Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Austria, Canadá, Italia, Australia, Francia y Japón, todos los países que anunciaron que dejarán de financiar a la UNRWA, la agencia de Naciones Unidas para refugiadas y refugiados palestinos, han sido autores de sus propios genocidios durante la historia reciente. En tanto, no deja de ser decidor que países como Namibia, Argelia o Bangladesh, que fueron víctimas de genocidio, han denunciado públicamente los crímenes del Estado de Israel y manifestado su solidaridad en el pueblo de Palestina, así como Sudáfrica, donde se inventó el concepto de Apartheid, que ha llevado las acciones de la entidad sionista a la Corte Internacional de Justicia con -por ahora- buenos resultados.
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La derrota que está sufriendo el Estado de Israel en su incursión en Gaza está ocurriendo en muchos aspecto: está perdiendo geopolíticamente, mediáticamente y también militarmente. A pesar de los intentos de manipulación, la población entera del mundo condena sus acciones criminales, lo que se ha traducido en una debacle moral que si no fuera por el apoyo incondicional de EEUU y sus secuaces, estaría convertido completamente en un "Estado paria".
Tras el contundente pronunciamiento de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre la demanda interpuesta por Sudáfrica en contra del Estado de Israel por el genocidio que está cometiendo contra el pueblo palestino en Gaza, anunciando que comenzará una investigación, se le podría complicar el panorama. Esto porque el tribunal (con derecho vinculante) estableció medidas cautelares que ordenan a la entidad sionista a "tomar todas las medidas» posibles para «prevenir" un genocidio, así como permitir el ingreso de ayuda humanitaria.
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Es decir, mandatoriamente Israel debe tomar acciones para evitar un genocidio, ya sea en sus ataques militares o en las declaraciones de sus autoridades que incitaban a la aniquilación del pueblo palestino. Desde la entidad ocupante esto no fue tomado con agrado y sus clásicas y cada vez menos efectivas pataletas, acusaron a Sudáfrica de ser defensores del terrorismo y con la CIJ usaron su comodín: la acusaron de antisemita.
Por ello es que pareciera que ahora su estrategia es minar la legitimidad de las agencias internacionales en el territorio. Esta semana, acusaron que funcionarios de la la Agencia para la Reconstrucción y el Socorro para los Refugiados de Palestina la UNRWA participaron en el ataque que realizó Hamás el pasado 7 de octubre, causando revuelo sólo en los países que hasta el momento ya venían justificando sus crímenes, que están apoyando el genocidio en curso y que han sido sus aliados históricos.
Cabe recordar que la UNRWA fue fundada en 1949 por la ONU. Trabaja en Gaza, en Cisjordania, así como en las vecinos Siria, Líbano y Jordania, donde atiende a 700.000 palestinos víctimas de desplazamiento forzado de sus hogares tras la imposición del Estado de Israel.
Actualmente, la UNRWA proporciona infraestructura y herramientas claves para la vida diaria de las que Gaza, gestionando instalaciones médicas y educativas.
Desde su creación el organismo ha sido blanco de ataques por parte de la la entidad sionista ocupante, acusándola que al dar el estatus de refugiados a las y los palestinos, alienta esperanzas de regresar a la tierra que les quitaron.
¿Quiénes dejaron de financiar a la UNRWA?
Tras la acusación por la parte más interesada del conflicto en cuanto a que funcionarios del organismo de Naciones Unidas habrían participado del ataque de Hamás el pasado 07 de octubre y que dio inicio a la fase actual en que se encuentra el conflicto que se alarga por más de 70 años, muchos países anunciaron que dejarán de financiar la UNRWA, dejándola en un estado crítico, con presupuesto para funcionar apenas un par de semanas más.
"La gente sigue siendo desplazada. La gente tiene hambre. El tiempo corre rápido hacia la hambruna”, afirmó Juliette Touma, directora de comunicaciones del organismo. "La falta de financiación a la que nos enfrentamos ahora, cuando al menos 10 de los mayores donantes han puesto una pausa temporal en la financiación, tendrá consecuencias muy, muy graves en lo que es, ahora mismo, la mayor operación humanitaria en Gaza", remató.
