El despilfarro y la corrupción público privada que han marcado a nuestra región abarcan intereses e influencias que han llegado incluso a vincularse a los crímenes que actualmente laceran la tierra palestina en Gaza. A través del portal de Transparencia Activa pudimos llegar a la información de que la Corporación Desarrolla Biobío había celebrado un convenio de capacitación con la empresa nacional del agua de Israel, por 300 millones de pesos, sin acceder a ningún detalle ni información oficial clara. Sabemos que dicha entidad, Mekorot, también tiene proyectos relacionados con las carreteras hídricas.
Durante más de un año, en el Consejo Regional preguntamos sin resultados el origen de los fondos con que esa corporación financió las supuestas actividades o capacitaciones, quién las recibió, cuál es el proyecto. Si estos provienen del gobierno regional -que ya les asigna miles de millones- u otra fuente de financiamiento, pues benefician a la empresa de un Estado que está masacrando a otro pueblo.
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Uno de los llamativos viajes al extranjero del Gobierno Regional en el período anterior fue justamente a Israel, con varios consejeros y consejeras en comitiva y un programa que incluía conocer las estrategias policiales y de seguridad de ese país. Al pedirle cuentas al entonces gerente de la corporación, Marcelo Chavez, ex parlamentario demócrata cristiano, respondió a un silencioso Consejo Regional que la información era la colgada en Transparencia y que no estaba a favor de ninguno de los bandos en esa "guerra". También vía transparencia y no del Gobierno Regional, sabíamos que habían transferido una primera cuota de 100 millones de esos 300, en el marco de un proyecto que duraba 12 meses, y que a estas alturas ya debiera estar finalizado. No sabemos cuánto más hay gastado.
Reiteradamente exigimos la suspensión del supuesto proyecto, éticamente inviable, sumada a su deficiente información y sentido. Que los recursos e instituciones regionales dejen de prestarse para favorecer una matanza mientras el jefe del gobierno regional electo por la ciudadanía, preside al mismo tiempo una Corporación empresarial que hace convenios con un Estado que comete genocidio.
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De ahí nuestro llamado a romper relaciones como región con el Estado de Israel y a la vez dejar de financiar los arriendos, computadores y cocteles de Corporación Desarrolla Biobío con otros cientos de millones. Dineros que debieran ir por otros canales a resolver necesidades reales de la población regional.
Javier Sandoval. Exconsejero regional por el Biobío.