[resumen.cl] Los asesinatos y torturas perpetradas por agentes de Estado durante la Dictadura impusieron condiciones sumamente riesgosas y difíciles para la comunidad pudiese reorganizarse para su defensa y más todavía para retomar la iniciativa política perdida en el Golpe de Estado. Sin embargo, venciendo miedos y sobreponiéndose a la derrota del proyecto político encarnado en la presidencia de Salvador Allende, distintos sectores fueron articulándose en agrupaciones de distinto carácter, entre las cuales se cuentan las que emprendieron y desarrollaron acciones de fuerza contra la tiranía, tal como fue el llamado Frente Cero.
El Frente Cero fue el primer intento del Partido Comunista de concentrar y coordinar los esfuerzos de numerosos militantes por luchar contra la Dictadura en acciones de sabotaje y propaganda a principios de la década del ochenta. Mauricio Hernández Norambuena, quien fue uno de sus integrantes cuando aún era adolescente y vivía en Valparaíso, recuerda en su libro Un paso al frente:
«Comenzamos a llevar una vida más seria, más “pacata”, asumiéndolo con toda la disciplina que era necesaria. Después aparecieron unas cartillas básicas de conspiración, a pesar que ni siquiera teníamos armas. […] Las primeras acciones fueron pequeñas: cadenazos durante las protestas, derribar un poste, sabotear al Metro. Cosas que resultaron con errores, por la inexperiencia, pero que para nosotros eran acciones gigantescas.»
Tiempo más tarde, el Frente Cero fue sustituido por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, fundado en diciembre de 1983, con una estructura más compleja, dotada de mayores recursos e integrantes que acumulaban mayores experiencias, pudiendo hacer acciones de mayor envergadura.
CERO es una obra de teatro en la cual están plasmadas historias al interior de esta organización, silenciadas por el protagonismo masculino. El Colectivo Teatro de Operaciones, realizador de este trabajo, indica que surgió luego de constatar la inexistencia de registros que visibilizaran a mujeres integrantes del Frente Cero:
«[...] no pudimos encontrar ninguna tesis ni obra artística que aborde a las combatientes como sujet@s históric@s relevantes en esta organización, como si la mujeres no hubiesen participado en el inicio de la lucha por recuperar la democracia, desde ahí buscamos, entrevistamos y recogimos numerosos y valiosos relatos de varias mujeres que fueron parte del FRENTE CERO […] Esta historia cuenta cómo estas mujeres, madres, hermanas, abuelas, dueñas de casa, profesionales etc, en definitiva combatientes, se las ingeniaron para con muy poco, atreverse a desafiar y condenar a la dictadura.»
La obra es dirigida por América Molina y la dramaturgia está a cargo de Juan Saravia, quienes respondieron a las consultas de Resumen respecto a CERO.
- En el trabajo de Teatro de Operaciones han incorporado elementos del teatro documental. Sería interesante que nos hablaran de procesos y discusiones involucradas en la elaboración de una obra como Cero.
Juan Saravia: Nuestro trabajo de teatro documental lo hemos focalizado a partir de la investigación de relatos y vivencias de militantes de la Resistencia. También hemos recurrido a tesis, libros y archivos audiovisuales de diversos medios populares como la Señal 3 de la Victoria entre otros colectivos y de fotógrafos como José Durán. Si bien estos archivos nos han permitido entender el contexto de la época, la riqueza de Cero está justamente en rescatar los relatos inéditos, la oralidad de las experiencias. No intentamos ser miméticxs y exponer testimonios individuales de manera textual, sino que más bien nos planteamos ser respetuosxs y exponer estas historias que muchas veces coinciden entre diferentes personas, con voces que narran vivencias muy particulares y que aportan a comprender la Resistencia no sólo en los ochenta sino que también en la actualidad, en las luchas que se levantan en todo el territorio.
- ¿Qué hallazgos fueron encontrando en las conversaciones con mujeres integrantes del Frente Cero? ¿Cuál es la interpretación que ustedes hacen de ellos?
América Molina: En las conversaciones y entrevistas con mujeres y hombres del Frente Cero comenzamos dimensionar concretamente la importancia real que tuvieron las mujeres en el Frente Cero. No sólo en las segundas o terceras líneas que por supuesto, son también fundamentales, sino que también en las primeras líneas, las de combate directo, las operativas, mujeres combatientes que se enfrentaban con pocos recursos armamentísticos a la dictadura. El Frente Cero realizaba principalmente acciones de propaganda y sabotaje a las líneas eléctricas, entre otros objetivos.
Esta historia está invisibilizada en casi todos los relatos, no sólo de la historia oficial sino también en la historia que los frentistas han contado. Incluso investigadores actuales han obviado y prolongando esta invisibilización que nos parece totalmente injusta.
- Si bien existe un cuestionamiento a las prácticas machistas dentro de la sociedad y, en particular, en las organizaciones sociales y políticas, el patriarcado persiste. En qué sentido la obra podría dialogar con las expresiones actuales del machismo.
América Molina: Lamentablemente el patriarcado sostiene el machismo que se ha vivido tanto en dictadura como en la actualidad. Por tanto, es una grieta que aparece en la manera de relacionarse. Esta es una obra que tiene por protagonistas a dos mujeres y un hombre que se encuentra en un sistema opresor al que combaten de frente. Pero no es una obra que se pretenda feminista, son tres personas valientes e ingeniosas que luchan por derrotar la tiranía. Así como tienen estas virtudes, la presión, el miedo y la violencia del estado también les hace mostrar su humanidad y no sólo su heroísmo.
Tienen el instinto de clase y el instinto feminista de la época que les hacía enfrentarse a un sistema y una organización que las excluía o las destinaba a tareas secundarias, por lo que ganarse el lugar en el frente las obligó a dar un doble combate.
- Para la obra han creado piezas audiovisuales y musicales. ¿Bajo qué referentes y propósitos han trabajado en ello?
Juan Saravia: Nuestras piezas audiovisuales se han situado desde el trabajo documental para hacer cruces entre los años ochenta y la actualidad, entre la resistencia del Frente Cero y la resistencia de las Primeras Líneas, plasmando la idea de espiral-circular donde todo puede volver al Cero. Y así demostrar lo hermanadas que son estas luchas puesto que el enemigo no sólo era la dictadura militar sino que también el sistema neoliberal instaurado a sangre y fuego.
América Molina: Respecto a la composición musical creemos que ha permitido plasmar sensiblemente la investigación en terreno de años de trabajo político-artístico.
- Teatro del Puente se constituyó en refugio y punto de atención en primeros auxilios para víctimas del accionar policial durante las manifestaciones del Estallido Social ¿Qué representa para ustedes estrenar la obra en este espacio?
América Molina y Juan Saravia: Lo que mencionan es muy relevante puesto que el Teatro del Puente ha sido protagonista también del levantamiento popular al ser un punto de apoyo de las brigadas de salud.
Para el Colectivo Teatro de Operaciones poder presentar “CERO” en el Teatro del Puente es muy significativo ya que cuando comenzamos a escribir el texto, que plantea la teoría de ciclos en las luchas sociales, no imaginamos el escenario histórico, político y social que estamos viviendo desde el 18 de Octubre del 2019, en el cual todo pareciera volver a CERO exigiendo un nuevo País. Volviéndose aún más necesario poner en escena a combatientes, mujeres invisibilizadas por la oficialidad a sólo metros de la Plaza de la Dignidad.