boicotear las elecciones porque si nadie paga impuestos no habrá candidatos. Los políticos quieren ser elegidos por la menor cantidad de personas pero mantenidos por todos.
Vistas así las cosas vamos a la otra mitad de la población, la que voto. Todos dicen que gano la gordita. Basta ver el titular del periódico. Prefiero usar el diario para otras cosas que no me voy a decir. Para ver quien gano es necesario saber qué querían. Lo que quería la M era ganar en primera vuelta. Perdió. Y ahí tenemos que mientras Evelyn festeja porque le gano de lejos a Parisi, que quedó cuarto, la Nueva Mayoría se autocritica y se golpea el pecho. Sobre todo en Concepción donde Escalona y Sabag se fueron a bañar al río.
¿Qué quería la Chana? Demostrar que una pobladora, que alguien de abajo a la izquierda puede ser candidata. No le importaban los resultados. Hizo una campaña sin dinero, como la gente, con la gente. Como ella dice: “aparecimos los torreja, los nunca, los nadie, a esta arena política. Nunca más la política va a ser igual después de lo que hicimos nosotros. Cómo no nos vamos a sentir contentos”. Tenga cuidado señor, señora. No maltrate a su trabajador. No sabe si está hablando con un próximo candidato.
Alguien me podrá decir que Marcel es muy parecido. Y si, debieron ir juntos quizá. Pero con el Caupocalinazo se le subieron los humos y en humo se quedó. Luis Mesina, el dirigente bancario que acompañó tanto a Marcel, lo dice: “La aparición del mesianismo; de una práctica individual de quienes concentraban el control de la información de la agenda del candidato”. Felizmente que no ganó. Ya sabemos lo mal que salen los Mesias que la izquierda encumbra. En el Perú todos recuerdan a Fujimori.
Bachelet igual será presidenta. Pero sigue perdiendo. La calma social que quería conseguir poniendo a los dirigentes estudiantiles en el parlamento no llegó. Recién pasadita a segunda vuelta su local fue tomado por nuevos estudiantes que le toman la posta a los que traicionaron. Y la cosa seguirá. Total ya sabemos que Michelle y Evelyn son políticas de segunda… vuelta.