La situación de Tomé es parecida a una burbuja a punto de estallar. Junto a los cesantes de la textil hay que sumar los despidos de la pesquera Camanchaca que elevarían la tasa de desocupación de la comuna a cerca de un 20%. La mayoría de los despidos en la pesquera, son trabajadores temporales que no recibirán una indemnización, como muchos de la Textil, y tras Marzo no percibirán ingreso alguno. La solución del Gobierno no parece la adecuada: el aumento dentro de la cuota de captura del Langostino, es una medida que no está a la altura de la magnitud del problema, ya que si las investigaciones en curso son positivas, se contratará a alrededor de 500 personas (31.3% de los despedidos).
Por otra parte, la reestructuración de Camanchaca necesitará a trabajadores capacitados, y el Gobierno ha declarado que sólo puede capacitar a 100. Incluso esas 100 capacitaciones, no van directamente a Camanchaca, sino que son para toda la Comuna(es probable que todos intentarán matarse por un cupo si no se hace algo)
Los Obreros Textiles aún esperan un comprador que parece que nunca llegará
Sin embargo, hay bastantes cuestionamientos a la crisis desde Tomé. Nadie tiene la explicación de porqué se despidió a tanto trabajador si aún hay trabajo en los congelados. Por lo demás, Camanchaca no trabaja sólo con Salmón, en Junio y Julio viene la temporada de truchas, un pez que no tiene Virus ISA. La respuesta para algunos es fácil: los contratarán por sueldos menores y trabajos aún más peligrosos y precarios.
Los empresarios de la comuna como los demás empresarios de la región parecen estar utilizando la excusa de la crisis para traspasar los costos de un problema que ellos deberían pagar.