Sobrinas de Julio Escámez bregan por la recuperación del mural "Historia de la Medicina y la Farmacología en Chile" de Concepción

[resumen.cl] El mural "Historia de la Medicina y la Farmacología en Chile", ubicado al interior de la extinta farmacia Maluje (actual Droguería Alemana) en Concepción fue declarado Monumento Nacional en septiembre de 2015, no obstante no ha recibido la protección a la que se obliga el Estado, según la Ley 17.288 sobre esta materia. Recientemente se ha emprendido una campaña orientada a presionar a instituciones para que le otorgue resguardo a esta obra. La campaña ha sido organizada por las sobrinas de Julio Escámez, quien es su autor y uno de los artistas visuales de mayor preponderancia en el país. En la plataforma de recolección de adhesiones, Orietta Duvauchelle Escámez y Cecilia Escámez González declaran: “Hacemos un llamado a las autoridades competentes y las que declararon la obra como monumento, Ministerio de Culturas Artes y Patrimonio, Consejo de Monumentos Nacionales, Ministerio de Educación, Intendencia y Gobernación del Biobío y Municipalidad de Concepción, a hacerse cargo de recuperar y preservar en buen estado esta obra, patrimonio nacional y regional”. “Historia de la Medicina y la Farmacología en Chile" se puede ver desde la vereda por la calle Tucapel a la altura del 676, entre Maipú y Freire. Fue realizado por el pintor, grabador y escenógrafo Julio Escámez, nacido en Antihuala hacia 1925 y quien trabajó en él durante 1957 contratado por la química farmacéutica María Maluje y Carlos Egidio Contreras, quienes emplazaron su farmacia en el primer piso de una edificación que cuenta con doble altura. Ahí, en tres de los muros, Julio Escámez plasmó su obra que también se puede interpretar en referencia a tres épocas. [caption id="attachment_110886" align="aligncenter" width="1756"] Julio Escámez. Imagen de Felipe Cabello.[/caption] Felipe Cabello, miembro Honorario de la Academia Chilena de Medicina, en un artículo referido al mural, planteó que «un análisis del mural de Escámez pareciera encontrar la inspiración parcial para el en un mural alejado de la medicina, pero que al igual que este mural, introduce el paisaje y el pasaje de la historia y la vida de los individuos en su narrativa31–34. Este mural sería el de Ambrosio Lorenzetti “Efectos del buen gobierno” pintado entre 1333-40 en la Sala de la Paz, del Palacio Público de Siena, y que es el primer mural en el mundo que introduce en su contenido a la campiña y su perspectiva, como tan acertadamente y originalmente las usa Escámez en la primera sección de este mural. La influencia de la Escuela de Siena de finales de la Edad Media, más que el arte renacentista de Florencia, se aprecia también, porque el pintor usa murallas y edificios para separar e ilustrar diversos aspectos de la historia de la medicina en Chile, y fueron los pintores sieneses del “trecento’ italiano, entre ellos el Duccio di Buoninsegna, los primeros en representar este tipo de arquitectura en sus pinturas». En el mismo texto, Cabello hizo una descripción de la obra: [caption id="attachment_110889" align="aligncenter" width="2000"] Sección primera de Historia de la Medicina y la Farmacología en Chile. Imagen de Felipe Cabello.[/caption] «La primera sección izquierda está dividida en dos áreas que representan, a la medicina y a la farmacia mapuche, la que siguieran practicándose durante la Colonia y hasta hoy en día. En ella, una mujer mapuche, ataviada como machi, colecciona hojas de plantas medicinales a la izquierda de un boldo florido, árbol cuyos productos aún son usados en la farmacopea mapuche y en la medicina chilena alternativa. Al lado derecho del boldo camina un niño descalzo con un poncho corto y un cayado de madera como el cual se juega a la chueca. La parte media de esta sección está ocupada por varios jinetes procediendo de varias direcciones, que se dirigen a un nguillatún, representado en el ángulo superior derecho, donde pueden verse el sacrificio animal, la colección ritual de su sangre y la reunión de mapuches alrededor del rewe sagrado tallado como escalera. Los jinetes, las mujeres mapuches con atuendos típicos caminando desde el ángulo inferior derecho hacia el guillatún, los niños jugando en frente de una ruca y una figura femenina ágil en el dintel de esta, le imprimen al fresco importante dinamismo y vigor.» [caption id="attachment_110887" align="aligncenter" width="2000"] Sección segunda de Historia de la Medicina y la Farmacología en Chile. Imagen de Felipe Cabello.