[resumen.cl] Para los habitantes de nuestras ciudades, los Traperos de Emaús son a quienes se les puede llamar para recoger algún artefacto eléctrico o mobiliario que, siendo reparado, podría prestar utilidad nuevamente o, en sus sucursales, se puede comprar alguno de estos bienes a un tercio del valor de los productos nuevos.
Los Traperos plantean que son una comunidad vinculada a través del trabajo y que, ahora en Concepción, se enfrentan al gran desafío de recuperar lo perdido en el incendio del pasado 30 de julio que calcinó gran parte de las instalaciones de la sede de Chiguayante, provocando la pérdida de cuantiosos productos almacenados para su reparación o venta.
Definirse como una comunidad, implica para los Traperos priorizar el bien común antes que los intereses particulares. Así es como, sólo en Concepción, han logrado construir un centro de trabajo que permite acoger y subsistir a 20 personas que antes vivían en la calle y a 35 personas que laboran en las diversas secciones. Todas y todos contribuyen a sostener esta iniciativa que no tiene otra fuente de ingresos que su propio trabajo. Por otra parte, sus productos representan una alternativa para quienes carecen de dinero suficiente para costear la compra de nuevos. "Por eso es que las Traperías siempre están en sectores populares, dónde está la necesidad", afirma Mauricio Jarpa, responsable general de Traperos en Concepción.
En Chile, los Traperos de Emaús tienen una trayectoria desde inicios de la década del '60, cuando algunos jóvenes católicos se interesaron por replicar la iniciativa del cura francés Abbe Pierre quien protagonizó la formación de diversos centros de acogida para personas sin casa luego de la Segunda Guerra y, junto con ello, también la constitución de traperías, o sea, centros desde donde se recolectaba lo desechado por otros para su arreglo y reutilización, permitiendo la subsistencia de sus comunidades. El manifiesto, surgido en la 1ª Asamblea General de Berna, Alemania en mayo del '69 indica que "es el trabajo de recuperación que permite dar nuevamente valor a todas las cosas y multiplicar las posibilidades de acciones de urgencia a favor de los que más sufren".
En Concepción y en otros centros, los Traperos han emprendido nuevos proyectos, tales como el cultivo de huertas comunitarias y el de recolección, procesamiento y reutilización de aceite comestible ya usado, pues piensan que, además de abrir una nueva fuente de ocupación y recursos para su comunidad, podrán aportar en el manejo y aprovechamiento de este tipo de desechos que, hasta ahora, no está sujeto a un plan mitigador de sus efectos contaminantes.
Para continuar su obra y recuperar las pérdidas provocadas por el reciente incendio, la comunidad de Traperos trabaja en la organización de una Jornada Solidaria que se realizará el sábado 10 de octubre, en el Centro Gastronómico ubicado en Colo Colo 868, Concepción. En ella participarán diversos artistas locales para animar a quienes quieran aportar a este proyecto, lo puedan hacer gratamente.