[resumen.cl] Esta semana, luego de las suspensiones de clases realizadas en el marco de la jornadas de protesta, el Alcalde Álvaro Ortiz, al igual que otros ediles, sumado a las presiones del Seremi Fernando Peña y el gobierno central, intentaron imponer un escenario de “normalidad”. Sin embargo, sus instrucciones están muy alejadas de la encendida realidad del movimiento estudiantil secundario, el protagonista del gran estallido social chileno.
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Se trata de los Liceos Domingo Santa María, Juan Gregorio Las Heras, Colegio República de Brasil y el Colegio España, todos dependientes del DAEM Concepción, que fueron tomados por sus estudiantes. Realidad que no solo se da en Concepción, ya que los liceos de Copiulemu y Luis de Álava, además de la escuela básica de la comuna de Florida también están en la misma situación. El lunes fue tomado en Chiguayante el Liceo Politvalente de la ciudad y el Hipólito Salas. En tanto en Hualpén, el Colegio Rucalhue -particular subvencionado – se encuentra en paro.
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Entre las demandas de las secundarias y secundarios están las pésimas condiciones de la educación municipal y tal como hace más de 30 años, una educación pública, gratuita y de calidad. Las manifestaciones se han dado ante las presiones por volver a clases sin que se hayan resuelto las demandas del movimiento popular chileno encendido por las y los propios estudiantes.
A la movilización de secundarias y secundarios del Colegio Brasil se han sumado también apoderadas y apoderados del recinto, quienes expresaron a través de un comunicado que comparten las demandas levantadas y las apoyan “entendiendo que están luchando tanto por las demandas nacionales como por los problemas históricos que viven día a día en la educación pública.” y denunciaron un “abandono de la educación pública, los que se reflejan en nuestro caso en: una excesiva perdida de clases y contenidos por ausencia de profesores, ineficiencia y mala gestión por parte del equipo directivo y UTP, deficiente intervención en casos de convivencia escolar, poca voluntad en fomentar la vinculación entre los estamentos y el trabajo colectivo, inseguridad para los alumnos durante su permanencia en el colegio [...]”
