Santiago: a 52 años de la Fundación del MIR, la savia rojinegra sigue nutriendo nuevos corazones

Por Guillermo Correa Camiroaga / resumen.cl Con un multifacético acto, en las afueras del Cuartel Borgoño, la conmemoración del aniversario N°52 de la fundación del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), representó una acción de Memoria Histórica, rescatando el legado de lucha y consecuencia, no sólo de los fundadores y dirigentes, sino también de las miles de compañeras y compañeros que, desde su militancia anónima, se entregaron a la lucha de resistencia, en sus más diversas y variadas formas, en contra de la dictadura. Pero además, en esta actividad, se pudo constatar que esta savia rojinegra sigue alimentando a nuevas generaciones de luchadoras y luchadores populares que, desde distintos ámbitos, colectivos y organizaciones, continúan rebelándose contra la injusticia y desarrollando nuevos caminos de lucha por la libertad y la justicia social. Cientos de asistentes, mezcla de generaciones de jóvenes y muchachas rebeldes de ayer y de hoy, se dieron cita desde temprano en la mañana frente al Cuartel Borgoño, para participar en esta jornada conmemorativa, y pudieron presenciar un acto en donde se mezclaron testimonios directos, con números artísticos musicales y de teatro social. Es digna de destacar la presencia solidaria de Roberto Márquez, integrante del grupo Illapu, quien interpretó varias canciones emblemáticas del conjunto. Asimismo, es digna de resaltar la presentación de otros cantantes populares y la magistral y emotiva puesta en escena de un Colectivo Teatral, quienes expresaron en su obra la resistencia y lucha desarrollada en las poblaciones en contra de la dictadura. Dentro de los diferentes testimonios, todos ellos de un alto valor de rescate de la Memoria Histórica, quisiera reproducir en esta crónica el entregado por Dagoberto Pérez Videla, en relación con el brutal asesinato de su madre, la militante del MIR Lumi Videla. Dagoberto manifestó: “Con nuestro corazón de amor, de revolucionarios, a veces nos cuesta imaginar incluso esos niveles de maldad, entonces nosotros tratamos de imaginarnos otra cosa, pero en realidad los niveles de maldad son mucho peores de lo que nosotros imaginamos. Lo que sucedió con mi madre no fue algo azaroso. No fue que en alguna borrachera u otra situación, en el cuartel de la DINA de José Domingo Cañas se les pasó la mano en la tortura y luego dijeron “¿ahora qué hacemos con el cuerpo?”. No fue así. Fue algo totalmente planificado. Mi madre fue elegida para ser asesinada. A ella la mataron con un objetivo muy claro al lanzar su cuerpo por el muro hacia la Embajada de Italia. En esos momentos la Embajada italiana tenía alrededor de 400 asilados, era la sede diplomática que más refugiados tenía en Chile y dentro de ellos varios integrantes del MIR. La dictadura lo que quería era llevar el cuerpo de mi madre, lanzarlo y ellos esperaban que los compañeros entraran en pánico y en terror y tomaran el cuerpo de mi madre y lo lanzaran de vuelta. Al frente había un departamento que una siniestra familia prestó para que la DINA instalara a las personas que estaban con las filmadoras y las máquinas fotográficas para poder captar el momento en que el cuerpo de mi madre fuera lanzado desde dentro de la Embajada hacia fuera de la Embajada. Esa era excusa suficiente para poder allanar el lugar, para poder sacar a los 400 compañeros que allí había, y con eso se demostraba que la dictadura podía entrar a cualquier territorio, aunque no fuera nacional, entregándole una señal a los compañeros que el refugio o el asilo no era seguro y además entregar una señal directa al MIR. Pero, ¿qué pasó? Los compañeros no entraron en temor ni en pánico, se acojonaron los compañeros y dijeron ‘miren, lanzaron a la Lumi acá adentro de la Embajada y hay que cuidar el cuerpo y denunciar esto’. Llamaron a los diplomáticos que allí pernoctaban, llamaron al Embajador, llamaron a una agencia internacional de noticias, llamaron incluso a los pacos y todo y así se pudo constatar ahí mismo que el cuerpo había sido lanzado desde afuera hacia adentro. Hubo compañeros que estuvieron todas esas horas de la madrugada resguardando el cuerpo de mi madre para que nadie lo tocara, a quienes les doy mis agradecimientos, hasta que llegaran los peritos, y a raíz de esta valiente acción de estos compañeros asilados y de parte de los diplomáticos de la Embajada italiana que estaban ahí, se vio frustrada esa intención de la dictadura. Así y todo , los pacos al entrar, porque se debía hacer el peritaje del cuerpo, aprovecharon de empadronar a todos los asilados. Este fue un tremendo montaje que se pretendió realizar para ocultar el crimen de mi madre. Como les salió “el tiro por la culata”, yo creo que tuvieron que contratar ahí esos siniestros dibujantes que hicieron esas innombrables caricaturas de mi madre siendo lanzada por un cañón de circo, por ejemplo, hacia dentro de la Embajada, o el carajo que dibujó a funcionarios de la embajada barriendo huesitos desde adentro hacia afuera. Esa es la historia que la familia y los compañeros hemos podido recuperar a lo largo de los años. Hace tres o cuatro años atrás hemos recibido las últimas informaciones, donde hemos ido desentrañando esta maquinaria de muerte que era la dictadura y darnos cuenta lo siniestro que eran todos estos carajos. Y esto no tiene ni perdón ni olvido.” Los numerosos puestos de diferentes colectivos y organizaciones llenaron de color y de vida el siniestro Cuartel Borgoño, el cual, gracias a la lucha de un grupo de sobrevivientes de dicho recinto, fue posible impedir que fuera completamente demolido, logrando, en cambio, que fuera declarado Monumento Histórico Nacional. El paso siguiente será recuperarlo como Sitio de Memoria y, mientras tanto, todos los días viernes por la tarde, el Comité de Recuperación del Cuartel Borgoño, realiza actividades artístico- culturales para mostrar una presencia activa en pos de la defensa y recuperación de este trozo de memoria. La conmemoración de un nuevo aniversario de la fundación del MIR, dada las características de esta jornada, dan cuenta de que el corazón rojinegro sigue palpitando rebelde , tanto en los miristas de antaño, como en las nuevas generaciones de luchadoras y luchadores populares, demostrando que la autodestrucción del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, a partir de sus divisiones a mediados de los años 80, constituyó un verdadero “big bang”, dispersando la rebelión rojinegra en múltiples direcciones, la que hoy día parece materializarse en distintas orgánicas y colectivos, verdaderas estrellas en formación con el polvo rojinegro del estallido de destrucción partidaria.
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