Hoy Lunes 23 de Agosto, la Fenats Bío-Bío hizo públicas 2 demandas al Servicio de Salud Ñuble, interpuesta por 2 trabajadores de la salud. Se trataría de Elvira Sandoval, quien demanda al SS Ñuble, porque debido a su labor, desarrolló una leucemia crónica que esta reconocida como enfermedad profesional, producto de la inhalación de algunos químicos que son cancerígenos; y de Carlos Rubilar en la misma condición.
La situación se informó hace bastantes años al gobierno de Bachelet, pero hasta la fecha no ha habido ninguna voluntad por solucionar las precarias y a veces hasta mortales condiciones laborales.
Uno de los demandantes, Carlos Rubilar, tecnólogo médico, jefe del laboratorio del Hospital El Carmen, se desempeñó por más de 15 años en condiciones verdaderamente, insalubres: sin ventilación, en un ambiente cerrado respiró entre algunos químicos, fenol, zilol, formalina, ácidos, entre otros, los que le provocaron un desgaste en la en la médula ósea. Posteriormente, desarrolló además, una leucemia. Señaló a Resumen que lo que ocurre es una situación grave, pues es el propio Estado de Chile -el empleador de estos trabajadores- quien no respeta las leyes, por no cumplir con la normativas específicas del servicio, ni tampoco el decreto 594 que norma las condiciones mínimas de trabajo en el país.
Nos señala que hay varios casos más, en donde trabajadores han estado alrededor de 20 años expuestos a sustancias nocivas, en cantidades y condiciones no tolerables para un ser humano, lo que les ha provocado mielodisplasia.
Carlos nos comenta que esto es histórico en el sector salud, donde no ha habido cambios que tiendan a proteger a los trabajadores. Existe una normatva no fiscalizada en la mayor parte de los casos. Cuando se fiscaliza, los castigos son casi anecdóticos.
Un caso en la Provincia de Concepción
A la conferencia de prensa, asistió además, María Isabel Jara Palmei, ex-trabajadora del Hospital traumatológico de Concepción. María está enferma hace tres años. Un día asistió preocupada al médico por problemas respiratorios serios y se le diagnosticó fibrosis pulmonar, por evaporización de líquidos clorados. Durante años, trabajó 8 horas diarias respirando líquidos clorados. No trabajaba con ningún tipo de protección; no había ni siquiera mascarillas.
El tratamiento con medicamentos de su enfermedad laboral, significa un gasto demasiado alto para ella, por lo que tiene que conseguir habitualmente muestras médicas. María, paulatinamente, ha desarrollado otras enfermedades que la obligan a conseguir otros medicamentos y otros, así en una historia terrible.
Su enfermedad no es reconocida como enfermedad profesional y no puede trabajar pues está bastante enferma; vive hace tres años dependiendo de lo que ganan sus hijas. Hoy, en su lugar de trabajo, se contrató una empresa de aseo que no trabaja con cloro. María no ha recibido ayuda del Servicio de Salud, ni el Ministerio, ni el gobierno. Indignada, María nos señala que “no puede ser que la gente se muera después de dar la vida por nuestros pacientes. Yo quiero ser atendida dignamente.”
María espera la resolución del ISL para saber si demanda al Servicio de Salud.
La mirada de la Fenats
Jorge Figueroa, presidente de la Fenats, nos comenta que la demanda civil es la única alternativa que se les ha dejado. Hace años atras, señala que estuvieron hablando incluso en el Congreso por estas situaciones, frente a lo cual el gobierno propusó como solución, el plan PIENSO. Tras ello, Jorge denuncia que hasta hoy, se encuentran en las mismas condiciones que desde la puesta en marcha del plan. “Muestra de ello es lo que hemos hecho hoy, al hacer pública las demandas contra el Servicio de Salud, y el caso local de María. Hay un dictamen de la contraloría en Santiago, en el cual se señala exactamente lo mismo que sufrimos en la 8va región, o sea, que las condiciones laborales son pésimas”.
Jorge nos trae a colación el accidente de los mineros en el norte, como uno más de los ejemplos de las pésimas condiciones laborales del trabajador chileno. “En el caso nuestro es algo parecido. No existe la prevención, ni menos la curación. Tenemos personas con leucemia, cáncer, fibrosis pulmonar y nadie los protege. Por ello, no nos ha quedado otra herramienta que la demnada civil. Hoy ni siquiera está la Compin que tenga un recuento de los casos, pues se prefiere solapar y silenciar estas situaciones. Nuestros colegas en Chillán tienen que andar vendiendo berlines y nuestra colega acá, consiguiéndose muestras médicas, pues hay una total despreocupación del Estado por el trabajador. El Estado viola las normativas vigentes en sus propias leyes. El paso que nos queda a nosotros, es hacer una demanda internacional”
Me matan si no trabajo y si trabajo me matan, escribía Nicolás Guillén. Morir por el trabajo, hoy en Chile, parece algo de otra época. Pero en realidad, es el Chile Bicentenario. Para Jorge “Este Bicentenario, no tenemos nada que celebrar. Aquí hacen 6 meses del terremoto y lo único que se hace es arreglar los caminos para que pasen los camiones de los empresarios, pero nuestra gente sigue esperando soluciones concretas, y muchos, viviendo en campamentos. Hoy en día, como trabajadores de la Salud, vemos la privatización de la salud a través de la externalización de servicios y las concesiones, que es en el fondo, su destrucción. Hoy como trabajadores de la Salud pública, no tenemos nada que celebrar.”