[resumen.cl] Con 61 senadores a favor, y 20 en contra, en un quórum de 81 senadores, fue destituida de su cargo por orden del Senado Dilma Rousseff, presidenta constitucional de Brasil. La presidencia será asumida por quien ya asumía de facto como interino, Michel Temer quien permanecerá a la cabeza de mando de Brasil hasta finales de 2018.

La votación que contó con dos momentos, decidió en el primero de ellos destituir a Rousseff por presuntamente manipular las cuentas públicas en 2014 y a inicios de 2015. En el segundo momento se intentó inhabilitarla políticamente por 8 años lo que no fue logrado pues no se alcanzó el quorum suficiente.

El impeachment a Rousseff ha sido considerado por varios analistas como un golpe blando para intentar frenar la investigación por corrupción en Petrobras, que involucra incluso a miembros de la propia tienda de Rousseff, el Partido de Los Trabajadores. En este caso denominado Lava Jato, figuran como acusados del partido PMBD Renan Calheiros, titular del Senado y primero en la línea de sucesión presidencial después de Temer; el senador Romero Jucá, exministro de Planificación de Temer; el expresidente brasileño José Sarney (1985-1990), de 86 años; así como Eduardo Cunha, el suspendido jefe de los Diputados. Son 13 senadores fueron denunciados por la Fiscalía que investiga la corrupción en la petrolera Petrobras

Michel Temer carga con una gran aura de antipopularidad debido a la implementación, mientras ha sido interino de políticas económicas neoliberales, profundamente marcadas por recortes presupuestarios y privatizaciones de servicios y beneficios para la mayor parte del pueblo brasileño. La destitución afecta de gran manera a las posibilidades de “integración latinoamericana” independientes de EEUU, y deja en una incómoda situación a los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador.

Dos cables de 2006, uno de ellos enviado al Comando Sur de EEUUA, ubicado en Miami – Cable: 06SAOPAULO30_a – WikiLeaks – revelan que Temer se juntó dos veces en reuniones con los servicios de inteligencia de EE.UU. como informante durante la campaña por la reelección del entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Uno de los cables hace referencia al papel que pudiese desempeñar su partido, el liberal-derechista PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasilero), que el vanidoso Temer recomienda a los servicios norte-americanos como el ineludible fiel de la balanza para componer un gobierno.