[/caption] «Esta [la segunda] sección está también dividida en dos áreas con diferentes actividades llevadas a cabo en ellas en edificios, siendo el edificio de la izquierda un convento u hospital y el de la derecha la casa de una hacienda o fundo. Ambas construcciones tienen aspectos mediterráneos europeos dado la composición de sus paredes, techos y arcos y también por el uso de colores ocres, verdes y naranjas, demostrando la influencia hispánica en Chile. En el convento/hospital se desarrolla una intensa actividad de contenido terapéutico que incluye la presencia de un herbario y la colección de hierbas por una religiosa, la preparación de extractos botánicos en una mesa con un mortero y el subsecuente almacenamiento de estos extractos naturales y otros fármacos, en frascos de porcelana ordenados en alacenas y con etiquetas que los identifican. El uso de la oración y de la música en el proceso curativo es sugerido por la presencia de una imagen religiosa de la Virgen en una muralla y la presencia de un religioso usando un instrumento similar a un oboe o fagot. En un segundo piso, clérigos leyendo y conversando con documentos en la mano, sugieren a estudiosos de la medicina y de la farmacopea y las palomas podrían ser signos de la paz necesaria para el proceso curativo y su vuelo, complementa la afanosa actividad realizada en el patio del convento/hospital. La sección de la derecha contiene tres planos, siendo el plano del fondo un dormitorio donde a un enfermo/a una asistente le levanta la cabeza para ayudarle a la ingestión de una poción, al mismo tiempo que sobre un brasero una curandera quema hierbas con actividades curativas y con un probable simbolismo religioso. En el medio, en una galería abierta de la casa, hay un grupo doliente donde una mujer con un rosario o un collar de cuentas está orando mientras otras personas afligidas lloran, y se consuelan mutuamente, dándole al grupo un gran sentido de congoja. Fuera de la casa, dos mujeres hablan con un jinete pidiéndole tal vez traer a un médico, medicinas o un sacerdote para que administre los últimos ritos a la persona enferma. Los dos perros retozando completan la ruralidad de las escenas de esta sección que, como la primera sección, pareciera mostrarnos aun la dualidad indígena natural y religiosa del proceso curativo.» [caption id="attachment_110888" align="aligncenter" width="2000"] Sección tercera de Historia de la Medicina y la Farmacología en Chile. Imagen de Felipe Cabello.[/caption] «En esta [tercera] sección la medicina moderna irrumpe en plenitud con actividades propias de laboratorios de farmacología y fisiología y procedimiento preventivos como son la vacunación y la educación sanitaria. En el plano inferior izquierdo de ella laboratoristas realizan procedimientos químicos con matraces y buretas y otro personaje clasifica y pesa sustancias químicas contenidas en papeles sobre una mesa. La figura detrás de ellos con barba, es la del profesor Alejandro Lipschüz, profesor de la Universidad de Concepción y Premio Nacional de Ciencias (1969), también detrás se ve un modelo del cuerpo humano y un diagrama que correspondería al átomo. En el plano superior, alrededor de una mesa. mujeres llevan a cabo tareas de laboratorio y detrás de ellas un hombre vigila un complejo equipo de destilación, siendo todas estas actividades supervisadas por la figura del químico farmacéutico Daniel Belmar, profesor de la U. de Concepción y además novelista de renombre. Los procesos de vacunación y de educación sanitaria están representados a la derecha de esta sección de una manera muy gráfica, en ella enfermeras y auxiliares llevan a cabo estas acciones preventivas en el público, en el cual se mezclan expectantes, las diferentes edades, los sexos y las clases sociales y estarían representadas Violeta Parra, Orietta Escámez hermana del pintor y Mariam Contreras Maluje, hija de los propietarios de la farmacia. Este plano hace recordar las campañas masivas de vacunación contra la viruela y la tuberculosis llevadas a cabo por el personal del servicio Nacional de Salud en la época en que se pintó el cuadro. Las dos enfermeras caminando ágilmente hacia la derecha parecen actuar como puente entre el mundo de la investigación representado a la izquierda y el mundo de la aplicación práctica de ella en la salud pública, a la derecha; ilustrado esto además porque la enfermera de la derecha pareciera llevar en sus manos un producto de esta investigación (Figura 4b). Debajo de las enfermeras hay un grupo de cuatro personas conversando, una leyendo un diario con una representación del hongo de una explosión atómica y la otra sosteniendo una paloma entre sus manos como símbolos de los usos bélicos y pacíficos de la energía atómica El personaje solitario que fuma y usa un sombrero de vaquero, representa al físico Robert J. Oppenheimer, uno de los inventores de la bomba atómica, que fuera perseguido políticamente en la década de los 50 en EE.UU. por sus supuestas simpatías comunistas y su oposición a la creación de la bomba de hidrógeno, quien fuera fumador empedernido, usara sombreros de ala y falleciera víctima de un cáncer faríngeo en 1962.» Ante la pregunta por el estado actual del Mural, Orietta Duvauchelle Escámez y Cecilia Escámez González, respondieron a Resumen que “tiene el deterioro del paso de los años, sin mantención y además se construyó un edificio colindante que provocó un daño considerable. Por eso la preocupación de la familia se sustenta en el mal estado en que se encuentra el Mural. En este sentido, es de urgencia las gestiones para su restauración y por eso como familia emprendimos esa campaña”. Las impulsoras de esta campaña, también informan que esta contempla, además de conseguir la restauración del Mural de la Ex farmacia Maluje, la recuperación del espacio físico para la ciudadanía y que esté acorde a la obra, es decir, un espacio de encuentro artístico, la formación de la Fundación Escámez y el intercambio con otros países donde él albergó su obra. https://www.youtube.com/watch?v=pZ45eT5X-5M .
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