Robinson Silva Hidalgo/resumen.cl
La cantidad parece que no siempre hace al más fuerte, en política estos es contradictorio, por eso es que todas las coaliciones buscan mayorías para cumplir programas que, finalmente, terminan siempre controlados por el poder hegemónico, en nuestro caso, el capitalismo financiero y sus especuladores. Pues bien, en Cataluña se está dando una paradoja en este sentido, porque un partido minoritario, con solo 10 diputados, ha logrado sacar al presidente en funciones Artur Mas (CDC, derecha soberanista) para destrabar un acuerdo de gobierno que permita avanzar hacia la Independencia y un plan de choque contra la crisis económica.
La CUP (Candidatura de Unidad Popular, Izquierda independentista) se ha transformado en estos últimos tres meses en pieza clave para lograr un acuerdo que permita a Junts pel Sí (coalición de soberanista-independentista) formar el gobierno de la actual Comunidad Autónoma de Cataluña, uno de los territorios de los Países Catalanes, de hecho el más poblado. El punto es que esta formación ideológicamente símil de las izquierdas revolucionarias en América Latina, por efectos del sistema parlamentarista y la actual situación social y política del país, ha conseguido posicionarse como un actor relevante en el debate político, no es casualidad el que hayan quedado en la posición de minoría decisiva par formar gobierno, eso ocurrió debido al trabajo de años para, luego de represión y ninguneo, volvieran a tallar en la discusión política.
Ahora bien, lo interesante es que la CUP no ha renunciado ni a al debate, ni a los métodos democrático radicales, ni a develar las confrontaciones en si misma, estos ha sido a tal punto que la asamblea realizada en Sabadell llegó al empate técnico, dada la compleja decisión sobre si investir a Mas presidente o no, en función de una hoja de ruta independentista, a pesar del carácter neoliberal de su gobierno y las acusaciones de supuesta corrupción, un cerrojo que solo pudo abrirse con la decisión de Mas de retirar su nombre como futuro presidente y poner a su correligionario, Carles Puigdemont, el alcalde de Girona en funciones, como presidente (en el sistema catalán, los alcaldes pueden ser diputados), Mas se ha dado cuenta, más tarde que temprano, que no es la persona que necesita el proceso si este quiere llegar a la Independencia, se lo ha dicho su partido en Bellaterra y todo eso gracias a que la CUP se ha mantenido firme en su decisión.
Por otra parte, la CUP tuvo que hacer sacrificios y dos de sus diputados dimitieron, Josep Manel Busqueta (línea contraria a Mas) y Julià de Jòdar (independiente en la lista). Esto revela el nulo apego a los cargos que tiene la CUP, que entiende que lo importante no son los pernos en la silla, si no que más bien, el uso de la herramienta que son, eso nada más y nada menos, estos dos cargos han dejado su espacio en pos de un objetivo superior, romper con el estado español y parar las políticas neoliberales, de eso ojalá que aprendan muchos en todo el mundo.
La CUP ha quedado desgastada, pero no tocada, gracias a su generosidad, de no dejar jamás de insistir en los puntos esenciales es que se ha evitado llamar a nuevas elecciones, el acuerdo es duro con la CUP, pero ello ha significado continuar con el proceso independentista. Las diferencias dentro de la formación independentista son ahora más que evidentes y estas obedecen, más que nada, a las históricas distancias entre el posibilismo, el pactismo sin contenido del reformismo político y a la línea revolucionaria, siempre poniendo la necesidad social y política por sobre las coyunturas de las alianzas. Hoy domingo se dio cuenta del pleno de investidura y en el debate que lo precede, la diputada de la CUP, Anna Gabriel ha señalado que esta legislatura tiene “un carácter de excepcionalidad” y le ha dejado la responsabilidad al nuevo gobierno de comenzar el proceso de construcción de la república catalana y sin vuelta atrás, eso se traduce en un llamado a elecciones constituyentes que rompan definitivamente con la juridicidad del estado español. Esa será la madre de las batallas.