[!resumen!] El líder independentista vasco Arnaldo Otegui, salió ayer de la cárcel española de Logroño tras cumplir, íntegros, seis años y medio de condena en el denominado caso Bateragune, que aún mantiene en prisión al líder sindical vasco Rafa Diez y que condenó un grupo de líderes políticos vascos que trabajaban por un acuerdo de paz y el cese definitivo de conflicto armado.
No es la primera vez que Otegui sale de la cárcel, sino la sexta, en una condena que cumplió íntegra, sin recibir ningún tipo de beneficio carcelario. Por el contrario, vivió lo que viven los cientos de prisioneros políticos vascos en cárceles españolas, situaciones especiales o excepcionales que solo se le aplican a los presos vascos, como la dispersión y el hostigamiento, no solo al preso sino también a sus familias. Por ello, en un improvisado discurso en las puertas de la prisión a los más de 200 amigos y familiares que lo esperaban, lo primero que resaltó fue la derrota política de sus carceleros, recalcando “cuando nos metieron a la cárcel nos metieron como vascos y como vascos salimos, como independentistas y como independentistas salimos, como socialistas y como socialistas salimos”. Remarcando además su apuesta por el proceso de paz, proceso sistemáticamente atacado desde el Estado español que se niega incluso a verificar el desarme de ETA. En este sentido, Otegui hizo un llamado a los vascos “la apuesta por la paz a pesar de todas las provocaciones, la paz es el camino y hay que llevar esa apuesta hasta el final”.
Otegui hizo alusión al precio que han debido pagar los independentistas vascos: “las cárceles son las puertas giratorias para los independentistas” en alusión a las puertas giratorias entre despachos gubernamentales y los directorios de los grandes grupos empresariales, en que se mueve la clase política española. Ratificó también su condición de preso político, y muy agudo en su discurso, encaró a los propios medios de comunicación, masivamente presentes en el lugar y al discurso de las instituciones españolas “hay quienes dicen que no hay presos políticos en el Estado español, pero hay que ver la cantidad de cámaras que aquí hay para darse cuenta de que si hay presos políticos, no existen todas estas cámaras cuando de estas cárceles salen los presos sociales, no existen estas cámaras cuando expulsan a los inmigrantes desde estas cárceles, no existen tantas cámaras cuando expulsan a la gente humilde, a la gente trabajadora de sus casas” y parafraseando a Karl Marx agrego “las pruebas son las que se contrastan con la realidad y la realidad es que hoy no habrían tantas cámaras sino fuera porque hoy como en muchas otras ocasiones sale un preso político de una cárcel española”.
Tras salir de la prisión Otegui se trasladó a su natal Elgoibar (provincia de Guipúzcoa, 10 mil habitantes). Allí el pueblo entero se volcó en su recibimiento, el animal político ya estaba fuera de la jaula. Bastó un micrófono para que Arnaldo enardeciera a la multitud congregada en la plaza de la localidad, en un anticipo del acto de este domingo en el estadio de Anoeta en Donosti (San Sebastián). En los 10 minutos que duró la alocución Otegui habló de todo: Saludar el nuevo escenario político, pero recordar que los familiares de los presos siguen sufriendo, destacar el ejemplo del proceso catalán, reivindicar el orgullo y la historia de la izquierda abertzale, lanzar algunos mensajes a Podemos... Y sobre todo, reilusionar desde el realismo. Para ello retocó un tanto su lema: “Sé que tenemos grandes dificultades y sé que las cosas están o han estado algo revueltas, pero os quiero decir sonreíd porque vamos a pelear, y si peleamos, ganaremos”.
Con respecto a los presos señaló: “Dijimos que haríamos la paz y hemos cumplido. La izquierda abertzale siempre cumple y por eso estamos orgullosos. Me congratula que haya gente que entonces vivía con escoltas y hoy puede hacerlo en paz y libertad”, y a continuación señalo “lo que hoy llevo en el corazón es a esas madres, padres, compañeros que llevan 30 años haciendo la bolsa para las visitas”.
Otegui se dio el tiempo de responder las declaraciones del gobierno español tras su salida de la cárcel donde le acusaron de terrorista, al recordar que hoy se cumplen 40 años de la matanza de Gasteiz (Vitoria) y explicar que en estas horas de libertad había oído una canción de Los Chikos del Maíz que dice que “terrorismo es Manuel Fraga asesinando trabajadores en Vitoria”.
De Cataluña al Kurdistan
No olvidó Otegi dar las gracias a nadie. Destacó la presencia de los catalanes de la CUP y Esquerra republicana... “¡nos están dando una auténtica lección!”. Lo prolongó con un saludo a los camaradas andaluces que le siguieron desde la cárcel de Logroño a su pueblo Elgoibar: “Porque nuestra lucha no ha sido contra el pueblo andaluz, ni castellano, ni el de Vallecas, ni los jornaleros... sino contra ese Estado español de la oligarquía, que niega la libertad a los pueblos y a los trabajadores”, recordó. Y después de haber acabado su discurso volvió al estrado para lanzar otros dos guiños internacionalistas de plena actualidad: a quienes malviven en el Tinduf (en el 40 aniversario de la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática) y a las mujeres kurdas, envueltas en una larga y cruenta guerra.