Foto: Agentes de policía de Los Ángeles detienen a la víctima, una joven, y a su comprador por cargos de prostitución, el 24 de abril de 2015.
En diciembre de 2015, D. Parvaz publicó “Selling American Girls” (La venta de niñas americanas), un informe de investigación de siete partes para Al Jazeera America que documenta el tráfico sexual en EEUU. Cada parte de su informe examinó un papel diferente en el tráfico del comercio sexual y su aplicación, a partir de prostitutas, sus clientes, proxenetas, abogados, agentes del orden y jueces.
El tráfico sexual está generalizado en EEUU. De acuerdo con el Departamento de Justicia, el tráfico de personas es el segundo rubro empresa criminal con más rápido crecimiento después del tráfico de drogas, con menores que constituyen aproximadamente la mitad de las víctimas. En 2015, más de 4.100 de 5.544 casos de trata involucraron tráfico sexual, informó la línea directa del Centro Nacional de Recursos contra el Tráfico.
El tráfico sexual también es un componente importante de la economía sumergida de muchas ciudades estadounidenses. Un estudio de 2014 realizado por el Urban Institute encontró que la economía subterránea del sexo comercial produjo ganancias multimillonarias en EEUU. Los investigadores del Instituto Urbano estudiaron ocho grandes urbes de Estados Unidos –Atlanta, Dallas, Denver, Kansas City, Miami, Seattle, San Diego y Washington DC– para concluir que en 2007 en cada ciudad la economía sexual-subterránea tuvo un valor entre 39,9 y 290 millones de dólares. "Desde servicios de acompañante de gama alta de la escuela secundaria a proxenetas en zapatillas de tenis, el comercio sexual no deja de estar representado en las demografías o circuitos de casi todas las grandes ciudades de Estados Unidos", escribieron los autores del informe.
Como informó Parvaz, "es asombrosa la variedad de hombres involucrados en la compra de sexo en EEUU". De acuerdo con Michael Osborn, jefe de la Unidad de Crímenes Violentos contra Niños del FBI, el organismo se centra en "recuperar" las víctimas de tráfico sexual y capturar sus proxenetas, que "representan una amenaza nacional" porque se mueven entre las ciudades y a través de los estados para evitar su captura. Los compradores (llamados "Johns"), por el contrario tienden a permanecer en jurisdicciones locales, que el FBI deja a la policía local. Debido a que las comisarías, condados y estados monitorean las detenciones de “johns” en diferentes formas, el caso es que no existen estadísticas completas para saber cuántos son detenidos cada año. La ejecución de la ley tiende a ser más fuerte en los casos en que los compradores están acusados de solicitar menores. En un estudio de 134 casos de prostitutas que eran menores de edad, fueron condenados 113 johns. En promedio, fueron condenados a tres años de prisión, pero sirven sólo 1,5 años. Veintiséis por ciento de los condenados no cumplen todo el tiempo.
Muchos proxenetas buscan niños que provienen de entornos familiares inestables o de barrios indigentes. Según FAIR Girls, una organización anti-tráfico, 70-75 por ciento de las niñas a quienes ayudaron tenían antecedentes con los sistemas de cuidado de crianza. El agente especial Renea Green del FBI de Georgia le dijo a Al Jazeera América: "Un traficante preso nos dijo que veía a las niñas víctimas caminando desde el local regional del DFAC [Departamento de Familias y Niños]".
Si bien las leyes de salvaguarda que penalizan a los adultos que compran sexo con un menor de edad han sido aprobadas en treinta y cuatro estados, de acuerdo con el Proyecto Polaris estas leyes tienden a variar ampliamente de un estado a otro, dejando a muchas niñas tratadas como criminales y no como víctimas.
El tráfico sexual en EEUU ha sido un foco para la cobertura de noticias de las corporaciones informativas, pero sus informes tienden a centrarse principalmente en las prostitutas y sus proxenetas, dejando de lado otras importantes cuestiones planteadas en el informe de Al Jazeera America, tales como el procesamiento de los compradores y las sanciones penales que a menudo enfrentan las niñas y mujeres jóvenes. La mayor cobertura de noticias es de agencias de noticias locales, que tienden a reportar casos específicos de tráfico sexual, en lugar de discutir el tema en un contexto social más amplio.
Fuentes:
Estudiante investigadora: Vanessa Anderson (University of Vermont)
Evaluador: Rob Williams (University of Vermont)