¿Lo curioso? absolutamente todos estos países -en lo que pareciera una suerte solidaridad criminal- han sido autores de sus propios genocidios en la historia reciente.
El primero de ellos fue Estados Unidos, cuya historia no se limita al genocidio que realizaron el siglo XIX contra la población indígena fue masacrada y exterminada hasta dejarla prácticamente inexiste y limitada a reservas que ellos mismos establecieron, sino que con su política exterior han sido causantes de millones de muertes alrededor del mundo, algo que sabemos muy bien en Chile y en toda América Latina, sino también en el sudeste asiático, en medio oriente, y en todo el mundo donde han instalado sanguinarios regímenes dictatoriales afines a sus intereses, han invadido y han bombardeado.
Reino Unido probablemente sea el país que más muertes directas ha causado en la historia de la humanidad. Hacer una lista aquí de los crímenes de su brutalidad colonial daría para un artículo en sí mismo. Pero por nombrar solamente un caso están los 165 millones de muertes que causó en sus años de dominio sobre la India, 100 millones sólo en los últimos 40 años.
El caso de Alemania (junto a Austria como parte de la Großdeutschland) debe ser sin dudas lo primero que la gente piensa cuando se utiliza la palabra genocidio, por lo que hay poco que extenderse. Como un de los expertos más grandes en genocidios del siglo XX, no quiere quedarse atrás esta vez y apoyar nuevamente uno, lavando con sangre palestina su sentimiento de culpa por el holocausto.
Recientemente fue calificado como genocidio lo que realizó Canadá contra los pueblos originarios en pleno siglo XX. Se estima que por lo bajo fueron 150.000 mil niños y niñas que fueron obligadas a separarse de sus familias para ser aculturizados y eliminar vestigios de cultura indígena. De estos, 4.000 perdieron la vida, siendo enterrados en fosas comunes bajo iglesias.
Italia cooperó en la deportación, encarcelamiento y asesinato de judíos durante la Segunda Guerra Mundial, pero también están las 275.000 de su invasión a Etiopía o las 80.000 muertes de la "Pacificación de Libia", entre otras.
Si bien la historia del genocidio contra la población aborigen de Australia se arrastra desde los tiempos del colonialismo británico, desde su independencia el país ha realizado otras siete masacres contra este grupo en pleno siglo XX. En un plebiscito realizado en octubre pasado, se rechazó la creación de un comité de Defensa de los Indígenas ante el Parlamento
El caso de Francia es el más parecido al del Reino Unido en cuanto a una lista interminable de brutalidades en su basta historia colonial. Por nombrar un sólo caso, está lo ocurrido en Argelia. Según información del Frente de Liberación Nacional (FLN), Francia asesinó a 1,5 millones de personas durante la guerra de independencia que finalizó en 1962, número equivalente al 15% de los 10 millones de habitantes que contaba el país en ese momento
Finalmente está el caso de Japón, que con su aventura imperialista de la Segunda Guerra Mundial -entre fusilados, muertes por inanición, experimentos con armas químicas y trabajo forzado- le quitó treinta millones de filipinos, malayos, vietnamitas, camboyanos, indonesios, birmanos y chinos.
Esta especie de club exclusivo de grandes criminales de lesa humanidad del siglo XX que actualmente prestan apoyo el genocidio que en estos momentos está perpetrando el Estado de Israel contrasta con quiénes han alzado al voz para defender al pueblo palestino: Namibia, Argelia y Bangladesh, que fueron precisamente víctimas de genocidio (víctimas de Alemania, Francia y Pakistán respectivamente), han denunciado públicamente los crímenes del Estado de Israel. En tanto Sudáfrica, donde se inventó el concepto de Apartheid, que ha llevado las acciones de la entidad sionista a la Corte Internacional de Justicia con -por ahora- buenos resultados.