Este jueves 28 de Noviembre, la Subsecretaria del Medio Ambiente decidió multar a Enap por 422 millones de pesos debido al incumplimiento de resoluciones de calificación ambiental. Los cargos levantados contra ENAP y por lo que fue sancionada son ““los incumplimientos a las normas, condiciones y/o medidas establecidas en la RCA N° 187/2005, entre los que se cuentan no haber instalado el sistema de sellos dobles para el control de emisiones atmosféricas en 4 estanques de almacenamiento y no haber construido la torre separadora de amoníaco y el incinerador de tres etapas”, y b) “incumplimientos a las normas, condiciones y/o medidas establecidas en la Resolución Exenta N° 16/ 2007, entre los que se cuentan no haber pavimentado las calles interiores del complejo industrial y no haber instalado ningún sistema de abatimiento de emisiones atmosféricas en la caldera B101″

Como señaló a El Mostrador el Superintendente de Medio Ambiente, como atenuantes, se tuvo en cuenta no se pudo constatar durante el procedimiento que se haya podido generar un riesgo para la salud de las personas como consecuencia directa de los incumplimientos detectados, y se suma la cooperación eficaz de la empresa en el procedimiento.

Cabe mencionar que la industria comenzó a ser fiscalizada por las continuas denuncias de los vecinos de las poblaciones aledañas al recinto, Villa El Triángulo y Nueva El Triángulo de Hualpén que con movilizaciones, consultas ciudadanas, denuncias y acusaciones en los medios de comunicación, los pobladores del Complejo habitacional ubicado frente al Complejo Petroquímico han hecho públicos los detestables “episodios de malos olores” de la refinería.

Es decir, quienes más han denunciado a la empresa por enfermarlos, han visto impotentes como la SMA no logra demostrar que los continuos episodios de contaminación atmosférica se relacionan con el empeoramiento de su salud.

La multa contra ENAP, irá al erario fiscal y no tocará en absoluto a los vecinos. Una brutal realidad local, donde las empresas contaminan como si fuera su derecho, y los pobladores agobiados deben irse de sus hogares. Realidad que también se vive en los complejos industriales de Coronel y Talcahuano. Realidad amparada por los distintos gobiernos que prefieren promover la erradicación de vecinos antes que poner coto a su mortal y silenciosa contaminación.

La empresa se comprometió a solucionar los problemas detectados.

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