[resumen.cl] La Superintendencia de Medio Ambiente formuló cargos contra Celulosa Arauco, por su planta de Celulosa Constitución ubicada en la Región del Maule. La entidad gubernamental acusa a la empresa del grupo Angelini de instalar un generador sin evaluación ambiental, por una mancha en el mar producida desde el emisario submarino y no informar de inspecciones a emisario submarino.
El documento de la SMA señala los cargos que se le imputan a uno de los peces gordos de la industria forestal “Se visualiza una mancha oscura de gran dimensión en el mar, en la zona del emisario provocada por la pluma de dispersión en la descarga, la que fue visible y recurrente durante todo el año 2014”. A esto se agregaría que “La empresa no ha efectuado ni informado la inspección visual y submarina anual del año 2015, respecto al estado de las estructuras relacionadas con el emisario submarino”. Y además, se suma a estos cargos que “la empresa instaló un tercer generador en la Planta Constitución, de capacidad de 21MW, sin evaluación ambiental”.
Este último cargo es considerado por la normativa vigente como grave. Mientras que el primer y segundo cargo se consideran leves.
La industria de celulosa es una de las más contaminantes a nivel mundial. La normativa chilena y su fiscalización ha sido durante décadas sumamente flexible con este tipo de empresas, lo que podría entenderse debido a que el grupo Angelini ha aparecido vinculado a platas irregulares a partidos políticos, como financista de un amplio espectro de personajes del entorno de Bachelet, Peñailillo, Longueira, Velasco y Frei.
La contaminación atmosférica emitida por las plantas de producción de celulosa y papel se caracteriza, tal como otras actividades industriales, por la liberación al ambiente de dióxido de azufre (SO2), material particulado, óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de carbono y monóxido de carbono, además de los denominados gases TRS, especialmente el sulfuro de hidrógeno (H2S)
Los gases TRS agrupan a un conjunto de compuestos que se generan en el proceso de producción de celulosa, los más importantes son el sulfuro de hidrógeno (H2S), los mercaptanos (CH3SH), el dimetil-sulfito (CH3SCH3) y el dimetil disulfuro (CH3SSCH3). Estos gases tienen la característica de emitir fuertes y desagradables olores que pueden extenderse por grandes distancias. Los mercaptanos por ejemplo, son compuestos organo-azufrados que son perceptibles aún en muy bajas concentraciones, y que emanan en todas la línea de producción de la celulosa y el papel. El sulfuro de hidrógeno, presenta un olor a descomposición de materia orgánica similar al de los huevos podridos. Estos compuestos se generan en varios equipos de las plantas de celulosa, donde pueden ser recolectados, lavados para retirar las sustancias sulfuradas y otras que tienen valor para su uso en la misma planta, y finalmente incinerados, ya sea en la caldera recuperadora, el horno de cal u otra unidad de quemado especializada.
La pulpa de celulosa en la zona centro sur de Chile es elaborada mediante la explotación de más de 2.5 millones de hectáreas de monocultivos forestales, los que presentan altos impactos ambientales en la conservación de la biodiversidad, del suelo, en la disponibilidad de agua para otras especies de plantas, animales y comunidades humanas, contaminan los territorios con pesticidas, herbicidas y fungicidas y elevan el peligro de incendios forestales durante los veranos. Hoy el papel producido en estos complejos industriales sigue siendo considerado un producto primario, especialmente para embalaje y publicidad. De acuerdo a estadísticas globales de consumo de papel, ni siquiera los avances en la transmisión digital de información han desplazado el papel para el sector comercio, servicios y para la propagación de información publicitaria o mercantil a través de los medios masivos de comunicación, sino por el contrario, han estimulado su producción y consumo, principalmente en países industrializados de Europa Occidental, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y China.
Mientras aumentan los niveles de consumo industrial de papel y productos de embalaje comercial, los territorios que soportan los complejos industriales de celulosa y la población que vive junto a ellos, seguirán siendo afectados por una amplia serie de impactos ambientales. La situación de los vecinos de Nueva Aldea con el olor es similar a la que se vive junto a cualquiera de los grandes complejos de producción de pulpa de celulosa y papel en Chile. En Constitución, región del Maule, los vecinos han debido soportar durante más de 40 años los nauseabundos olores emanados desde la planta CELCO también de Forestal Arauco. En la provincia de Arauco, habitantes de Laraquete y Carampangue incluso han sufrido intoxicaciones producto de la contaminación, lo que también puede percibirse al transitar por la Ruta 160. Por otra parte, en Laja y San Rosendo, la planta de celulosa CMPC-Laja caracteriza hace décadas a ambas ciudades con este hedor.
Los desechos comunes de la producción de celulosa, más otros accidentes que han ocurrido periódicamente en estas industrias, han contaminado diversos ríos y ambientes costeros, tales como el derrame del estero Huelehueico, la serie de derrames en el río Mataquito y el vertido de trementina en el Golfo de Arauco. En el río Itata, las poblaciones de Ranquil y Trehuaco han denunciado públicamente ser afectados por los líquidos industriales vertidos al agua, en 2011, 2013 y 2015.
VEA:
https://www.youtube.com/watch?v=A42dHCxuJ1w